El hotel Phum Baitang cuenta con villas privadas que capturan la esencia de las casas tradicionales jemer. Cada una está levantada sobre pilotes con techos altos, paredes de bambú tejido, antigüedades escogidas a mano, pisos y contraventanas de madera envejecida con vistas inigualables sobre el campo y los sembradíos de la zona.
Dentro de la propiedad se encuentra una auténtica casa de campo camboyana con más de 100 años de antigüedad, que recuerda la historia colonial del país. Amueblada con sillas de mimbre, su acogedor ambiente invita a los huéspedes a disfrutar de cocteles y licores añejos.
Hay mucho por hacer, más allá de nadar o contemplar los épicos atardeceres en la alberca al aire libre. Podrás explorar el espiritual e histórico templo Angkor Wat, navegar entre las casas flotantes del lago Tonlé Sap, visitar los pueblos vecinos en bicicleta, recibir una bendición por los monjes budistas o experimentar los mercados locales y preparar auténticas recetas camboyanas con ingredientes cosechados en el mismo hotel.
HABITACIONES
El hotel cuenta con 45 villas privadas, 25 con terraza y 20 con alberca y jardín. El diseño arquitectónico está inspirado en las viviendas de madera típicas de la región, y tanto el interior como el exterior fueron diseñados y amueblados para brindar una experiencia auténtica, llena de lujo y sofisticación. Dentro de la habitación se encuentra todo lo necesario para pasar un rato inolvidable, desde una tina de piedra, hasta salas exteriores en las que es posible tomar el desayuno, ver el atardecer o simplemente pasar el rato deleitando el sentido del oído con el sonido de la naturaleza.
Las casas típicas de los jemeres suelen ser estructuras elevadas del piso entre 1m y 3m.De esta manera, las inundaciones anuales no afectan la sala principal de las casas de los productores de arroz, mientras que los agricultores pueden utilizar el suelo debajo de la casa para trabajar y proporcionar refugio a su ganado.
Entre sus características principales, los techos también juegan un papel importante, pues existen hasta tres diferentes maneras de hacerlos y cada forma es representativa de distintas regiones del país. Arquitectónicamente, la ventilación es crucial en estas casas, ya que las temperaturas llegan a los 36°C y el porcentaje de humedad rebasa el 80%.
RESTAURANTES
BAY PHSAR
Con vistas a los arrozales y jardines circundantes, Bay Phsar promete una variedad de vibrantes sabores camboyanos creados con ingredientes de la región. El arroz que se utiliza en la cocina proviene directamente de los cultivos que estarás viendo mientras cenas.
Se recomienda probar el amok, pescado al vapor en hojas de plátano, pasta al curry, crema de coco y hoja de nyonya; el Cha Kroeung Samot, almejas salteadas con fideos de huevo, ajo, chile, jengibre, cilantro y jugo de limón. Y de postre, el Bang Em, tapioca y maíz fresco, pastel de yuca, frijoles dulces con jarabe de limoncillo, arroz al vapor y crema de jengibre.
HANG BAY
La experiencia en Hang Bay invita a degustar una fusión de cocina internacional, desde los mariscos más frescos hasta los mejores filetes, mientras te deleitas con los atardeceres o las noches estrelladas. ¿El imperdible? La langosta al vapor con mantequilla de limón y jengibre, y se- millas de loto, así como el pork belly stew con semillas de jackfruit y arroz de jazmín. Y para cerrar, la tarta de limón con merengue crujiente.
SPA
Para la máxima indulgencia y relajación, no se puede dejar pasar una visita al Spa Temple, un vestigio arquitectónico de Angkor en un entorno sereno dentro del resort.
El objetivo del spa es mejorar el bienestar de quien lo visita, por lo que cuentan con siete salas de tratamiento, un baño de vapor, área de relajación, un pabellón de yoga y una alberca al aire libre de 50 m. Sus tratamientos buscan purificar y rejuvenecer el cuerpo. Adoptan técnicas de curación ancestrales, recetas de belleza que replican las antiguas creencias y tradiciones de la cultura camboyana con terapias diseñadas para la mente, el cuerpo y el espíritu.
Para ello, experimentados terapeutas, con habilidades perfeccionadas en técnicas modernas, se encargan además de crear un ambiente de total relajación utilizando solo los mejores productos orgánicos.
Al llegar al spa, cada huésped es recibido con una selección de bebidas refrescantes elaboradas con hierbas y frutas antes de comenzar el tratamiento personalizado.
Toda la cultura del Phum Baitang se basa en la antigua creencia que rige la vida de la gente de Camboya: “Honrar el cuerpo como el templo sagrado que es”.
Fotos cortesía de Zannier Hotels Phum Baitang