La sustentabilidad, no solamente económica, sino también social, se ha convertido en una de las conversaciones más relevantes de nuestros tiempos. Distintas iniciativas se han unido a la tendencia de crear productos que tengan un efecto positivo en la comunidad, ya sea por empaques ecológicos, productos que apoyen una causa o que tengan un fin social más allá del exclusivo beneficio económico.
El consumidor actual tiene una visión mucho más global y a largo plazo del efecto de adquirir un bien. ¿Cómo afecta el consumo del producto al medio ambiente? ¿A quién beneficia y quién lo produce? ¿De dónde viene?
La industria textil utiliza fibras naturales como el lino, el algodón y la lana, así como sintéticas como el poliéster y la lycra. Estas últimas están hechas con derivados del petróleo y se han convertido en la solución mágica de la industria para producir grandes volúmenes de ropa a un precio mucho más económico. Además de esto, para producirla se emplean técnicas que dañan el medio ambiente –teñir, coser y tejer– y liberan una cantidad de químicos tóxicos al aire y al agua lo que ha convertido a las grandes fábricas de telas y textiles en auténticos focos de contaminación.
El impacto de esta industria, no se limita exclusivamente al medio ambiente, sino que también ejerce un efecto negativo en las comunidades de trabajadores. Según la Organización Internacional de Trabajo, actualmente hay 246 millones de niños trabajadores, entre los 5 y los 14 años, en el mundo. Las regiones con más empleo de niños son, en primer lugar, Asia, seguido de África y Latinoamérica y el Caribe. Distintas ONG han venido haciendo ruido en torno a esta problemática, pero, desafortunadamente, este asunto no se ha solucionado.
Sin embargo, algunas empresas, además del objetivo de fabricar ropa que resulte en productos de buena calidad, se han venido preocupando por otorgar un empleo digno, basado en una plataforma que impulse el crecimiento integral del trabajador y un trato justo patrón-empleado. A estos principios se afilia la marca Ban-daá.
La esencia de esta marca consiste en unir responsabilidad social y sustentabilidad. Trascender creando un comercio justo con comunidades mexicanas para mejorar como sociedad. No basta con sobrevivir, ni siquiera con prosperar: lo que realmente se busca es marcar una diferencia, esa es la filosofía de Ban-daá.
La marca nació del deseo de transformar la ropa como la conocemos, fusionando textiles naturales y sustentables con detalles característicos de la cultura mexicana para crear algo único.
Las artesanas de la comunidad aportan valor a la marca con sus técnicas tradicionales destinadas a realizar un tejido perfecto. El objetivo es continuar desarrollando sus estaciones de trabajo y, al mismo tiempo, crear una importante alianza por medio del comercio justo que conlleve una trascendencia cultural para las tradiciones de la comunidad.