La llamada Ciudad de las Agujas combina de forma armoniosa la historia con la modernidad, donde el diseño minimalista se encuentra con la calidez humana bajo cielos grises y luces suaves. Una forma romántica de definir la capital danesa sería la de una pequeña ciudad que respira sostenibilidad, donde cada rincón parece salido de un catálogo de arquitectura moderna, pero con alma antigua y marinera. 

Aunque Dinamarca colinda con territorio continental en la península de Jutlandia, fronteriza con Alemania, la mayor parte de su territorio está compuesto por islas, lo que le da características propias de un archipiélago. Una de ellas es la de Selandia, la más grande y poblada, donde se encuentra la capital del país, Copenhague. 

A pesar de no ser muy grande, Copenhague resulta ser un centro político, económico y cultural de relevancia en Escandinavia. Una ciudad que se extiende entre canales pintorescos, arquitectura escandinava minimalista y una profunda conciencia ecológica. Sus calles están llenas de bicicletas, sus habitantes valoran el diseño y la calidad de vida, y la ciudad parece moverse a un ritmo pausado, pero constante.

Y tanto es así que la capital danesa es una apuesta perfecta para una escapada en cualquier época del año. Con inviernos muy fríos que oscilan entre los -1°C y 4°C, primaveras repletas de flores, veranos cálidos sin calor excesivo y otoños naranja, siempre es una buena época para dejarse caer por las calles de Copenhague y descubrir todo lo que tiene para ofrecer. 

Su tamaño la hace perfecta para recorrer a pie, además, cuenta con un transporte público que permite moverse con facilidad, sin dejar de mencionar sus incontables bicicletas. Su arquitectura es impresionante, la comida es exquisita y alberga incluso uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo. ¿Qué más se puede pedir? 

Qué visitar 

El icónico puerto Nyhavn, con casas de colores, restaurantes y barcos históricos es, sin lugar a dudas, la primera parada durante una visita a Copenhague. Hablamos de la fotografía por excelencia de la ciudad que se puede observar en cualquier folleto informativo o similares que introducen la principal urbe de Dinamarca. Y la realidad no decepciona, más bien lo contrario: un área bonita, perfecta para tomarse unas fotografías que seguro quedarán en la memoria y sentarse a disfrutar de una bebida en los bares que hay alrededor del canal. 

La Sirenita es otra de las visitas por excelencia. Hablamos de la famosa estatua inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen que se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Su diminuto tamaño, aproximadamente de 1,25 cm de altura, hace que algunos visitantes queden sorprendidos. La estatua se encuentra en el paseo marítimo de Langelinie, en la bahía del puerto de Copenhague, un lugar muy agradable de pasear e incluso animarse a hacer un picnic.

La ciudad nórdica también presume de tener uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo, con jardines, conciertos y atracciones para todas las edades. El Tívoli es un lugar muy frecuentado tanto por turistas como por locales. Sin dejar de mencionar el palacio de Amalienborg, residencia oficial de la familia real danesa, donde se puede presenciar el cambio de guardia, y el castillo de Rosenborg, de estilo renacentista, que alberga una colección real impresionante, como las joyas de la corona danesa. 

Una ciudad dentro de una ciudad 

El barrio o, mejor dicho, la Ciudad Libre de Christiania, guarda una historia un tanto curiosa. Ubicado dentro de la metrópoli se trata de un barrio autogestionado en el distrito de Christianshavn. Fundado en 1971 por un grupo de “okupas”, artistas y activistas que tomaron una antigua zona militar abandonada, Christiania es una comunidad independiente con normas propias, donde se promueve un estilo de vida libre, basado en la autogestión, la cooperación y el rechazo al consumismo. 

Aunque ha sido fuente de tensiones con el gobierno danés, Christiania se considera hoy un experimento social tolerado, con ciertos acuerdos legales establecidos para su funcionamiento. Cada año atrae a millones de visitantes de todo el mundo que quieren descubrir sus calles repletas de murales, esculturas y grafitis, casas autoconstruidas, cafés antiguos, salas de conciertos, talleres y mucho más. 

La comida danesa 

Hablar de la gastronomía danesa es hablar del smørrebrød, un tradicional sándwich abierto que refleja la esencia de la gastronomía del país. El plato consiste en una rebanada de pan de centeno oscuro (rugbrød), untado con mantequilla (de ahí el nombre: smør = mantequilla, brød = pan), al que encima le colocan ingredientes fríos en capas artísticas: pescado (como arenque marinado o salmón ahumado, ambos muy populares en el país), carnes, huevos cocidos, encurtidos, cebollas crujientes y hierbas frescas. Se sirve como plato principal o almuerzo, a menudo acompañado de cerveza local y snaps (aguardiente). 

Le sigue el Frikadeller, albóndigas danesas, típicamente hechas de carne de cerdo o una mezcla de cerdo y carne de res. Se sirven con papas, salsa y a menudo con ensalada de repollo (coles) o pepinos encurtidos. Sin embargo, el plato estrella es el Stegt flæsk med persillesovs o, en otras palabras, el plato nacional de Dinamarca, que consiste en tiras gruesas de panceta de cerdo frita, acompañadas de puré de papas y una salsa de perejil espesa.

Y para los más golosos que aprecian un dulce final es necesario guardar espacio para degustar el Rødgrød med fløde, un pudín espeso hecho a base de frutas rojas (como fresas, cerezas y frambuesas) que se cocina hasta obtener una textura gelatinosa y se sirve con crema (fløde) o leche. Refrescante, ligero y delicioso. 

CUÁNDO VIAJAR 

En primavera, de mayo a junio, el clima es suave y los días son más largos. La ciudad florece y es ideal para pasear en bicicleta o disfrutar de los parques. En verano, de julio a agosto, las temperaturas son agradables, entre 18 y 25 °C. Hay un ambiente muy animado con festivales, eventos al aire libre y terrazas llenas. Es también temporada alta: hay más gente y precios más elevados. Otoño, de septiembre a octubre, aún conserva el buen tiempo y hay menos multitudes. Colores otoñales y atmósfera tranquila, ideal para museos y vida cultural. Finalmente, el invierno de noviembre a febrero es una época con días muy cortos y a veces nieve. Se vive el encanto navideño entre mercadillos, luces y ambiente acogedor, el momento idóneo si se busca vivir una experiencia nórdica auténtica sin multitudes.

CÓMO LLEGAR 

Air France ofrece vuelos con una escala en París (CDG), KLM opera vuelos con una escala en Ámsterdam (AMS) y Lufthansa ofrece vuelos con una escala en Frankfurt (FRA) o Múnich (MUC). United Airlines opera vuelos con dos escalas, generalmente en Houston (IAH) y otro punto europeo. Y Air Canada cuenta con vuelos con una o dos escalas, generalmente en Toronto (YYZ) y otro punto europeo. 

DÓNDE COMER 

Atelier September 

D. Kronprinsessegade 62

T. +45 6016 8039 

Delphine 

D. Vesterbrogade 40

T. +45 7370 6850 

Mad & Kaffe 

D. Sønder Blvd. 68, 1720 Vesterbro

T. +45 3135 0880 

Noma 

D. Refshalevej 96, 1432 Indre By

T. +45 3296 3297 

DÓNDE HOSPEDARSE 

Coco Hotel 

D. Vesterbrogade 41

T. +45 3321 2166

E.  coco-hotel.com 

Bella Grande 

D. Vester Voldgade 23

T. +45 7060 1021

E.  hotelbellagrande.com/en 

25hours Hotel Indre By

D. Pilestræde 65

T. +45 7077 0707 

E. 25hours-hotels.com/copenhagen/indre-by/ 

Texto y fotos por: Mireia Noguer Artigas