Un single malt Irlandés con un gran bagaje histórico, que lleva el alambique como símbolo icónico de la marca y recibe su nombre, por los molinos que existen a lo largo del pueblo en el que se encuentra.
Usada en sus inicios para fines medicinales, religiosos y con el propósito de regular la temperatura corporal. La popular bebida espirituosa, se traduce en un sinónimo de lujo para el deleite de los paladares más finos.
El agua que utilizan, se extrae del río Bush, agua que fluye sobre la roca basáltica. Más que un whisky, es un pueblo en el que generación tras generación han colaborado en la destilería. Una frase muy conocida por ahí dice que “sin el pueblo no habría whisky, y sin el whisky no habría pueblo”.
Y así es como Bushmills nace en 1784, como la primera destilería de whisky del mundo, gracias a que el Rey James I de Inglaterra le otorga la licencia real para producir whisky. A partir de este suceso la destilería fue adquiriendo popularidad y prestigio, ya que después de tantos años, ha sido la única bodega que no ha cambiado la receta original y sigue destilando whisky de malta pura.