Las dietas se han puesto de moda y el ayuno intermitente está en boca de todos, pues ayuda a perder grasa y disminuir la inflamación abdominal. Constantemente, buscamos una manera de bajar de peso o llevar un estilo de vida saludable; por eso, a continuación te decimos todo lo que tienes que saber sobre este plan alimenticio.
El ayuno es el tiempo que el cuerpo pasa sin ingerir alimentos y el ayuno intermitente, también conocido como intermittent fasting, consiste en alternar periodos de comida con periodos de ayuno. Lo interesante es que no es una dieta como tal, ya que, en vez de restringir los alimentos, se concentra en la hora y el momento de comerlos.
Por naturaleza, ayunamos mientras dormimos. La idea de este plan es extender ese periodo de tiempo al eliminar la cena o el desayuno, de forma que el cuerpo pase más tiempo sin ingerir alimentos.
El cuerpo humano está diseñado para pasar periodos largos sin ingerir alimentos; nuestros ancestros, por ejemplo, pasaban días sin comer y no había ninguna repercusión. Así, cuando ayunas, el cuerpo recurre a las reservas de glucosa para obtener energía y, debido a que son limitadas, automáticamente continúa con las reservas de grasa.
Durante el ayuno, los niveles de glucosa disminuyen y los niveles de la hormona del crecimiento aumentan, lo cual incentiva el desarrollo muscular y provoca el proceso de lipólisis, durante el cual el cuerpo usa la grasa almacenada como energía.
Hay distintos tipos de ayuno intermitente y ninguno es mejor o peor que otro; simplemente, se recomienda a las personas utilizar el que mejor le acomode a su metabolismo. El plan más común es el 16/8, el cual consiste en ayunar 16 horas y dejar ocho horas para comer. Otro consiste en ayunar uno o dos días por semana y comer libremente el resto de los días. Finalmente, se encuentra el 5:2, el cual consiste en comer libremente cinco días a la semana y limitar la ingesta calórica a 500 o 600 calorías durante dos días.
El ayuno intermitente mejora la sensibilidad a la insulina y a la leptina; estandariza y normaliza los niveles de la hormona del hambre, también conocida como grelina; aumenta los niveles de la hormona del crecimiento, que es la clave de la quema de grasa; retarda el proceso de envejecimiento; disminuye la inflamación de las células y fomenta su reparación; reduce los triglicéridos y el colesterol; puede ayudar a prevenir el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas; y mejora de manera notable la salud intestinal al promover una microbiota sana.
Para obtener mejores resultados y llevar un estilo de vida sano con este plan alimenticio, es preferible ingerir únicamente frutas y verduras (sin ninguna restricción), carbohidratos complejos (quinoa, arroz integral y camote), grasas saludables (aguacate, nueces, aceite de coco y aceite de oliva) y proteínas (en polvo, huevo, carne, pollo y pescado).
Escrito por Almudena Compeán