El bar, o man cave, es uno de los sitios en casa que podemos adecuar a nuestro gusto. Es el lugar al que puedes invitar a tus más cercanos a tomar una copa para terminar el día o, simplemente, sentarte y disfrutar de excelente música y el drink de tu elección. Te presentamos algunos artículos de decoración para complementar tu man cave y darle ese aspecto masculino que estás buscando. Todos los productos mencionados a continuación están disponibles en HOTBOOK Bazar Online.
Mezcaleros arena gris de Sumanterra
Si lo tuyo es el mezcal, Sumanterra tiene el producto adecuado para ti. Esta marca mexicana ofrece un kit que contiene cuatro mezcaleros de color gris arena fabricados en cerámica con técnicas 100% artesanales. Consíguelos aquí.
Fotografía Grand Prix México de Carlos Álvarez
Esta fotografía en blanco y negro le brindará al ambiente de tu man cave un toque de adrenalina y emoción. La obra está impresa en papel Canson Baryta Photographique y se encuentra disponible en tres tamaños, de modo que podrás adecuarla a cualquier espacio. Consíguela aquí.
Tornillo de Ihua de Fundación Origen
Este producto funciona como mesa de apoyo o como escultura. El tornillo fue intervenido por artesanas de la Sierra del Nayar, así que cuenta con un excepcional diseño huichol. Esta pieza fue fabricada en madera de encino laqueado y se terminó en color negro brilloso. Consíguelo aquí.
Caja para vino Wixárika de Kocheua Arte
Esta caja de vino está elaborada en madera de pino con un acabado rústico y un extraordinario diseño hecho por artesanos huicholes. La caja puede servir para guardar esa botella que se abrirá en una ocasión especial. Consíguela aquí.
Tequilero calavera negra de Sumanterra
Este tequilero es la pieza perfecta para adornar la barra; además, gracias a su capacidad de 350 ml podrá almacenar tu tequila preferido, de modo que estará listo para servirse. Su dramático diseño fue pintado a mano por artesanos mexicanos, así que no existen dos calaveras idénticas. Una decoración verdaderamente única. Consíguelo aquí.
Escrito por Justino Compeán