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Baja Club, donde inicia la aventura

Hasta para los viajeros más experimentados resulta sorprendente conocer los paisajes singulares que ofrece el Mar de Cortés y sus contrastes con el desierto. Una nueva versión de mar se abre ante los ojos: aguas prístinas de un color que a veces parece irreal y playas de arena blanquísima. La Paz, capital de Baja California Sur y punto clave para recorrer y conocer esta región, poco a poco reclama su lugar en el turismo nacional e internacional. También demandaba desde hace rato un proyecto hotelero que estuviera a la altura de su escenario natural.

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Baja Club es uno de los nuevos hoteles del Grupo Habita en el malecón del centro histórico de La Paz. Una casona estilo colonial de principios del siglo XX fue remodelada y adosada a una nueva extensión de cinco pisos, en donde se encuentran 32 habitaciones, el spa y un bar en la azotea.

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DISEÑO Y ARQUITECTURA

El proyecto arquitectónico estuvo a cargo del despacho Max Von Werz de la Ciudad de México y el diseño de interiores es de Jaune Architecture, un novedoso estudio de interiorismo parisino conformado por dos mujeres con un gusto por la atemporalidad y el uso de materiales nobles. La nueva construcción retoma la misma forma en L de la villa, que enmarca un entrañable patio central de generosa vegetación, perfecto para tomar un coctel en la tarde o simplemente sentarse y relajarse.

Gran parte del espacio del hotel utilizó vigas de madera maciza de formas redondeadas que evocan un espíritu marítimo, así como telas a rayas usadas en habitaciones y en las tumbonas de la alberca.

Además, la paleta del resto de los materiales se inspira en los elementos originales de la casona, como la loseta roja artesanal, la talavera, la herrería ornamental y las luces de vidrio soplado. El conjunto funciona como un testimonio de principios del siglo XX, que contrasta con los toques modernos y el diseño sobrio y elegante, creando un espacio con identidad. Las habitaciones, sencillas y acogedoras, son espacios en los que resaltan detalles escogidos de la artesanía local y mexicana. Aquí todo encuentra su lugar y nada es dejado al azar.

GASTRONOMÍA

La creatividad culinaria se pone a disposición del huésped con un menú que cambia a menudo, basado en productos locales y pesca sustentable, para ofrecer platillos de temporada con versiones adaptables al gusto.

Hay inspiración un tanto oriental con opciones como un mezze de entrada, una ensalada griega, un carpacho de betabel con pistaches y queso feta o un baklava de postre. También hay sazón mexicano con los productos de mar, como el pulpo grillado o ceviche fresco de pescado blanco, que pueden disfrutarse ya sea en el patio central, en la terraza bajo las estrellas o en el bar de la azotea con una espectacular vista panorámica a la bahía.

EXPERIENCIAS

A tan solo 30 minutos en coche se llega a Balandra, una de las playas más bellas del estado. Hay que caminarla para descubrir su magia. Su mar azul claro es resguardado por laderas y colinas, creando un paisaje singular. Si decides visitarla, se recomienda llevar comida y bebida.

Justo al frente del hotel, el malecón de La Paz es ideal para dar largos paseos y conocer la pequeña ciudad, sus galerías de arte y los restaurantes de comida de mar y mariscos.

Texto por: Liliana López Sorzano
Fotos: Cortesía del hotel