Así como la ley del horizonte, la regla de tercios es otro de los elementos básicos que debes considerar al momento de tomar una buena fotografía, y también es otro de los usos de la cuadrícula que aparece en tu celular cuando vas a capturar una imagen.
Consiste en lo siguiente: la cuadrícula divide la imagen en tres tanto de forma vertical como horizontal, y los puntos de intersección de esas divisiones son lo que se llama puntos de atención o de interés. Así, contamos con 4 puntos, que son los señalados en la siguiente imagen:
El horizonte fue colocado en la parte inferior con base en donde termina la rama sobre la que está parado el pájaro. Asimismo, la rama y el pájaro forman una línea vertical, sobre la que fue posicionada la línea vertical derecha del grid (de este modo nos aseguramos que la foto no quede chueca). Finalmente, los puntos de interés de la regla de tercios se encuentran casi en el centro de la cabeza del pájaro y en sus pies, lo cual nos indica que a donde debemos dirigir nuestra atención es a la cabeza del pájaro y, posteriormente, recorrer un camino visual hacia abajo para ver su cuerpo, sus patas y, finalmente, la rama.
La regla de tercios señala que es preferente colocar lo que nos interesa fotografíar ya sea del lado derecho (en alguno o dos de los puntos de interés) o del lado izquierdo (de la misma manera), pues esto rompe la monotonía y falta de sorpresa de las fotos que ubican los que nos interesa fotografiar en el centro.
Por ejemplo, en la fotografía anterior, la cámara está situada en el punto de interés superior. Además, está inclinada, lo cual brinda movimiento a la imagen. Si la cámara estuviera derecha y en el centro, sería mucho más aburrida y menos versatil. Por supuesto, esto no quiere decir que no debas tomar fotos centradas nunca. Como siempre, depende que qué tenemos en frente de nosotros, qué queremos capturar y qué favorece más a nuestro encuadre.
Por ejemplo, en la fotografía anterior, el claro objeto de interés es la cámara y está centrada; está “enmarcada” por los cuatro puntos de interés de la regla de tercios y es una excelente foto. En este caso, valió la pena elegir este encuadre, primero, porque tenemos un contexto interesante que vale la pena mostrar; segundo, porque las líneas que forman los árboles generan un punto de fuga que se abre hacia cada extremo de la foto y la cámara está fungiendo como el lugar de donde sale ese punto de fuga. Al mismo tiempo, el horizonte está marcado tanto por la línea de árboles nebulosa que se ve al fondo como por donde comienza la cámara de arriba hacia abajo.
Finalmente, se añade movimiento y dinamismo con la última línea que observamos: el brazo de la persona que se dirige hacia el extremo inferior de la imagen. La foto “concluye” de forma magistral, pues nos pone en el lugar del fotógrafo. Es decir, es como si ese fuera nuestro brazo y, por lo tanto, somos nosotros lo que sostenemos la cámara, los que nos encontramos en ese paisaje, el objeto de interés implícito de esa fotografía y, por lo tanto, a quien se va a capturar en la imagen.