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Richard Mille

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Después de haber trabajado más de 20 años en reconocidas marcas de la industria relojera como Audemars Piguet y Repossi, en 1999 Richard Mille comenzó a desarrollar su propia marca. Inspirado en la perfección y precisión de las industrias aeronáuticas y automovilísticas, se propuso crear relojes de alto rendimiento, con diseños únicos que incluyen un complejo sistema. En el 2001 lanzó su primera colección con el modelo Torubillon RM 001, seguido por el RM 002. En 2005 introdujo el primer reloj para mujeres RM 007 y un experimento llamado el ALUSIC de 25 piezas hecho con materiales utilizados para la construcción de satélites. En 2006 se asoció con la reconocida compañía Perini Navi (constructores de yates de lujo) e introdujeron el RM 014. Finalmente en 2007 la marca se vuelve parte de la Fondation De La Haute Horlogerie. Actualmente sus relojes, fabricados en Suiza, superan las expectativas de calidad y funcionalidad y se venden a nivel mundial.

¿Hacer relojes fue parte de las tradiciones que te heredó tu familia?
Considero que tengo la mejor tradición, por el simple hecho de que no incluyo el costo de los relojes en mi filosofía. Tradición significa costo, ya que los acabados son a mano y aquí el objetivo es poder tomar lo mejor de la tradición y desarrollar lo que se pueda con las técnicas de hoy.

¿Cómo es un día normal en la vida de Richard Mille?
Nunca es igual, me despierto temprano porque trabajo mucho. Durante el día reviso todo; la producción, datos financieros y el mercado. Gracias a la tecnología puedo hacerlo sin importar el lugar en el que me encuentre.

¿Qué pilares consideras que ayudaron a construir tu concepto?
Considero que hay tres pilares. El primero es tener la mejor técnica e innovación posible. Segundo, la mejor ergonomía (equipo y esquema) y arquitectura, ya que es muy importante que nuestros relojes sean cómodos y fáciles de usar. Tercero, tener la mejor cultura de relojes posible, la mejor tradición.

¿Por qué escoges materiales para trabajar como alusic?
Antes de elegir un material, trabajo sobre un objetivo. Esto es lo más importante, ya que al tener un objetivo específico puedo elegir el material que va bien con éste. Jamás escogería algún material por razones de mercadotecnia.

¿Qué diferencia existe entre los relojes Richard Mille y los demás?
Primero el concepto. Segundo, el hecho de que trabajo con muchos deportistas. No lo hago por publicidad, sino porque usan mis relojes cuando entrenan y compiten. Esto hace que la marca sea muy genuina y a la vez el trabajo se convierte en algo muy demandante en términos de tecnología ya que el desarrollo del producto se vuelve complicado y peligroso, pero es lo que me gusta.

¿Qué tipo de personas componen el equipo de Richard Mille?
Apasionadas, capacitadas y con mucha experiencia. Para poder desarrollar nuestros productos necesitamos relojeros con mucha experiencia, pero al mismo tiempo deben ser artísticos ya que todos los acabados son hechos a mano.

Los relojes Richard Mille están dirigidos a un mercado muy específico, ¿Alguna vez pensaste que no se fueran a vender?
Cuando empezamos no sabía cuál sería nuestro mercado, podrían haber sido pocas piezas al año. Era un segmento muy nuevo, el precio de los relojes era casi el doble de todo lo que había en el mercado en ese momento. Había un gran signo de interrogación porque era difícil medir el producto en el mercado, se trataba de algo revolucionario y muy caro. La única solución era tener un plan de negocio muy razonable y afortunadamente funcionó.

¿La idea siempre fue crear los relojes más sofisticados y lujosos en el mundo?
Sí, aunque no como objetivo pero como resultado. Cuando uno hace un producto sin compromiso, en donde el costo no es lo más importante, el producto suele llegar a un nivel extremo de lujo y hoy en día el lujo es masivo. Esto corresponde a lo que el lujo solía ser a principios del siglo XX, las personas creaban productos extraordinarios, ahora ya no es el caso.

¿Cuál es el proceso para elaborar un reloj de mano?
Es un proceso muy largo, cada vez que un nuevo reloj emerge, empezamos de cero y de ahí desarrollamos. Después agregamos todas las funciones, por separado cada una trabaja a la perfección pero al juntarlas se vuelve toda una pesadilla. Aunque es algo complicado, al mismo tiempo es el ADN de la marca, siempre buscamos nuevos retos.