Se ha puesto muy de moda la novela gráfica. Ahora incluso hay secciones especializadas en el género en casi todas las librerías mexicanas. Solo por el gusto de hacerlo, y para que los lectores sepan que hay vida inteligente más allá del planeta Marvel/DC y los manga, recomiendo a continuación cinco álbumes de narrativa gráfica creados por mujeres, todos ellos disponibles en traducciones al castellano.
MAJARETA, de Ellen Forney (La Cúpula)
Quizá la autobiografía sea uno de los géneros más visitados por la historieta autoral. En esta, la autora cuenta su experiencia de vida a partir de que es diagnosticada como bipolar. Sus fluctuaciones de ánimo, de la euforia maníaca a la depresión, su libido voraz y su vigorexia, entre otros síntomas, son narrados con un dibujo sencillo pero eficiente. Forney toma con mucho sentido del humor su condición, acaso sea indispensable para sobrevivir la experiencia sin caer al fondo del hoyo. Aguda, divertida y conmovedora a partes iguales.
BORDADOS, de Marjane Satrapi (Norma)
Tras el éxito global de Persépolis, tanto del libro como de la cinta animada, Satrapi siguió explorando historias íntimas. En esta ocasión, tres generaciones de mujeres iraníes se juntan a beber té y hablar libremente, en ausencia de los hombres. Temas que normalmente callarían, especialmente la sexualidad y las relaciones de pareja, son comentados por las mujeres de esta familia. Obra breve de gran ligereza y sinceridad, se lee en un suspiro y se disfruta como una taza de té de menta. Indispensable si gozaste de Persépolis y te quedaste con ganas de más.
DIARIO DE NUEVA YORK, de Julie Doucet (Inrevés Edicions)
Otra magnífica autobiógrafa pictosecuencial es la francocanadiense Julie Doucet. En este volumen narra el período durante el cual vivió en la Gran Manzana con un novio que también aspiraba a convertirse en historietista. Pero ella pronto despunta y rebasa a su pareja, lo cual siembra la semilla de la destrucción en su relación de pareja. Por sus páginas hacen cameo varios novelistas gráficos famosos (Art Spiegelman, Peter Bagge). Un dibujo muy peculiar, que para varios es un gusto adquirido por lo abigarrado y oscuro, se complementa con una solvencia narrativa sorprendente. El conjunto es conmovedor y emotivo. Una pequeña joya.
LA PERDIDA, de Jessica Abel (Astiberri)
Las (y los) historietistas mexicanos tenemos una gran deuda con la Ciudad de México. Vergonzosamente, la mejor historieta autoral contemporánea que se ha hecho sobre nuestro monstruo favorito es de una norteamericana. Abel, que vivió aquí, narra la historia de una gringa –de quien se apura a decir que no es su alter ego– que llega a vivir al DF solo para toparse de frente con las profundas diferencias culturales y terminar vinculándose con un nefasto grupo criminal. Quizá sea la mejor dibujante de este conjunto y sin duda, una narradora espléndida.
QP (ÉRAMOS NOSOTROS), de Power Paola (Común)
Ya se ha hablado profusamente de Virus tropical. En QP Power Paola ofrece un puñado de historietas breves sobre su relación de pareja con Quique, su pareja durante muchos años, con el que recorrió medio planeta. Un amor que terminó en rompimiento es el pretexto perfecto para explorar en estas mini historias la vida en pareja, el amor y el nomadismo de dos colombianos autoexiliados por el mundo. Power Paola es mi historietista favorita.