En el marco de la segunda edición del Women’s Forum for the Economy & Society, una plataforma que busca difundir ideas, promover debates, hacer conciencia sobre temas relevantes de nuestra sociedad -como el emprendimiento, la economía, los negocios, la cultura, pero sobre todo el empoderamiento de la mujer– tuvimos la oportunidad de platicar con una mujer que sin duda nos inspira, Claudia de Heredia. Ella es la co-fundadora y directora de Kichink, una plataforma digital de e-commerce por medio de la cual, cualquier persona puede comenzar a vender online sus productos de la manera más sencilla. Al día de hoy Kichink cuenta con más de 50,000 negocios en su plataforma, evidencia de cómo esta joven mexicana está revolucionando el comercio electrónico de nuestro país.
¿Cómo nace Kichink y de dónde viene su nombre?
Kichink nace de la idea de transformar el status quo y empoderar a las personas para que, a través del comercio electrónico, cambie el paradigma con respecto a las herramientas para hacer dinero. Creemos que, al igual que las redes sociales democratizan una voz, el e-commerce puede democratizar, justamente, el comercio. El nombre surge de una onomatopeya, “kichink” alude al sonido que hacían las cajas registradoras viejitas.
¿Cómo funciona?
Básicamente, como si fuera una página de Facebook; te registras, subes los productos y pones los precios. En el panel de atrás, que se llama “control”, puedes crear promociones y manejar inventarios, entre otras cosas. Puedes integrar tu tienda a tu página web o a Facebook, o vender a través de Kichink.com/tutienda. Nosotros nos encargamos de que tengas un carrito de compras, de la logística, de que puedas manejar todos tus inventarios, de procesar los pagos y de la atención al cliente.
¿Cuáles son las ventajas de comercializar productos en tu plataforma?
Una de las ventajas de vender en Kichink es que no hay un costo upfront, entonces, no pagas hasta que empiezas a vender; eso es parte de la belleza, ya que puedes experimentar mucho y generar interacción mediante tus promociones. Al ser una plataforma especializada en comercio electrónico, tú no tienes que especializarte, simplemente te dedicas a emprender, a ser diseñador, a vender diferentes productos, a distribuirlos y, al final, nosotros nos encargamos de la “talacha” del comercio electrónico.
Actualmente, más de ochenta mil empresas venden sus productos en Kichink, ¿cuál es el secreto de su crecimiento?
Pienso que el crecimiento de Kichink está sumamente relacionado con el espíritu con el que creamos la empresa. Estamos convencidos de que el comercio electrónico puede transformar una economía y eso se transmite en cada uno de nuestros touchpoints.
¿Cuál es el mayor reto al que se han enfrentado?
El mayor reto que hemos enfrentado tiene que ver con el equipo; con cómo hacernos mejores trabajando, mejores managers, con cómo ser más unidos.
¿Cuál es el futuro de Kichink?
Me encantaría que Kichink tuviera presencia en más países de Latinoamérica y de Estados Unidos. Quisiera que las tiendas que venden a través de nuestra plataforma realmente puedan ser una expresión de esta transformación de la economía.
Crearon también una incubadora para apoyar a empresas digitales, ¿nos puedes platicar sobre alguna que te haya llamado la atención?
Actualmente, mi empresa favorita de la incubadora se llama Iconus; es una app y ya está en la Appstore. Es una red social que rompe el paradigma del tiempo para convertirse en una red social del espacio. La idea es que todos somos viajeros en esta vida y, a diferencia de Twitter, Instagram y Facebook, donde el tiempo transcurre y se pierde, en Iconus, los lugares permanecen, ya que puedes crear íconos de cualquier sitio. Por ejemplo, la esquina de Álvaro Obregón y Frontera siempre va a ser esa esquina; lo que va a cambiar es si hay en ella una boutique, un café o un restaurante. Es decir, lo que propone esta app es conectarnos a través de los espacios más que a través del tiempo.
Sin duda, eres un gran ejemplo para las mujeres, ¿cómo le haces para ser madre, esposa y emprendedora?
La verdad, para poder ser mamá y emprendedora, todo al mismo tiempo, tengo primero, un súper equipo de mujeres que me ayudan con muchas cosas de mi casa y, segundo, un gran equipo en la oficina que también me apoya muchísimo; mi esposo, sobre todo, es un súper pilar en cuanto a lo emocional. Entonces, pienso que para que una mujer pueda ser exitosa tiene que hacerse de una tribu que la esté alentando constantemente. Muchas amigas también me echan porras y eso es increíble. La verdad, no tengo una fórmula, cada día es diferente. Me gusta decir que mi vida es como el universo: un caos que, por alguna razón, tiene armonía.
¿Qué consejo le darías a una persona que está pensando en emprender?
El consejo que casi siempre les doy a los que están empezando a emprender es que se atrevan porque no pierden nada. Todo es posible con pasión y dedicación.
¿Quién o qué ha sido tu mayor inspiración?
La persona que más admiro es mi esposo. Admiro su tenacidad, su forma de ver la vida, completamente distinta a la de cualquier persona que conozco, y en la que dos más dos a veces suma 16 y a veces 1.8; es increíble. Su rectitud, su honestidad, la forma en la que trata a la gente; su amabilidad, su capacidad para crear. Sin duda, es la persona que más admiro.
Si te gustó esta nota, checa nuestra entrevista con Bruno Ramos, el Co-fundador de Swap.
Texto: Jimena Saldivar
Fotos: Cortesía Claudia Heredia