En la costa de la península de Yucatán, en Tulum, se encuentra Azulik, el mágico hotel boutique que ha recibido la atención de miles de viajeros de todo el mundo. La razón es que una estancia en este paradisiaco lugar es, definitivamente, inolvidable, pues la construcción convive a la perfección con el ecosistema y complementa la belleza de la selva maya, que está colmada de cenotes y manglares, y rodeada del azul turquesa del mar caribeño.
El concepto de alojamiento de Azulik está basado en tres pilares: sabiduría ancestral, naturaleza y arte. Lo anterior le permite elevar lo sustentable a otro nivel, pues su misión es crear una tribu que posibilite a los individuos conectarse tanto con ellos mismos como con su entorno.
El hotel está conformado por 48 villas, un museo de arte contemporáneo, un templo de sanación ancestral, un spa, un centro de belleza, cuatro restaurantes, un club de playa, una boutique de moda, una joyería y una tienda de lentes. Próximamente, contará con una tienda de muebles.
Su fachada es aclamada mundialmente en Instagram, pues remite a una casa del árbol con sus puentes colgantes que, gracias a su altura, permiten el desarrollo de la flora y la fauna. Su estructura orgánica también conserva las irregularidades naturales de la superficie del suelo e incorpora senderos diseñados para que los habitantes caminen descalzos y entren en sincronía con la sabiduría milenaria de la tierra.
Todos los servicios y amenidades de Azulik buscan generar conciencia sobre nuestro impacto en el planeta e invitan a los huéspedes a vivir una experiencia en perfecta armonía con el entorno y a compartir la filosofía slow-life del hotel.
Además, la playa se encuentra en una zona de anidación de tortugas; por ello y para respetar su hábitat, las instalaciones no tienen televisión ni WiFi y, al anochecer, deja de haber electricidad. De este modo, es posible disfrutar de un ambiente iluminado por velas, vivir el momento y respetar el ecosistema.
Escrito por Mónica Díaz
Fotos: cortesía del hotel