La hermosa provincia occidental de Alberta abarca las Grandes Llanuras del Oeste y colinda al oeste con la Columbia Británica. La región, gigantesca como casi todo en ese país, guarda su propia historia de conquista del oeste, donde la nación del norte llegó a fundar ciudades en territorios antes poblados por indígenas americanos hace apenas 150 años.
La ciudad de Calgary, la más grande de la región, ha vivido un desarrollo formidable gracias a la industria petrolera, por lo que es una vibrante ciudad de rascacielos, con una oferta cultural y gastronómica cosmopolita, con parques y vías arboladas que, sin embargo, parece tímida ante el desmesurado paisaje natural que la rodea. Con cuatro parques nacionales y varias áreas protegidas, declara- dos Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, articulados entre valles y crestas nevadas que forman la cadena de las Rocosas, la ciudad de vidrio es el punto de partida indicado para viajar hacia la deslumbrante naturaleza del Parque Nacional de Banff. Y sí, es posible saltar del asfalto a la belleza prístina de lo salvaje en tan solo 48 horas.
Día 1
9:00 CALGARY EN BICI
Comenzar el día con un recorrido de una hora en bicicleta por la ciudad es lo más recomendable si estarás poco tiempo. Calgary cuenta con la ciclovía urbana más extensa de toda América del Norte. Lo ideal es ir por los caminos que bordean el río Bow, ir al Prince’s Island Park o a Saint Patricks Island. Seleccionar el itinerario es sencillo en la página de la ciudad calgarybybike.ca.
11:30 NATIONAL MUSIC CENTER STUDIO BELL
Calgary, se dice, es la capital musical de Canadá. El Studio Bell, recién estrenado, con una arquitectura volumétrica y muy moderna, no solo ofrece conciertos, sino un recorrido por la historia de la música canadiense y una muestra única de instrumentos foráneos y locales de todas las épocas, así como historia de la radio y de la tecnología. Además de un inmenso archivo, musical y sonoro, es un museo muy interactivo, con todos los dispositivos para escuchar y, si quieres también, hacerte oír.
13:00 STEPHEN AVENUE
La avenida peatonal del centro de Calgary está repleta de tiendas, cafés y restaurantes. Conserva edificaciones históricas que se alternan con estructuras modernas, así como escultura urbana: la Galleria Trees. La ciudad organiza aquí diversos eventos y conciertos abiertos, por lo que escucharás folk y blues, verás danza contemporánea o performances de teatro indie mientras haces tus compras o recorres sus bares.
15:00 COMIDA DE ALTURA EN CALGARY TOWER
La Calgary Tower es el spot perfecto para tener una vista de 360° del casco urbano y, más lejos, de las Rocallosas, desde sus 161 metros de altura. Luego de caminar por sus pisos de cristal, donde verás la ciudad a tus pies, y escuchar la audioguía para ubicar sus highlights, lo ideal es ir al restaurante Sky360. La cocina es de autor y su menú selecto e internacional.
17:00 HORA DEL TÉ EN THE BOULEVARD
El sofisticado y elegante hotel Fairmont Palliser, es el lugar indicado para rodearse de la arquitectura histórica de Calgary y probar su delicioso té de la casa, el Margaret’s Hope Darjeeling, acompañado de delicada pastisería, bocadillos y scones preparados en la pastelería del restaurante The Boulevard.
20:00 CENA EN RIVER CAFE
Ubicado en el Prince Island Park, este restaurante fue de los primeros en llevar la cocina local a la alta gastronomía, inscrito entre los 100 mejores de Canadá. Hoy a cargo del chef Matthias Fong, ofrece un menú degustación en siete tiempos, además de exquisita carne proveniente de criaderos orgánicos y frutos del mar nórdicos como pulpo gigante y esturión.
22:00 PROOF COCTAILS AND CURIOSITIES
Terminar la noche bien documentado en la “biblioteca de libaciones” del bar Proof, será el broche de oro perfecto para cerrar el día. Situado en el distrito Beltline, ofrece combinaciones de coctelería creativa (dicen que trillones) en un amplio espacio para un ambiente de conversa tranquila y relajada, pero muy vital. Su carta de cocteles se divi- de según cada licor base y también los hay no alcohólicos.
Día 2
9:00 AUTOPISTA TRANSCANADIENSE
El trayecto que lleva de Calgary al Banff National Park, es tan solo una porción de este monumento de asfalto que atraviesa Canadá, desde Terranova hasta Victoria. Al cruzar los parques naturales de las Rocallosas, se reviste de alambradas, pasos subterráneos y puentes para evitar alterar la vida o causar accidentes a la fauna del lugar. Es un espectáculo cinematográfico de naturaleza pura que se despliega asombrosamente por la ventana: picos nevados, espesos bosques de coníferas habitados por espíritus de leyendas locales, alces, ciervos y osos.
11:00 BANFF NATIONAL PARK
El Parque Nacional Banff es de los primeros parques nacionales de Amé- rica del Norte (1885). Abarca 6,641 km2 de glaciares, lagos en tonos de intenso turquesa, ríos caudalosos, valles y más bosques. Aquí hay un funicular, un mirador y se organizan caminatas para ver wapitís o ciervo canadiense, alces y lobos, aves y osos grizzly, que por lo general no atacan. Se recomienda caminar en grupo, colgar campanitas del morral y no olvidar el spray anti-osos. También se puede hacer kayak y rafting.
14:00 LAKE LOUISE
Rodeado por los picos montañosos y las nieves perpetuas del glaciar Victoria, el lago Louise, de un brillante color esmeralda, parece engastado entre las Rocallosas. Los verdes intensos de las laderas se transforman radicalmente en invierno, cuando el lago se congela y el paisaje se vuelve enteramente blanco. Las actividades a escoger van desde esquí y patinaje en el lago Louise en invierno, y caminatas a la montaña o kayak cuando el clima es cálido.
18:00 ALOJARSE EN EL FAIRMONT CHATEAU
El histórico y elegante hotel, con más de cien años, es el lugar ideal para instalarse y disfrutar de sus cálidos espacios. Amplias y confortables habitaciones y suites con vista al lago Louise asegurarán una estadía memorable. Su spa será el lugar soñado para descansar gracias a sus masajes y tratamientos especializados.
20:00 CENA EN EL RESTAURANTE FAIRVIEW
La fusión de culturas que define a Canadá tiene su traducción en la cocina contemporánea
del Fairvew, en el Fairmont Chateau. Con ingredientes de granjas y demás proveedores locales, su menú estacional se especializa en platillos regionales como chuleta de jabalí, rilettes de venado estilo Alberta o el filete de coliflor con ragú de hongos y croquetas de frijoles trufados, entre otros. El ambiente es sofisticado y las vistas a las montañas que ofrecen sus amplios ventanales, asombrosas.