Carlos Santamaría, ciclista mexicano originario de San Luis Potosí, es el actual poseedor del récord Guinness Fastest Cycle Journey of the Pan-American Highway, por ser la persona que más rápido ha cruzado el continente americano de norte a sur en bicicleta. El trayecto desde Prudhoe Bay, en Alaska, hasta Ushuaia en Argentina, abarca un total de 22,709 kilómetros y fue recorrido por el joven mexicano en 117 días y 5 horas.
Santamaría rompió el récord al culminar exitosamente todo el recorrido, que duró del 22 de agosto al 16 de diciembre de 2015, cuando tan solo tenía 23 años de edad. Para lograrlo, tuvo que entrenar durante 5 años, pedaleando por otros países para reforzar sus capacidades físicas y mentales. Además de ser ciclista, Carlos es cinta negra en Tae Kwon Do, estudiante de Ingeniería Física y conferencista motivacional.
Carlos, cuéntanos un poco sobre ti y del comienzo de tu carrera como ciclista.
Toda mi vida ha sido sobre el deporte. Empecé a practicar Tae Kwon Do a los 7 años de edad y a los 13 me escogieron para entrenar con un grupo de taekwondoins expertos. Eso fue hasta los 19, cuando decidí que el Tae Kwon Do no me llenaba porque me di cuenta de que no sentía la misma pasión que mis compañeros.
Fue poco después de eso que nació mi interés por la bicicleta. Un día tomé la bici de mi abuelo y empecé a pedalear. Pasaban los meses y cada vez recorría mayores distancias hasta llegar a los 300 kilómetros al día. Con la bicicleta me pasó lo que nunca sentí con el Tae Kwon Do, ¡me apasioné!
¿De qué manera desarrollaste la disciplina en este deporte?
Eso debo agradecérselo a mi mamá. Cuando empecé a entrenar alto rendimiento, ella se encargó de que mantuviera una disciplina en todo momento. Yo no viví las cosas que vivieron otros chavos a mi edad; no podía ir a todas las fiestas y tenía que organizar mi tiempo para hacer la tarea y estudiar, sin dejar de cumplir con mis entrenamientos. Cuando decidí practicar el ciclismo ya tenía una gran disciplina deportiva desde mis años en el Tae Kwon Do.
¿Cómo fue que decidiste intentar romper un récord mundial?
Cuando me hacen esta pregunta, las personas siempre piensan que voy a decir algo muy impresionante pero, a veces, la inspiración viene de cosas muy chiquitas. La verdad es que todo esto de hacer viajes largos en bicicleta se me ocurrió un día que iba saliendo de la universidad y en un semáforo me topé con un inmigrante, de aquellos centroamericanos que suelen pasar por San Luis Potosí en camino a Estados Unidos, que estaba realizando el viaje en bicicleta. Pensé que si él podía hacer un viaje tan extenso, entonces yo también podía lograrlo.
Así fue como se me ocurrió comenzar mi primer recorrido de larga distancia en bicicleta: San Luis-Acapulco. Después, hice algunos otros viajes más complicados como ir de Alaska a México y de Guatemala a Belice, por ejemplo. De alguna forma, estos viajes fueron mi preparación para romper el récord pero, en ese momento, yo todavía no tenía pensado hacerlo.
Con el tiempo me fui dando cuenta de lo mucho que me gustaba pedalear, a veces sin motivo alguno. Me gustaba tanto que, cuando mi cuñado me propuso registrarme para el récord, no dudé en intentarlo. La persona que tenía el ré- cord antes que yo era Scott Napier, un ciclista británico que terminó el trayecto en 125 días. Con mi entrenamiento, pensé que yo podía lograrlo en 100.
Una vez tomada la decisión ¿cómo te preparaste para el viaje?
Primero, es necesario contactar a los de Guiness World Records para hacer todo el papeleo. Una vez que tenía eso listo, busqué a alguien que me entrenara, pero no logré encontrar a nadie porque el ciclismo en San Luis Potosí no es tan fuerte, así que decidí entrenarme yo mismo. Hablé con gente que tuviera experiencia en trayectos largos en bicicleta para que me pasaran tips sobre comida, equipo y todo lo necesario. También tuve que estudiar la ruta a la perfección para no perderme durante el camino.
¿Qué bicicleta utilizaste para romper el récord?
Nunca conseguí patrocinios, así que tuve que elegir una bicicleta que fuera buena y barata. La marca Felt Bicycles había sacado su bicicleta V85, que está diseñada para la aventura y tiene algunas partes más toscas. En México y en Estados Unidos no la tenían todavía, así que la aparté en una tienda en Canadá y pasé por ella antes de empezar mi trayecto por el continente americano. De hecho, esa fue la única bicicleta que utilicé en todo el viaje.
Sabemos que durante la primera mitad del trayecto tuviste la compañía de tu familia, pero ¿qué sentiste cuando tuviste que enfrentarte a la segunda mitad del recorrido por tu cuenta?
¡Fue muy difícil! Mi hermana y mi cuñado fueron quienes me acompañaron en la primera mitad del viaje y yo ya estaba acostumbrado a que ellos me hicieran de comer, lavaran mi ropa y armaran mi tienda de campaña, además de que disfrutaba mucho de su compañía. También me di cuenta de que traía demasiada ropa, pues antes, ellos la traían en la cajuela del coche, pero ahora la tenía que cargar yo en la bicicleta. Al final, tiré toda mi ropa y me quedé únicamente con lo que traía puesto.
Viajar solo fue el obstáculo más grande que se me presentó durante el trayecto. Sin embargo, me ayudó tener en mente el hecho de que llevaba un buen tiempo y todavía tenía la oportunidad de romper el récord.
¿Cuál fue la mejor experiencia que viviste durante el trayecto?
Tuve muchas buenas experiencias, pero una de las cosas que más me gustaron fue cruzar Perú. Para mí, Perú era como lo pintan en Discovery Channel, es decir, Machu Picchu, mucha vegetación y humedad. Sin embargo, la parte por la que pasé era un desierto y disfruté mucho pedalearlo, a pesar de que algunas veces me quedé sin agua por periodos largos de tiempo.
¿Qué significa para ti romper un Guiness World Record?
Mucha gente me pregunta que sentí cuando llegué a Ushuaia y supe que había roto el récord, pero la verdad, solamente estaba cansado. Mi sueño de romper el récord se había convertido en una pesadilla y lo único que quería era irme a dormir. En ese momento ya era como un robot, actuaba sin pensar. Durante el camino me pasaron muchas cosas que me afectaron tanto física como mentalmente: se separaron mis padres, la chica que sentía que iba a ser mi novia se fue con otro, mi perro se perdió por un tiempo, se me congelaron los pies en Alaska, un oso me trató de comer en Canadá y en México me siguió un grupo de delincuentes.
Fue hasta una semana después de romper el récord, recapitulando todo lo que me había pasado, que empecé a ver al grandeza de lo que había hecho y lo disfruté por primera vez. Si me hubieran contado todo lo que me iba a pasar en el camino, nunca me hubiera atrevido. Valió la pena porque ahora siento que puedo lograr cualquier meta que me proponga.
¿Cómo te sentirías si alguien más batiera tu récord?
Yo me propuse romper el récord que ya estaba y me entrené específicamente para eso. Si alguien rompe mi récord es otra historia, yo estoy contento con lo que logré y en el momento en el que lo hice fui el mejor. ¿Cuáles son tus próximos planes? ¿Tienes algún otro récord en mente? Estoy por sacar un libro sobre las experiencias que viví en mi trayecto de Alaska a Argentina. Me pasaron cosas muy locas y padres que quiero contarle a la gente. Sobre la otra pregunta, por ahora no tengo ningún otro récord en mente pero sí se me antoja hacer otro recorrido de larga distancia.