Texto por: Miguel Rivera
Fotos por: Francisco Íñigo
Existe un dicho popular en Vail: “Vienes por el invierno, pero te quedas por el verano”. Es casi como una analogía del enamoramiento: por supuesto que ese brillo blanco, la frescura del aire helado y la aventura del intrépido descenso por sinuosas curvas impacta, pero hay algo en el verde del verano que reconforta, que invita a regresar. Si el invierno en Vail es la primera cita, entonces el verano es la confidencia, las pláticas inacabables de media noche, las tardes lluviosas abrazados en el sillón con Netflix en la pantalla, y sin duda, la llegada a casa.
1. Fly fishing
Eat that! es todo lo que Matt gritaba al no creer que, con medio río recorrido, no hubiéramos pescado nada: Eat that! No tomó demasiado tiempo para que, con más suerte que destreza, colgara una trucha de medio metro en mi anzuelo -puede que la recuerde más grande de lo que era, pero aquí estamos tratando de contar una historia ¿no?-. Al enrollar el carrete, me di cuenta de que era un poco anticlimático, no por el logro, sino porque la verdadera magia de la pesca, descubrí, está en la calma. Los momentos tranquilos, el silencio río abajo y la plática mundana en el contexto extraordinario son lo que recuerdo como mi día de pesca. Mi trucha, como todas en el río de Vail, fue liberada y yo quedé satisfecho. Jamás sentí de cualquier manera, que la merecía.
Gore Creek Fly Fisherman
492 E. Lionshead Circle Vail, Co
(970) 476 3600
www.gorecreekflyfisherman.com
2. Bravo! Vail Music Festival
Hay muchas razones por las que voy a regresar a Vail en verano. Me faltó, por ejemplo, correr 10 km entre los álamos y visitar un bar que dejé pendiente, pero hay algo más que me jala. No estuve, y algún día estaré, en la interpretación de la música para cine de John Williams (Jaws, E.T., Star Wars, Indiana Jones, Jurassic Park, etc.) por la Dallas Symphony Orchestra. Me retiré satisfecho, sin embargo, por la interpretación de Mozart por el prodigioso violinista Joshua Bell acompañado de The Academy of St. Martin in the Fields. El festival de música Bravo! no sólo reúne algunas de las mejores sinfónicas del país, sino que se celebra alrededor de un picnic casual, y por casual me refiero a champaña, charcutería fina y rosé.
Gerald R Ford Amphitheater
Bravo! Vail Music Festival
877 812 5700
www.bravovail.org
3. Adventure Ridge
Ahora, que no haya montañas nevadas que descender, no significa que no hay adrenalina en Vail Verano; la hay, de sobra. ¿Recuerdan esa risa involuntaria que sale del estómago cuando te estás divirtiendo, pero no sabes si todo saldrá bien? Bueno, las carcajadas que salían de mi ser al descender en dona de plástico por el Eagle’s Nest Summer Tubing, fueron un regreso a la niñez. La tirolesa merece mención aparte, pues recorrer más de 2 millas, en ocasiones a más de 80 km/h, no suena relajante en absoluto, pero hay algo en las montañas y el verde bosque que te permite volar en paz. La bicicleta de montaña cuesta abajo por colinas serpenteantes es, sin duda, otro de los clásicos.
970 496 4910
www.vail.com
4. Hiking con llamas
El hiking en sí mismo es espectacular: te rodean las rocallosas, las puntas nevadas de las montañas que aún mantienen ese brillo blanco y tu entorno repleto de pinos y álamos te absorbe en una atmósfera verde y frondosa que no viene sin sus retos. Algunas subidas empinadas y bancos de hielo –souvenirs de tiempos menos templados- te invitan a cuidar tu pisada. Pero son los pequeños momentos como la caminata al lado de una nueva amiga y el trago de agua cristalina del arroyo los que se quedan en la memoria como conexiones reales entre tú y el entorno. Como dicen, Dios está en los detalles.
Paragon Guides
210 Edwards Village Blvd B107, Edwards, CO
970 827 5363
www.paragonguides.com
5. Comer como si no hubiera un mañana
Haremos una pequeña excepción, pues estos paraísos repletos de ambrosía también puedes encontrarlos en invierno, pero sería un crimen no mencionar el FESTÍN -con mayúsculas- que puedes disfrutar en cada uno de ellos.
Empecemos por Matsuhisa. La joya de la corona del chef Nobu Matsuhisa está en el corazón de Vail y le hace honor al nombre. El último lugar donde esperaba encontrarme un raspado era aquí, disculparán que empiece por el postre, pero la torre de hielo rayado sobre cama de helado sumergida en toppings de chocolate y frambuesa fue, por decir lo menos, memorable. El spicy tuna, fresquísimo, vibrante y con un picor que cortaba lo crocante del arroz; la costra negra del bacalao asado con miso se desprende al primer toque de palillo para mostrar su resplandeciente blancura, una mantequillosa invitación a pecar.
Flame. ¿Qué decir del restaurante especializado en parrilla del Four Seasons Vail? Vienen muchas palabras a la mente, pero la más apta, sin duda, debe ser algo como sensual. Y es que hay una combinación atractiva aquí, un balance entre seriedad y comedia, entre la excepcionalidad de la profesión de un cocinero y la levedad de quien te recibe en su hogar un aroma a estofado. Un New York Steak al punto, jugoso e indebido para ojos sensibles es precedido por juguetones corn dogs de alce. La elegancia que empieza con una sutil sopa de frijol blanco con alcachofa y termina en la decadencia de un desfile de cheese cakes, pana cottas y pasteles de chocolate. Tras cenar aquí, escuché una discusión entre dos personas que en sí misma, resume lo que garabateo:
Matsuhisa
141 E Meadow Dr, Vail, CO
970 476 6628
www.matsuhisarestaurants.com
Flame
1 Vail Rd, Vail, CO
970-477-8650
www.fourseasons.com/es/vail/dining/restaurants/flame