Este proyecto pretende mostrar una colección de fotografías hiladas por un tema particular. Esta vez el ABC es una serie de retratos de invenciones que han cambiado el curso de la historia de la humanidad o influenciado trascendentalmente la vida que llevamos hoy en día.
Durante nuestras vidas hacemos uso de muchos objetos de forma inadvertida, sin pensar en el impacto que tienen en nuestras vidas, de dónde vienen y qué sería de nuestra estancia en este mundo sin dichos objetos. Es así como nace este proyecto.
Vemos a los objetos fotografiados en lugares o ambientes en donde se utilizan o se utilizaron alguna vez, que simulan —en algunas ocasiones— pequeñas escenas cinematográficas llenas de vida y de contexto; con el objeto siempre en el papel estelar de dicha escena, la que llevará a quien la observa a identificar la trascendencia de esa invención en su propia vida.
Ya lo dijo Platón alguna vez: “Nunca hice nada valioso por accidente, y ninguna de mis invenciones llegó por accidente; vinieron del trabajo”. Este proyecto es también un homenaje a la perspicacia y la sagacidad que ha tenido el hombre durante el curso de la historia para mejorar su propia vida y la de quien se encuentra en su entorno.
Paraguas
Un objeto de lo más necesario en días lluviosos, el paraguas fue creado en China en el siglo XI a. C. y utilizado por las civilizaciones más poderosas de la antigüedad. Los asirios, los egipcios y los griegos no lo usaban para protegerse de la lluvia, sino del sol. Sin embargo, la gloria del paraguas decayó junto con el Imperio Romano y no volvió a resurgir hasta el siglo XI en Francia. Entonces, considerado como un artículo de lujo para los nobles más acaudalados, los diseñadores franceses se dedicaron a experimentar con sedas y modelos innovadores, y continuaba usándose como sombrilla. Fue hasta 1823 que el químico escocés Charles Macintosh ideó el primer paraguas contra agua, que utilizaba caucho en vez de tela. Por mucho tiempo los paraguas fueron estrictamente negros, pero hoy en día hay de todos los colores y tamaños imaginables.
Queso
No hay nada como un buen queso, ya sea un camembert sobre un pedazo de pan crujiente, o trozos de queso de cabra escondidos en una ensalada con nueces. El queso es uno de los placeres culinarios más antiguos, tanto que ni siquiera es posible saber cuándo fue creado. Fue hace 12,000 años que las ovejas fueron domesticadas en el antiguo Egipto y, por la falta del equipo apropiado para guardar la leche que ordeñaban, esta se fermentaba rápidamente. Se cree que algún pastor se atrevió a probar la leche cuajada y le gustó el sabor. El queso siempre ha sido un alimento básico en la nutrición de los humanos, pero fue realmente en la Edad Media cuando se comenzó a utilizar con más frecuencia. Antes de los días de ayuno dictados por la Iglesia las personas comenzaron a ingerir mayores cantidades de queso, por lo que se crearon cada vez más tipos, con diferentes tiempos de fermentación, con diferentes especias, leches, etcétera. ¡Quién diría que siglos después seguiríamos adorando y creando más tipos de queso para disfrutar!
Radio
Como consecuencia de varios inventos —como las pilas voltaicas y la telefonía— y el descubrimiento de las ondas electromagnéticas, se creó el aparato que hoy en día nos entretiene, sobre todo a la hora del tráfico. Se dice que la radio pública se originó como consecuencia del hundimiento del Titanic, ya que durante tres días intentaron comunicarse sin éxito. El radio pasó por muchas etapas, pero fue en el siglo XX que se convirtió en lo que conocemos, gracias a las aportaciones de A. Fleming y R.A Fesseden, que permitieron transmitir la voz humana. A lo largo de la historia del siglo IX y XX, la radio ha adoptado un papel de suma importancia en la política y en la sociedad, pues es uno de los medios de difusión más conocidos.
Sándwich
Difícilmente nos podemos imaginar una vida sin sándwiches. Los lunches de la primaria no serían lo mismo sin el típico sándwich hecho en casa. Sin embargo, antes del siglo XVIII no existía la noción de poner carnes frías y quesos en medio de dos rebanadas de pan. Cuenta la leyenda que John Montagu, IV conde de Sandwich, en Inglaterra, era un gran fanático de los juegos de mesa. Tan ávido jugador era que un día, en medio de una competencia, no tuvo tiempo de interrumpir el juego para ir al comedor. Fue entonces que, para no pararse de la mesa ordenó a sus sirvientes que le trajeran algo de comer y describió lo que hoy en día llamamos sándwich. El conde Montagu dejó bien claro en su testamento que lo mejor que le había otorgado al mundo a lo largo de su vida fue ese invento… consideramos que tiene toda la razón.
Teléfono
Imagínate cómo sería la vida sin teléfono, sin la capacidad de comunicarnos con cualquier persona en cualquier parte del mundo de manera instantánea. Lo que imaginas fue una realidad hasta el siglo XIX, cuando el francés Charles Bourseul tuvo la gran idea de utilizar las vibraciones de la voz sobre un disco flexible para activar y desactivar un circuito que a su vez producía las mismas vibraciones en un lugar alejado. Sin embargo, esto solo funcionaba para transmitir notas musicales. Ya en 1877, el estadounidense Alexander Graham Bell construyó el primer teléfono, tal y como lo conocemos ahora. La creación del teléfono revolucionó abruptamente la manera de relacionarse de las personas, la forma en la que hoy en día se hacen planes y borró las barreras geográficas que limitaban la comunicación. Hoy en día la evolución del teléfono continúa a pasos agigantados, permitiéndonos estar disponibles y localizables en todo momento.