Entre los trending topics más polémicos de los pasados meses están el bitcoin y las criptomonedas. Este fenómeno ha llamado la atención de mucha gente alrededor del mundo gracias a su repentino crecimiento y el gran valor que ha ido adquiriendo. Al ser una tecnología emergente, a veces resulta difícil encontrar la información necesaria y veraz para formar parte de esta revolución tecnológica, económica y financiera. Sin embargo, México no deja de ser un país con gran oportunidad de adaptar este modelo a sus instituciones y revolucionar su sistema económico.
Hasta hace poco, no muchos de nosotros habíamos escuchado sobre el artículo publicado en el año 2008 por Satoshi Nakamoto, Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System. En él, se introducía el tema de una tecnología que daba la posibilidad de realizar transacciones digitales inmediatas y completamente seguras entre dos entidades desconocidas, “peer to peer”, esto es, sin intermediarios ni autoridades reguladoras o gestoras, verificadas y registradas en una red inalterable, pública y descentralizada, cuyos registros están distribuidos en miles de computadoras en el mundo, utilizando soluciones criptográficas y mecanismos de incentivos económicos para su desarrollo. Bitcoin es, en otras palabras, dinero digital.
Como cualquier divisa, un bitcoin, o cualquier otra criptomoneda, puede ser adquirida por cualquier persona, solo se necesita un dispositivo con acceso a Internet. Se mueven mediante transacciones entre dos usuarios y se guardan en carteras digitales o wallets. El valor de bitcoin está determinado, principalmente, por la oferta y la demanda, la escasez del producto y la estabilidad del sistema. Existe una cantidad limitada de bitcoins. Hasta el día de hoy, hay más de 17 millones de estas criptomonedas en circulación y una pequeña cantidad de ellas es producida cada hora, con un tope máximo de 21 millones. Aunque el bitcoin tenga un precio muy elevado, este es divisible en partes pequeñas llamadas “satoshis” que represen- tan 0.00000001 de un bitcoin.
Ahora bien, a diferencia de divisas como el peso, regulado por el Banco de México, cuya intermediación financiera está en manos de bancos privados, bitcoin está fuera del control de cualquier gobierno, institución o entidad financiera, ya sea de tipo estatal o privado. Esto trae beneficios como: comisiones más bajas que las de transferencias interbancarias y mayor velocidad de las transacciones.
La eliminación del intermediario da como resultado la disponibilidad y acceso a tu dinero en todo momento y en todo lugar, sin restricciones ni fronteras. A fin de cuentas, el dinero le pertenece a quien se lo gana, por lo que resulta ilógico no poder disponer de él cuando es necesario. ¿Quién no se ha perdido de un viaje, un evento o una compra, por no estar en horario de transferencias? Bitcoin deja de lado las tarjetas bloqueadas y los horarios establecidos que forman parte de la vida de to- das las personas que contratan el servicio de bancos e instituciones privadas.
Este fenómeno de criptocurrency radica en la apertura que le dan los ciudadanos al mismo sistema. Así como en el siglo VII, con el origen del papel moneda en China, parecía absurda la asignación de valor de intercambio a un pedazo de papel, y hace casi 50 años costó entender que el papel moneda ya no siempre estaría respalda- do por oro, y menos que hoy en día la economía mundial funcionaría de esa manera.
Asimismo, cuesta entender esta nueva tecnología, pues despierta dudas que solo la información de fuentes fidedignas podrá resolver. No se necesita ser un experto en economía, finanzas y tecnología, sino comprender las revoluciones tecnológicas que están señalando el rumbo de la economía mundial.
“If you don’t believe me or you don’t get it, I don’t have time to convince you”. – Satoshi Nakamoto
Ilustraciones: The Noun Project
Texto por: Modesto Gutiérrez Porrero
Mercuri Capital
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