Las ciudades lo consumen todo y nos distancian cada vez más tanto de la naturaleza como de nuestro planeta. Simplemente, ser conscientes de lo que comemos y de dónde proviene, y actuar en consecuencia, es un gran paso para reducir nuestra huella de carbono y mejorar nuestra calidad de vida.
Estamos expuestos a miles de productos de diferentes marcas, los cuales prometen ser orgánicos o free-range, pero, ¿cómo podemos estar seguros de que no han sido alterados y de que realmente son de la mejor calidad?
Una gran opción para contribuir al cuidado del medio ambiente y llevar un estilo de vida sustentable es crear un huerto en la comodidad de tu casa. Cultivar hortalizas orgánicas y otras plantas en tu azotea o tu jardín es mucho más fácil de lo que parece. Aquí te decimos cómo.
1. Para comenzar, escoge bien el lugar en el que va a estar tu huerto. Elige un espacio de cultivo que le permita a tus plantas recibir entre cinco y seis horas de sol al día. Puede ser el interior de tu casa, pero si tienes una azotea, patio o terraza, mejor.
2. Hay distintos materiales en los que puedes comenzar a sembrar, pero te recomendamos el peat moss, un musgo muy ligero que, además, absorbe fácilmente el agua y crea un ambiente perfecto para tus semillas. Antes de sembrarlas, es necesario que humedezcas el peat moss y lo expandas en un semillero. Estos son una muy buena opción si tienes camas de cultivo al aire libre con una gran extensión, pues te permitirá cuidar las semillas y observar su proceso.
3. Una vez que tengas listo el semillero y las semillas, es importante que hagas un agujero del doble del tamaño de cada semilla en el peat moss.
4. Anota la fecha en la que las sembraste y haz un diagrama para saber qué semilla colocaste en cada hueco. En un principio, la semilla se alimentará de sí misma. Si la siembras muy profundo, podría agotar sus nutrientes y morir, y si la siembras muy pegada a la superficie, podría no germinar por falta de oscuridad.
5. La semilla va a estar lista para ser trasplantada después de que nazcan sus primeras hojas. Al momento de pasarla a la cama de cultivo tienes que recordar que la capacidad de crecimiento de la planta va a ser proporcional al área total que le des de suelo para echar raíces.
6. Lo que quieres lograr crear en tu huerto es un ecosistema. De esa manera, vas a conseguir que funcione por sí solo, sin que le tengas que añadir nada externo. Para lograrlo, necesitas una variedad de especies. Mientras más distintas sean, mejor, pues no estarán compitiendo por nutrientes. Al tener diferentes aptitudes y necesidades, se complementarán y ayudarán a crecer.
7. En tu ecosistema, van a vivir varios tipos de macroorganismos, como abejas, mariposas, arañas y lombrices. Es importante que cuando rocíes tu huerto con algún preparado, aún si es orgánico, no dañes a estas especies que cohabitan ahí.
8. Recuerda: crea tu cama de cultivo, planea tu siembra y riégala diario.
9. Ya que tengas éxito con tu primer huerto, toma en cuenta la importancia de la rotación de cultivo. Esto significa que al terminar el ciclo de cualquier hortaliza es crucial que siembres otra especie totalmente diferente. De esta manera, los nutrientes del suelo no se acabarán y la tierra seguirá siendo fértil.
Escrito por María Zapata