Una de las raíces de la diversidad cultural de la Ciudad de México radica en sus barrios originarios, los cuales a pesar de haberse sumergido dentro de la gran metrópoli, aún conservan rasgos característicos e identidades diferenciadas. Para conocer a profundidad la Ciudad de México y descubrir algunos de los tesoros que alberga, es necesario adentrarse en estos barrios: perderse entre sus calles y callejones, admirar su arquitectura, ser testigo de sus costumbres y saborear un poco de la magia, la autenticidad y el aire distintivo que se respira en cada uno de ellos. Recorrerlos es un gran deleite, pues encontrarás sitios encantadores, espacios históricos que viven dentro de esta metrópoli y que al mezclarse con la modernidad crean contrastes fascinantes.
Recorrer todos resulta una tarea imposible, incluso para sus habitantes, pues en la Ciudad de México convergen más de 400 barrios. En 2011 la Secretaría de Turismo le otorgó a 21 de ellos el distintivo de Barrio Mágico por tratarse de espacios donde se respira historia y tradición, con importantes atractivos turísticos pero sobretodo, donde los habitantes muestran orgullosamente un sentido de pertenencia e identificación.
A continuación te presentamos algunos de los barrios que consideramos “visita obligada” si resides o visitas la Ciudad de México.
COYOACÁN.
Bohemio y pintoresco.
Al recorrer sus calles empedradas, de paredes coloniales y sus angostos callejones, es posible adentrarse en el mundo de hermosas plazas, casonas, galerías, cantinas tradicionales y la vida bohemia que ofrece uno de los barrios más encantadores de la Ciudad de México.
Pasear por Coyoacán en un verdadero deleite. Su Centro Histórico está enriquecido por restaurantes, bares, librerías, boutiques, un concurrido bazar de artesanías, así como una variedad de cafés en los que se discute desde la última novedad literaria, hasta la atmósfera política del país, dándole a este barrio un toque intelectual.
El jardín Centenario alberga la famosa Fuente de los Coyotes y un kiosco, pues “coyoacán”, en náhuatl significa coyotes. Si lo que quieres es respirar un poco de aire fresco, ejercitarte en medio de árboles o pasear entre ardillas no dejes de visitar el Parque de los Viveros.
La intensa vida cultural abunda en este barrio que algún día acogió a personalidades como Trotsky, Diego Rivera y Frida Kahlo. Aquí conviven diferentes centros culturales, teatros y museos singulares para todos los gustos.
Este pintoresco y colorido barrio al sur de la Ciudad es una invitación permanente para todo aquél que quiera disfrutar de una agradable caminata, del ambiente bohemio en bares y cantinas, y por supuesto la invitación se extiende para los que quieran disfrutar de la fiesta popular en fin de semana.
[toggle Title=”NO DEJES DE VISITAR:”]
La famosa cantina La Guadalupana que data de 1932.
El bar-cervecería La Puerta del Sol que abrió sus puertas en 1918.
Los Helados Siberia con sabores tradicionales y exóticos.
El Hijo del Cuervo, un clásico para escuchar música acompañado de una cerveza.
El Mercado de Antojitos donde encontrarás suculencias mexicanas.
La Casa Azul donde se exhibe lo más importante y representativo de la obra pictórica de Frida Kahlo.
La Parroquia de San Juan Bautista, una de las más antiguas de la Ciudad de México.
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SANTA MARÍA LA RIBERA.
Paraíso Arquitectónico.
Se trata de una de las colonias más tradicionales y antiguas de la ciudad. Si te gusta la arquitectura, Santa María la Ribera es una visita obligada, pues alberga algunos de los inmuebles con mayor valor arquitectónico de la Ciudad.
Aquí, los comercios familiares se mezclan con antiguas casas y monumentos que reflejan la grandeza de la colonia.
Su principal atractivo es sin duda el Quiosco Morisco de la Alameda de Santa María. Este centenario edificio de estructura de hierro está formado por arcos y columnas provenientes de la arquitectura musulmana española. Su autor, el ingeniero José Ramón de Ibarrola, lo hizo fundir en Pittsburgh en 1884 para después representar a México en la Exposición Internacional de Nueva Orleans, Louisiana.
Otro atractivo del barrio es el Museo Universitario del Chopo con su impresionante estructura de fierro y cristal. Aquí podrás apreciar exposiciones temporales y permanentes de arte contemporáneo, talleres diversos y ciclos de cine.
Santa María la Ribera está viviendo un proceso de regeneración, atrayendo a nuevas familias, artistas e intelectuales que aprovechan los precios bajos y la excelente ubicación. Sin embargo sigue siendo un sitio desconocido para muchos, por lo que definitivamente no encontrarás grandes multitudes ni lugares de moda.
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El Quiosco Morisco, símbolo indiscutible de la Colonia.
El Salón París, donde se dice que trabajó de mesero José Alfredo Ji-
ménez. Las quesadillas gigantes son ideales para el antojito mexi-
cano.
El Kolobok, especializado en empanadas rusas.
Los Antojitos Pachuca en la calle de Santa María, donde se reunían los
grandes actores del cine de oro mexicano.
El Templo de la Sagrada Familia o de los Josefinos, que luce una ecléctica fa-
chada de estilo bizantino.
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GARIBALDI.
Mariachi, tequila y tradición.
No muy lejos del centro de la Ciudad se ubica esta plaza musical de renombre mundial. Aquí, se reúnen mariachis con su atuendo tradicional para brindar su música a quien la quiera escuchar y sobretodo pagar.
Se trata del sitio ideal para conseguir un mariachi con el objetivo de llevar una romántica serenata, o simplemente para que acompañe una noche mexicana de festejos.
Alrededor de la plaza hay muchas cantinas, como la tradicional Tenampa, donde acostumbran a reunirse para escuchar conjuntos folclóricos, o bien para llorar o cantar acompañados de un buen tequila (por lo general es más de uno).
En el mercado del Caminito, los visitantes pueden degustar toda clase de antojitos típicos mexicanos, acompañados de una variedad de salsas.
Recientemente se inauguró en la plaza el Museo del Tequila y el Mezcal, un espacio donde el visitante puede conocer la historia y los procesos de producción de dos bebidas auténticamente mexicanas.
Entre canciones, lamentos y tequilas, Garibaldi te ofrece una experiencia única que no encontrarás en ningún otro lugar del mundo. Te recomendamos visitarlo de noche, cuando el ambiente es más festivo.
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Mercado San Camilito, es un enorme galerón donde se puede disfrutar lo mejor de la cocina tradicional mexicana.
El Traje de Charro, donde encontrarás a la venta la tradicional vestimenta de charro y todos sus enseres.
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SAN ANDRÉS MIXQUIC.
El espíritu del Día de Muertos.
Este pequeño poblado al sur de la Ciudad cobra especial relevancia el Día de Muertos, día en el que se celebra una de las fiestas más tradicionales mexicanas; el culto a la muerte y al recuerdo de nuestros seres queridos.
Aquí, los altares se preparan detalladamente con ofrendas, calaveritas de azúcar, y flores de cempasúchil para honrar a los muertos; así como objetos y alimentos que eran del agrado del difunto.
El panteón es sin duda el principal atractivo de este barrio, donde se funde lo pagano con lo religioso. Cada año, y como indica la tradición, los habitantes de Mixquic visitan las tumbas de sus familiares o seres queridos, instalan ofrendas y alumbran el camino de los muertos con velas.
El resto del año, la vida transcurre tranquilamente, esperando la llegada de esta festividad, sus calles se impregnan de misticismo, aromas, colores y sabores de la tradición milenaria que Mixquic ha sabido conservar mejor que ningún otro lugar.
Visitar el templo y convento de San Andrés Apóstol es el encuentro de dos culturas. Se trata de una construcción de piedra del siglo XVI donde resalta la torre del campanario.
En el patio de la parroquia es posible observar algunos restos y vestigios de esculturas relacionadas con la lluvia, la guerra y sobretodo la muerte. Pues Míxquic fue un centro ceremonial con intensa actividad religiosa.
Se recomienda visitarlo la noche del 1 ó 2 de Noviembre, cuando éste mágico barrio te ofrece un espectáculo lleno de magia, espiritualidad, colores y aromas que difícilmente podrías observar en cualquier otro lugar del mundo.
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El panteón, lugar donde se lleva a cabo la mágica celebración de los muertos.
El patio de la casa cultural donde se exhiben los restos del antiguo templo preh
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LA MERCED.
El rey de todos los mercados.
Para conocer la vida comercial de la Ciudad de México es necesario darse una vuelta por el barrio de la Merced. “Llévelo, llévelo” y “¿Cuánto ofrece?” son algunas de las consignas que gritan los comerciantes en los múltiples edificios que comprenden este mercado, donde es posible encontrar prácticamente todo.
La Merced cuenta con un movimiento constante de gente. El trabajo comienza en la mañana muy temprano y termina por la noche. El mercado está lleno a todas horas con camioneros, vendedores, compradores, carniceros y cocineros.
Entrar al mercado de Sonora significa sumergirse en un espacio de magia, esperanzas, deseos y anhelos. En sus bulliciosos pasillos se venden los más variados productos, desde disfraces hasta animales vivos.
Muy famosa y concurrida es la sección de plantas medicinales y magias. Aquí te ofrecerán remedios para todos los males: inflamaciones, dolores de estómago, de cabeza, musculares y hasta reumatismo.
Ya sea por superstición o tradición, muchos acuden en busca de amuletos y velas para protección, polvos y lociones para el mal de amores.
En el mercado de dulces podemos encontrar todo tipo de sabores y colores. Paletas, caramelos, chocolates, cacahuates, “miguelitos”, chicharrones y también los dulces típicamente mexicanos.
La inmensa actividad de la zona propició también la concentración de servicios como tiendas, restaurantes, fondas, baños públicos, hoteles, cantinas y vinaterías, con el fin de darle más vida al barrio.
Aunque en la Merced hay actividad los 365 días del año, es mejor visitarlo entre semana para darse una idea más clara de la intensa vida comercial que hay en la Ciudad de México.
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La Plaza Alonso García Bravo, ideal para iniciar tu recorrido en medio de
objetos en venta y puestos de comida.
El Mercado de las Flores, donde se ofrece una gran variedad de plantas
y flores artificiales.
El Café Bagdad, uno de los comercios de tradición.
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TLALPAN.
Puebleando en el DF.
Desde una quesadilla, hasta cocina gourmet, exposiciones, museos o clases de baile, el centro de Tlalpan te remite a un pueblito lleno de interesantes contrastes.
A pesar de ser parte de una de las ciudades más caóticas, ha logrado mantener la tranquilidad y un cierto ambiente bohemio donde aún se puede disfrutar de una caminata entre sus calles, centros culturales o disfrutar de un café en sus portales.
En la plaza encontramos de todo: un quiosco, un jardín con bancas tradicionales, toda clase de negocios, una variedad de restaurantes con terraza, un elotero, un loco que mendiga, los tamales de la esquina, hasta la Cantina Jalisciense, que se dice es la más vieja que se conserva en Latinoamérica, con 142 años de vida.
Destacan hermosas construcciones antiguas, como el edificio delegacional con sus murales que se aprecian desde afuera y narran episodios históricos, la Casa Frissac o bien el Templo de San Agustín de las Cuevas, Santo Patrón de Tlalpan.
Al recorrrer sus calles empedradas nos encontramos con el Mercado de Tlalpan, dónde tanto vistantes, como locales pueden encontrar toda clase de artesanías, comida y curiosidades.
El centro de Tlalpan tiene un encanto peculiar. Menos famoso que Coyoacán quizás por estar más apartado del centro de la Ciudad, pero no por ello menos fascinante y encantador. Es ideal para visitarlo en fin de semana.
[toggle Title=”NO DEJES DE VISITAR:”]
La cantina La Jalisciense.
El restaurante Quinta Ramón, instalado en una construcción centenaria.
La Antigua Hacienda de Tlalpan, famoso restaurante de comida mexicana.
La Plaza de la Constitución, el corazón de este mágico lugar.
La Casa Frissac una notable residencia de finales del siglo XIX.
El Mercado La Paz, con 110 años de existencia.
El Museo de la Historia de Tlalpan.
Iglesia de San Agustín de las Cuevas, compuesta por pequeñas capillas en su interior.
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