Las latitudes septentrionales le otorgan a Canadá una idiosincrasia particular. En pocos lugares la naturaleza contrapesa el factor humano en la esencia de una nación como lo hace en este país. En Alberta vinieron a encontrarse, en un delicado equilibrio, las múltiples realidades que hoy se esconden detrás de la hoja de maple. El contraste es la esencia de una región que concentra naturaleza indómita, culturas milenarias y placeres citadinos a partes iguales.
En pocas palabras, Alberta es un buen resumen de Canadá. Allí donde las planicies norteamericanas se alzan al cielo empujadas por las fuerzas tectónicas, la riqueza está en la diversidad. Paraísos serranos, leyendas esculpidas en madera y magnates petroleros son el sazón de este pedazo del corazón de Norteamérica.
Si bien hay un montón de Albertas, todas se encuentran de Edmonton. Esta ciudad es el último bastión de civilización en una Canadá que concentra la mayor parte su población hacia el sur y la mayor parte de su naturaleza indómita hacia el norte. Al encontrarse justo en el punto medio de esta polarización, la capital de Alberta presume de ser la puerta hacia ese otro Canadá que domina el imaginario colectivo, el de montañas desafiantes, bosques interminables y fauna impresionante.
Crucero de caminos
Además de ser punto de encuentro de oleoductos cargados de polémica, Edmonton es crucero de los caminos de la provincia. Fue el deshielo el que trajo a los pri- meros hombres y mujeres hace milenios a las orillas del río North Saskatchewan. El comercio de pieles atrajo a los europeos desde el siglo XVII. Y el Pacific Railway acercó hasta aquí la modernidad en el XIX. Hoy, Edmonton es la guardiana del norte de las Américas, siendo el área metropolitana de más de un millón de paisanos más boreal del continente.
La comida, en estas frías latitudes, es cuestión importante. Des- de antes de ser oficialmente una ciudad, aquí ya había mercado. El antiguo Rice Street Market, hoy conocido como Downtown Farmer’s Market, lleva llenando los sábados de las maravillas orgánicas de la región desde 1903.
Cuando el tiempo acompaña, frutos rojos, tomates y manzanas abarrotan 103rd Street. A partir de Thanksgiving, las coles, los ajos y las moras se resguardan en el City Hall para alimentar a los locales sin importar la nieve.
Un plan redondo es visitar el mercado para abastecerse de materia fresca como preludio de una clase magistral en el estudio culinario Kitchen By Brad Smoliak. Para el postre, no cae mal visitar los puestos de Serben Farms, Victoria Trail Organics o Kuhlmann’s y probar alguna mora o bebidas alcohólicas y chocolates artesanales.
De bajar la comida se encarga el río North Saskatchewan. Un conjunto de más de 20 parques ribereños tapizan de bosque urbano las laderas aledañas del curso de agua que atraviesa Edmonton. Un paseo en bici por la que es la mayor zona verde urbana de Canadá ayuda, además de hacer la digestión, a desdibujar los límites entre lo citadino y lo natural a unos pasos del centro de la capital.
De vuelta al asfalto, se puede seguir tragando. Si bien Alberta presume, con razón, de sus productos locales, no puede hacer lo mismo con su cocina. Pero no hay nada que temer, la esencia migrante de este país llega para salvar la cena. Rostizado es gran ejemplo de fogones mestizos. Un par de canadienses asiduos a las olas de Nayarit aprovecharon sus viajes para traer en la maleta el sazón de México. El queso empanizado en cazuela con salsa verde hace dudar de si al salir del local, nos encontraremos en las playas del Pacífico o seguiremos en lo más profundo del Canadá.
Los ciervos que salvaron a los bisontes
Los suburbios de la capital pronto dejan atrás las hileras de casas clónicas para dar paso a las incontables granjas que alimentan a la ciudad. Lo que nadie se espera, en mitad de esta planicie de productos frescos, es toparse con un parque nacional. Elk Island National Park es una de las gemas más preciadas de la provincia y del país en lo que a conservación ambiental se refiere. Un tesoro de 194 kilómetros cuadrados de pura y afortunada casualidad.
Cuando, en menos de un siglo, la voracidad del desarrollo traído por el hombre blanco hubo exterminado prácticamente los 25 millones de bisontes de llanura y montaña que trotaban de Alaska a México, lo único que quedaba para proteger cerca de Edmonton eran ciervos. Así, a finales del siglo XIX se creó Elk Island a 35 minutos del centro de la capital.
Si bien fue el interés cinegético en el ciervo lo que trajo la conservación a estas tierras, el mayor beneficiado con la creación de este Parque Nacional fue el bisonte. Dentro de los desastrosos planes de conservación de principios del siglo XX, la suerte hizo que unos 50 bisontes de llanura escaparan de ser trasladados a otro parque. Este hecho los convirtió en los únicos bisontes de esta variedad no hibridados con los de montaña y exentos de la brucelosis y tuberculosis presentes en otros centros de conservación del país.
Así, en 1957, Elk Island National Park fue el lugar ideal para recibir a los 200 últimos bisontes de montaña que, de igual modo, milagrosamente se libraron de la hibridación con sus primos de llanura. Aquí mantuvieron genéticamente separadas a las dos poblaciones, lo que ha permitido aumentar sus números y enviar individuos puros y sanos de las dos variedades de estos ungulados a diferentes puntos de Norteamérica.
Es curioso que la casualidad hiciera que este pequeño parque cercado fuera la salvación para esta noble especie, de vital importancia ecosistémica y pilar cultural fundamental para los pueblos originarios de esta tierra. El corazón de Alberta era la frontera natural donde convergían las dos variedades de esta especie. La historia quiso para el bisonte que aquí comenzara la recuperación de lo que millones de años de evolución le dieron y cien años de convivencia con occidente le quitaron.
Para el visitante es un lujo caminar o remar en los caminos y lagos que comparten bisontes, ciervos y castores. Este oasis de paz y conservación alberga la mayor densidad de población de ungulados del país. Si bien avistar coyotes, osos o lobos puede ser tarea imposible, una tarde en el parque es garantía de cruzarse con alguno de los formidables herbívoros que aquí se refugian.
La puerta de las Rocallosas
En la relación de los albertanos con su entorno natural el tamaño del ducto importa. Y mucho. El subsuelo petrolero de Alberta, además de riqueza material, ha sido fuente de polémica. El proyecto de ampliación del oleoducto transmontano que transporta el preciado hidrocarburo desde Alberta a la vecina Columbia Británica ha puesto en pie de guerra a pueblos indígenas, ambientalistas, fauna y flora.
Por mucho que el recién estrenado gobierno albertano quiera echarle más gas al fuego, la riqueza de esta provincia no solo se mide en petrodólares. Viendo el entorno aledaño a Edmonton cuesta creer que cerca haya alguna elevación destacable. Sin embargo, tras unos escasos 300 kilómetros de praderas y granjas orgánicas, aparecen desafiantes las joyas de la corona de Alberta: las Rocallosas.
Si Banff es el rey de los parques nacionales canadienses, Jasper es la reina consorte.
El pueblo alpino, que da nombre a la reserva, es la puerta de entrada a la cordillera más cercana a la capital de Alberta. Un paraíso de montañas colmadas de coníferas, lagos aficionados al escondite y campos rebosantes de color silvestre.
Hay, cuando menos, tres caminos ideales para conocer Jasper en todo su esplendor. El primero será siguiendo el río Maligne, que comparte nombre con uno de los cañones más enigmáticos del lugar. La porosidad del suelo kárstico seduce a las aguas que desbordan Medicine Lake privándolas de la luz del sol la mayor parte del año. El curso del río reaparece en la superficie justo a tiempo para escarbar un cañón de hasta 50 metros de profundidad que hace las delicias de millones de turistas.
Otra opción para conocer la grandeza de estos valles es colgarse de unos cables de acero para ascender a la cima de Whistler’s Mountain. El Jasper Skytram se eleva hasta el Summit, uno de los restaurantes con la más alta cocina de la zona. Desde ahí, los y las valientes pueden seguir camino por los senderos que continúan hasta las mejores vistas del Parque Nacional.
Para los aventureros con vértigo, la tercera opción es hacer el camino hacia lo salvaje a lomos de un caballo. Las rutas guiadas que parten de Jasper Riding Stables son la mejor manera para huir de las avalanchas de turistas, disfrutar del silencio y, como bestia llama a bestia, con suerte avistar más fauna que caminando por nuestra humana cuenta.
Hacer camino
El tren fue abriendo el paso a los exploradores que llegaron hasta aquí en el siglo XIX. Hoy, sigue atravesando estos valles como una bestia imparable que solo entiende de unir las costas y se preocupa poco del daño que sus raíles ocasionan a su paso. Sin embargo, el ferrocarril es hoy un mal menor. Como cualquier otro rincón del planeta, la mayor amenaza para este paraíso es el aumento de las temperaturas que están provocando en la zona el retroceso de glaciares o la muerte de millones de pinos que nos presagian un futuro sin vida y desprovisto de verdor.
A pesar de la debacle climática, Alberta sigue siendo un paraíso terrenal. Su variada oferta y los contrastes que aquí se cruzan hacen de esta provincia un lugar digno de visitar y, sobre todo, merecedor de ser conservado. Aquí, el resultado final es mayor que la suma de las partes. Sin duda, Alberta ha sabido sacar provecho de arraigar su esencia en ser punto de encuentro.
Edmontón
DÓNDE DORMIR
Matrix Hotel
D. 10640 100th Ave. NW
T. +1 780 429 2861
matrixedmonton.com
DÓNDE COMER
Rostizado
D. 102 de 104th Street NW
T. +1 780 761 0911
www.rostizado.com
QUÉ HACER
Downtown Farmer’s Market
El mercado se pone todos los sábados del año en dos temporadas: de noviembre a mayo, de 9 a 15 horas en Churchill Square.
D. 103rd Avenue, entre la 96 y la 97, de mayo a noviembre.
www.city-market.ca
Kitchen by Brad Smoliak
D. 10130 105th Street NW
T. +1 780 757 7704
www.kitchenbybrad.ca
Revolution Cycle
Esta tienda de bicicletas, además de venderlas de todo tipo y color, ofrece tours guiados por los par-ques aledaños de la ciudad.
D. 15103 Stony Plain Road
T. +1 780 486 3634.
www.revolutioncycle.com
Neon Sign Museum
La oferta cultural de Edmonton no será la más abundante, pero no se puede decir que no sea de lo más particular. El único museo de carteles luminosos de neón de Canadá se encuentra en el cruce de
D. 104th Street NW y 104th Avenue NW.
www.edmonton.ca/
Elk Island National Park
Desde Edmonton, el parque se puede visitar durante el día.
D. 54401 Range Road 203, Fort Saskatchewan
www.pc.gc.ca/
Jasper
DÓNDE DORMIR
Chateau Jasper Hotel
D. 96 Geikie Street
T. +1 587 802 3529
www.mpljasper.com
QUÉ HACER
Jasper Hikes and Tours
D. 2474, Jasper
T. +1 780 931 4453
www.jasperhikesandtours.ca
Jasper Riding Stables
D. 1 Pyramid Lake Road
T. +1 780 852 7433
www.jasperstables.com
Texto por: JORGE SANTOS DEL BARRIO
Jorge Santos es orgullosamente castellano, observador impaciente y consumidor empedernido de documentales. Desde la infancia, la naturaleza ha sido su verdadero y único amor. Biólogo frustrado, encontró en la comunicación todo lo que la ciencia no le dio. Es un firme defensor de que la sostenibilidad no es una utopía, sino la única opción.
Instagram: @jorgias_3
Fotos por: Marck Gutt