Surfear. Lo que para algunos pudiera parecer un simple deporte acuático, para otros, más bien otras, lo es todo. Un movimiento social, la oportunidad de liberar- se en una sociedad dominada por el sexo masculino, un momento para ser libres y practicar aquello que les apasiona sin importar lo que dicte su cultura.
Chicks on Boards es un documental que cuenta la historia de cinco valientes mujeres de distintas partes del mundo (Gaza, Sudáfrica, Hawái, Inglaterra e India) para quienes surfear no ha sido una tarea fácil y no por la dificultad que esto conlleva, sino porque su cultura no se los permite por el simple hecho de ser mujeres.
Dirigido por la alemana Dörthe Eickelberg, quien además escribió el guion del documental, Chicks on Boards trata sobre su viaje alrededor del mundo, don- de conoce a Sabah, Aneesha, Suthu, Paige y Gwyn, y las acompaña en su día a día para conocer todo sobre sus historias y los retos que han enfrentado para poder surfear, entendiendo entonces que el surf, para muchas, es un movimiento de liberación.
Aneesha, por ejemplo, fue expulsada de su familia en India debido a su sueño por convertirse en surfer profesional. Por su lado, Suthu es una mujer sudafricana que de- bido a su pasión por las olas y preferencias sexuales, ha sido juzgada y apartada de la sociedad durante años. En Hawái, por razones de seguridad, las mujeres no pueden surfear olas gigantes, has- ta que llegó una niña llamada Paige a desafiar las reglas. Estas son algunas de las historias que Dörthe nos muestra a través de esta interesante cinta.
En el marco del Festival de Sayulita 2019, entrevistamos a Dörthe Eickelberg quien nos contó acerca del proceso de creación del documental, su experiencia conociendo a estas increíbles mujeres y el mensaje que quiere dar al mundo a través de Chicks on Boards.
Cuéntanos sobre tu documental.
Es un film que trata sobre mujeres de distintos países para quienes el surf es un movimiento de liberación, pues en algunas culturas, ver a mujeres en tablas de surf es considerado una provocación. Al final, es una película sobre empoderamiento femenino, pero resulta ser que se enfoca en surfboards, lo que nos permite llegar a un mayor target, además lo hace más divertido.
¿De dónde surge la idea del documental?
Soy cineasta, TV host y surfer, por lo que no me tomó mucho tiempo darme cuenta de que, al estar remando en las olas, yo era la única mujer. Entre más lejos viajaba, menos mujeres me encontraba en el agua. Descubrí el surf mientras viajaba por Europa de trabajo, por lo que siempre acababa surfeando en lugares en los que este deporte no era realmente conocido, solo algunos turistas u hombres locales lo practicaban.
Después, miraba a mi alrededor y no encontraba a mujeres en el agua en países como Ghana o Sri Lanka. Noté que ni siquiera había mujeres en general en las calles, las ves de repente caminando por ahí con sus bolsas del súper o lavando la ropa, pero en realidad no las ves tomándose tiempo libre o divirtiéndose. Al final, el surf es un juego, algo que haces cuando tienes tiempo libre, y esto parece ser un privilegio solamente para los hombres.
Las mujeres en estos países deben permanecer en casa, educar a sus hijos y trabajar. Es frustrante, pues deberían tener las mismas oportunidades que los hombres, ¿porqué deben seguir un rol dictado por la sociedad? Las mujeres son la columna vertebral de una sociedad y pocas veces se les reconoce esta gran labor.
Con Sabah, en Ghana, por ejemplo, lo que me pareció interesante es que el problema no era únicamente el hecho de que el surf es considerado algo sexual, pues se usa ropa mojada y pegada al cuerpo, sino también porque se trata de una sola mujer rodeada de hombres y, por
supuesto, la connotación sexual no es apreciada en estos países. Otra cosa que noté es que las mujeres en estas culturas no deben atraer la atención sobre sí mismas, y ese es un gran problema, no poder estar en el centro de atención. Entonces de ahí nació mi idea.
¿Cómo encontraste a las mujeres que aparecen en tu documental?
Comencé en India, donde me encontraba dando conferencias en un retiro ashram de surf. A mi alrededor únicamente había mujeres de Europa y Nueva Zelanda, así fue como me sensibilicé con el tema. La siguiente vez que regresé a India por trabajo, pregunté si de casualidad cono- cían a mujeres surfistas locales y me presentaron a dos que estaban por competir al otro lado del país. Al llegar a esa competencia, conocí a otras niñas de Israel y Gaza, y lentamente de boca en boca fui encontrándolas, además de buscarlas en los lineups de las distintas competencias a las que asistía.
Las historias que cuentas son muy conmovedoras. ¿Hay alguna en particular que sea especial para ti?
Es una pregunta muy difícil, pues todas las historias me conmovieron. Sigo en contacto con todas las protagonistas y no creo que pudiera elegir solamente una. Pero algo que me impresionó y que me gustó del documental es contar la historia de Gwyn. Una señora inglesa de 72 años apasionada por este deporte. Ella resultó ser la última mujer que filmé, y pude haber elegido a una niña más joven de Ghana que había conocido, pero al final me decidí por la señora, pues considero importante darle a esa generación una voz, al vivir en una sociedad en donde nos obsesionamos tanto con la juventud.
Eso me encantó. El resto de las niñas estaba luchado por descubrir su rol en la sociedad y cumplir con lo que era esperado para ellas, y luego conoces a esta mujer que hace lo que quiere, sin importar nada y disfruta la vida al máximo, surfeando todos los días, ella no necesita nada más.
Después de conocer estas historias, ¿por qué consi- deras que es difícil surfear para algunas mujeres en ciertas partes de mundo?
Lo que Aneesha explicó nos dice mucho acerca de esta pregunta. Te ves sexy en el agua, además puedes lastimarte la cara y quedar con cicatrices permanentes y de esa manera nunca podrás conseguir esposo; algunas en realidad son razones superficiales. En otro aspecto, ser el centro de atención, divertirse y pasarla bien, hacer lo que las apasiona y ser aventureras está muy mal visto para las mujeres en algunos países. Además, el surf es un deporte difícil de aprender, requiere de mucha fuerza y energía y a lo mejor no es considerado muy femenino.
¿Cuál fue el mayor reto al que te enfrentaste filmando el documental?
Grabar en Gaza fue un gran reto, pues no puedes simplemente entrar, necesitas un permiso especial otorgado por ambas partes de la frontera. Tienes que aplicar por una press card internacional del gobierno de Israel y básicamente tuvimos que preguntarle al Hamas a través de una compañía de producción basada en Palestina para poder acceder. Después, meter todo el equipo necesario para grabar fue también un gran reto, quería regalarle una tabla a Sabah, pero por supuesto no fue posible. Además, filmamos durante el Ramadán, que para ellos es una época muy especial y con muchas reglas, por lo que fue muy cansado. Afortunadamente, más tarde pude mandarle a Sabah una maleta llena de regalos.
Otro reto fue captar las imágenes mientras surfeaban; es muy difícil porque no puedes calcular el tiempo de las olas, estas tienen su propio ritmo y toma mucho tiempo recolectar el material que necesitas. Grabar en Hawái también fue retador por las condiciones naturales del lugar, está lleno de corales, las olas 41 son enormes y no quieres caerte de la tabla, rasparte con coral es muy doloroso y, al tratarse de seres vivos, genera infecciones.
¿Cómo ha sido recibido Chicks on Boards por el público?
Afortunadamente, bastante bien. No quiero sonar a comercial, pero recibí dos premios y muchos festivales nos han invitado alrededor del mundo, todavía nos siguen invitando.
Pero en realidad lo que me hace muy feliz es el feedback que he recibido de personas que han visto la película. Me han mandado mensajes de todos los rincones de Europa y otros lugares del mundo comentando que ahora ven la situación de falta de oportunidades para las mujeres de una manera diferente.
Esto en realidad me abrió los ojos. Muchos de los regalos que mandamos en la maleta que mencionaba, vinieron de personas que vieron el documental y quisieron ayudar. También algunas ONG me buscaron para ayudar a las protagonistas; ahora están mandando tablas de surf para todas y es algo increíble. Después del trabajo tan pesado que fue crear Chicks on Boards, es muy bonito darte cuenta de que efectivamente está generando un impacto en las personas.
Viajaste a lugares increíbles, ¿cuál fue tu favorito?
Hawái fue un sueño, es un des- tino hermoso, los volcanes, los atardeceres, las estrellas por la noche, las playas, todo es asombroso. Fuimos a tres islas diferentes y me encantó. En Sudáfrica también la pasé increíble con Suthu, pues es una persona muy divertida, fuimos de fiesta juntas y viajamos alrededor del país, lo disfruté mucho. Pero creo que India fue mi favorito, siempre quiero regresar solo por su comida, es espectacular. Básicamente me encantaron todos los lugares a los que fui, y va a haber más, estoy segura de que descubriré otros lugares igual de bonitos.
Me comentaste que sigues en contacto con todas ellas. ¿Qué es de sus vidas hoy?
Sabah se casó al poco tiempo de conocerla, ya tiene un hijo y está esperando el segundo. Está viviendo con la familia del esposo y no me he atrevido a preguntarle si ha vuelto a surfear, tristemente creo que no porque su hermana mayor tuvo que dejarlo tan pronto se casó; en realidad depende de lo que decida el esposo.
Suthu está muy ocupada persiguiendo su carrera musical y siguiendo el consejo de su padre de hacer algo que le apasione. Gwyn, como era de esperarse, sigue surfeando todos los días,
en verano, en invierno, nunca descansa. Aneesha es una científica muy talentosa, ha ganado varios premios y forma parte de un programa de ciencias internacional. Viajó a Túnez ella sola para competir y esto es un gran paso para alguien de su cultura, definitivamente va a llegar lejos, es una niña muy inteligente, y también sigue surfeando y compitiendo. Paige ganó dos competencias consecutivas de big wave y continúa compitiendo regularmente. Además trabaja como mesera. Todas son grandes amigas mías, por eso disfruté tanto el proceso del documental.
¿Cuál es el mensaje que quieres dar con Chicks on Boards?
Quiero alentar a las mujeres a que crean en sí mismas, que hagan lo que les gusta, que sean lo suficientemente valientes para vivir la vida a su manera, sin importar lo que se espera de ellas, que hagan lo que les gusta tal como lo hacen los hombres. Me encantaría ver a las mujeres unidas, pero también a los hombres y mujeres unidos, pues el documental no pretende solamente mostrar a mujeres suprimidas por homres, no es la idea. Lo que busco es mostrar ejemplos positivos de mujeres que están haciendo lo que les apasiona. En conclusión: equidad, las mismas oportunidades para ambos sexos.
¿Cuál es la mayor lección que te llevas?
Constantemente me preguntaba a mí misma ¿por qué se esperaba que estas mujeres se quedaran en casa? Y me di cuenta de que es una razón social y política, según el lugar donde vivan. Además, no siempre pueden contar con ayuda del gobierno, por lo que necesitan el apoyo de sus familias para sobrevivir en la sociedad.
También aprendí cosas sobre mí misma. Dudo mucho de mí a la hora de surfear olas grandes, me da algo de miedo. Me di cuenta de que probablemente se debe a que siempre soy la única mujer en el agua, siempre soy la extranjera solitaria surfeando, no tengo surf buddies que me acompañen a los viajes y me siento intimidada por estos súper surfers que se ven muy serios y capaces de tomar sus olas.
Recientemente, conocí a mi novio surfeando y me siento mucho mejor. Esto es solo una metáfora para decir que cuando eres un pionero en algo y estás solo, es normal tener miedo, lo haces con más cuidado y tienes que abrir el camino para las mujeres que vendrán después de ti, pero ya que encuentras amigos con quienes surfear, pierdes el miedo y todo es más fácil.
@chicks_on_boards
FACTS
- Además de ser TV Host y cineasta, Dörthe Eickelberg ha participado en shows de standup comedy.
- Chicks on Boards ganó el premio al Mejor Documental Deportivo durante el Festival Sayulita 2019.
- Eickelberg es conferencista en la Universidad de las Artes de Berlín.
- Puedes ver el documental en labo-m.com/
Fotos cortesía de Chicks on Boards
Entrevista por Jimena Saldivar