Después de haber estudiado Bellas Artes en Bélgica, Andrés Cañal comenzó a trabajar en la imagen gráfica de canales y programas de televisión belgas y franceses. Al mismo tiempo, publicaba dibujos y diseños en prensa: cómics en Bélgica y mucha ilustración, principalmente infantil, en España.
El trabajo de Cañal siempre estuvo acompañado de la fotografía, que le servía como soporte a sus proyectos, como gráficos de televisión o como apuntes para sus diseños. Probablemente debido a las cámaras de alta definición que los teléfonos celulares permiten tener a la mano, sus fotos comenzaron a tener vida propia, hasta que se convirtieron en algo más que solo una referencia para su trabajo.
Y a la inversa, en el aspecto formal, creo que los años de actividad como diseñador gráfico se notan claramente en sus fotos. En la construcción de la imagen, en la forma de describir las líneas, en la búsqueda de un equilibrio entre claros y oscuros. Además, la presencia humana se ha impuesto de forma natural. Sin ella, explica, sus imágenes volverían a parecerse a los apuntes gráficos con los que antes trabajó.
Muchas de sus fotografías son una proyección de él mismo y del estado de ánimo en el que se encuentra. Cuando sale con una cámara, acostumbra a hacerlo solo, ya que, según nos cuenta, puede pasarse mucho tiempo mirando cómo transcurre la luz y no quiere aburrir a quien lo acompañe.