“Somos lo que comemos” es la famosa frase de Ludwig Feuerbach y esto es muy cierto cuando exploramos la gastronomía mexicana a través del lente de Fernando Gómez Carbajal. Para Lincoln es muy impórtate sumarse a los esfuerzos existentes para preservar tradiciones milenarias que hacen de México este gran mosaico de tradiciones, colores y sabores únicos en el mundo. Tejiendo México continúa explorando la visión de Fernando Gómez Carbajal, un fotógrafo gastronómico que capta la verdad de los sabores que componen la inmensa variedad de la cocina mexicana.
Con Lincoln, saboreamos México en cada bocado, apreciando el origen de los ingredientes y la creatividad de quienes los transforman.
Fernando Gómez Carbajal lleva 12 años dedicado a la fotografía gastronómica. Llegó a este rubro tan específico por una mezcla de gusto y por accidente cuando vivió una experiencia inolvidable en la Sierra de Puebla. Es diseñador gráfico de formación y, desde entonces, fotógrafo de profesión. “Para mí la fotografía es una invitación. En el caso de la comida, el factor antojo ES BÁSICO Y surge la necesidad de transmitir aquello que estas viviendo con el olfato, el gusto y la vista, todo en una imagen.”
Su carrera empezó por la época en que México tornó su mirada hacia adentro e inició el viaje al redescubrimiento de su identidad. Esto resultó en el boom gastronómico y el posicionamiento del país como un destino para comer. “Me interesa el enfoque etnográfico y disfruto de; caminar en Pátzcuaro o Angangueo, comer en las calles de CDMX; pasear por la Sierra y la Costa de Oaxaca; comer en la Huasteca Hidalguense, visitar los sembrados de maíz de Estado de México; así como como ir a los viñedos de Valle de Guadalupe o comer y fotografiar mis restaurantes favoritos de la Riviera Maya y la CDMX”.
Se describe como un ser impaciente y agradece a la fotografía por el rigor que exige y por permitirle llegar a un lugar de calma donde solo existe el momento presente. “Es muy importante ser paciente consigo mismo y con todos lo que participen en la sesión de fotos. Hay que respetar y respirar.”
La memoria gustativa es muy importante en la fotografía de comida. ¿Cómo fusionar la pupila y el paladar? Ahí está la clave de una buena comida y, por supuesto, los ingredientes para una excelente fotografía. Le gusta fotografiar procesos. Por ejemplo, seguir los ingredientes desde el campo o el mercado hasta la preparación final en manos del chef. En los chefs admira que sean “clavados”, que estén al pendiente de todos los detalles y que conciban cada plato como una gran obra. De los restaurantes resalta la importancia del servicio. Ama la comida casera “confort food”, prefiere lo de tierra sobre lo de mar y si es con las manos, ¡tanto mejor! Dice que para comer no hay que perderse Michoacán y la comida chilanga en CDMX. Tiene a Durango en su lista de futuros destinos. Su trabajo está presente en 13 libros de cocina y sueña con exponer sus imágenes en las rejas de Chapultepec.
“Para mí es muy importante la honestidad. Decir la verdad en una imagen. Entregar la experiencia tal y como la estoy viviendo, sin ruido y sobre todo sin falsa pretensión, pero siempre con la firme convicción de hacer lo que se tenga que hacer para convertir una buena imagen en una imagen extraordinaria”.
En la foto la técnica no es suficiente, eso se aprende de manera fácil. He aprendido que para hacer una buena imagen es necesario escuchar y observar y en el caso de la comida hay que probar para poder comunicar. “Prefiero probar con calma cuando el plato está en la temperatura correcta. Me gusta darle su tiempo a la comida y a la fotografía. Ambas requieren tiempo, paciencia y atención”.
Fernando escoge muy bien a quien y que fotografía. “Hay que dejar de ir a eventos, fiestas y viajes, cuando estos no aportan a la estrategia y no contribuyen a lo que de verdad me interesa,” afirma. Le interesa ver imágenes que hace la gente en sus cocinas, especialmente cuando viajo a algunas comunidades. Me gusta entender ellos cómo ven, como sienten, como comen y como celebran. Admira el trabajo de colegas como Raquel Carmona, Mikel Ponce, Eduardo Torres, Andrea Tejada, Abori y Seo Ju.
De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), la pandemia ha provocado diversas restricciones en los viajes. A medida que el mundo se recupera de esta situación, las opciones por redescubrir las maravillas culturales locales comienzan a abrirse de forma gradual, empujando el regreso de viajes en carretera a los más de 130 Pueblos Mágicos que hacen de México un lugar único. Para iniciar estos recorridos de forma segura, que mejor que hacerlo en la Lincoln Aviator PHEV. Este innovador vehículo tiene diseño y funcionalidad creados de manera coherente con la filosofía de vida sustentable: un motor de combustión interna convencional y un motor eléctrico que funcionan en paralelo. De este modo, se superan las limitaciones generadas por la autonomía y potencia de los vehículos eléctricos y reduce la emisión de CO2 de los coches convencionales.
@fernandocarmela
Texto por Marcella Echavarria