Bajo una lógica emocional y estructural, Ludwig Godefroy transforma la materia sólida en belleza, explorando el muro como símbolo cultural de introspección, permanencia y resistencia.Desde que fundó su estudio en la Ciudad de México en 2011, el arquitecto francés ha construido una narrativa atemporal. Su obra surge de una conexión entre dos mundos aparentemente inconexos, la Normandía de su infancia y el México que eligió como hogar. 

Materia, memoria y permanencia 

Godefroy reinterpreta la arquitectura vernácula bajo una óptica contemporánea, explorando la “pátina del tiempo” como un recurso conceptual y físico, término que hace referencia a los cambios que el paso de los años deja sobre los materiales, el desgaste natural, las marcas, la oxidación o el deslavado. En su visión, en vez de deteriorar, el tiempo enriquece y da profundidad. Por eso, sus edificios están pensados para habitar espacios minimalistas privilegiando el muro, la sombra y el vacío. El uso de materiales como el concreto, la piedra y la madera se manifiestan como vehículos de memoria en su trabajo. Ludwig ha encontrado que los búnkers de Normandía, tierra de su infancia, y las pirámides prehispánicas de México, país que eligió como hogar, comparten una filiación arquitectónica que ha marcado profundamente su obra. Aunque distantes en origen y significado, ambas estructuras revelan una misma contundencia formal: la solidez del muro, la ausencia de ornamento, la vocación introspectiva y el peso del tiempo. Sus proyectos, construidos desde vínculos emocionales, resonancias visuales y observaciones del entorno, adquieren una dimensión que trasciende la lógica y se adentra en lo simbólico. 

Una manera distinta de habitar

A través de espacios introspectivos, sin ventanas abiertas al exterior, pero con patios que vinculan el cielo con la tierra, Godefroy invita a replantear el consumo, la relación con el paisaje y los rituales cotidianos. Su trabajo se apoya en la limpieza estructural y la experiencia sensorial. Desde casas de descanso hasta capillas o espacios públicos, su portafolio se caracteriza por una coherencia radical. 

Fotos: Cortesía de Ludwig Godefroy