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Éxodo, ¿qué está pasando en el mundo?

Mientras los ojos de todo el mundo están clavados en la pandemia del coronavirus, en África hay una amenaza que desde hace meses está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de decenas de millones de personas. Se trata de una plaga de langostas que parece sacada del Éxodo y que ha descendido en el este del continente, arrasando con los campos de cultivo de, al menos, siete países de la zona.

Las langostas del desierto son insectos que, a pesar de su nombre, sobreviven gracias a los periodos de lluvias prolongadas, que crean las condiciones ideales para su reproducción y alimentación, ya que permiten que los granos que necesitan para alimentarse crezcan más rápido. Y justamente ese clima húmedo ha abundado en África y Medio Oriente durante los últimos 18 meses.

Aunque quizás suene curioso que haya tormentas en medio del desierto, el aumento en la temperatura del Océano Índico (que se debe al cambio climático), está causando cambios de temperatura radicales en la región. Como consecuencia, en mayo de 2018 se creó el ciclón Mekunu, en octubre de el mismo año el Luban y, finalmente, en diciembre de 2019 la tormenta Pawan. La mezcla de estos tres fenómenos creó las condiciones perfectas para que las langostas, que empezaron a reproducirse entre Yemen, Omán y Arabia Saudita, migraran en busca de más comida. Así llegaron a Eritrea, Etiopía y Somalia, para posteriormente moverse a Kenia y seguir desplazándose hacia otros países, arrasando con todos los cultivos que aparecían en su camino.

Las langostas del desierto, también conocidas como saltamontes, viven alrededor de tres meses y cuando una generación pone huevos, puede crear una nueva que llega a ser hasta 20 veces más grande que la suya. Gracias a esto, pueden aumentar su población exponencialmente, y los ciclones facilitaron el crecimiento de tres generaciones en solo nueve meses. La reproducción fue tal, que hasta febrero de este año, Kenia y Etiopía estaban luchando contra la peor infestación que habían visto en décadas y la pesadilla apenas comienza.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (mejor conocida como FAO por sus siglas en inglés), un solo enjambre que abarque un kilómetro cuadrado puede comer la misma comida que 35 000 humanos en un solo día. Así que la llegada de la plaga al continente africano está poniendo en riesgo a una población que de por sí es vulnerable. Según la FAO, más de 13 millones de personas en Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia y Somalia viven con una “inseguridad alimentaria aguda”, mientras que otros 20 millones están cerca de entrar a esa categoría.

Mientras que la plaga avanza, los países afectados están haciendo lo que pueden para contenerla, pero con sus recursos limitados la lucha no ha tenido muchos avances. Ante la situación, la ONU le pidió al mundo en febrero que volteara a ver a África y le ayudara a reunir 76 millones de dólares para controlar a los insectos. Poco después, el coronavirus se convirtió en el centro de atención y la plaga de langostas, que apenas y había acaparado uno que otro reflector, pasó al final de la lista de prioridades. Mientras tanto, la especie se sigue reproduciendo y se espera que para junio, haya crecido sus números entre 400 y 500 veces. ¿Sabes cuánta comida habrá desaparecido para ese entonces?

Texto por Mercedes Migoya
@mercedesmigoya

Fuentes

https://www.wired.com/story/the-terrifying-science-behind-the-locust-plagues-of-africa/

https://www.nationalgeographic.com/science/2020/02/locust-plague-climate-science-east-africa/

Ilustración: @camdelafu