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¿Debo comprar dólares?

Es normal que el tema del tipo de cambio se aborde en pláticas entre amigos y familiares como indicador de la economía nacional; al final, por razones históricas, es uno de los principales indicadores económicos en la mente de los mexicanos. En muchas ocasiones asociamos cómo va el país según cuántos pesos tenemos que pagar por cada dólar. Hay algo de verdad en esto, pero la realidad es que depende de muchos factores. Me preocupa, eso sí, una conclusión que últimamente escucho de varias personas, que creen que es necesario comprar dólares cuanto antes, pues el dólar subirá a 25 pesos.

Es un hecho que durante los últimos cuatro años hemos visto nuestra moneda depreciarse casi 40 por ciento. Sin embargo, me parece importante tratar de entender las razones de este fenómeno y si el precio actual refleja un valor justo conforme a los fundamentos de nuestra economía. Por ejemplo, podríamos hacer una comparación con la crisis económica de 1994, donde el peso también sufrió una gran devaluación. Podríamos empezar preguntándonos: ¿nuestra economía está pasando por una situación equivalente a la crisis conocida como “efecto tequila”?

El precio que el mercado le está dando al peso indica que sí. Una herramienta que históricamente ha resultado muy efectiva para calcular el valor de una moneda es la tasa de paridad de compra, la cual compara el poder adquisitivo de una moneda en otro país, es decir, cuántos pesos necesitas para comprar el mismo producto en México y en Estados Unidos. Si analizamos la relación histórica del peso y el dólar (Gráfica 1), encontramos que el mercado le está asignando un precio al peso que no habíamos visto desde el peor momento de la crisis de 1994.

Sin embargo, nuestra situación actual es muy diferente. La crisis de 1994 fue causada, en gran medida, por una política monetaria en la que el Banco de México (Banxico) tenía un objetivo de tipo de cambio, el cual le obligaba mantener constante el precio del peso frente al dólar. Esta política llevó a Banxico a mantener un tipo de cambio que no necesariamente era el nivel de mercado. ¿Cómo? Comprando pesos, en muchos casos sobrevaluados, con sus reservas internacionales, es decir, el tipo de cambio se mantenía de manera artificial. Actualmente, Banxico es una institución autónoma y llevamos más de dos décadas con un sistema de flotación libre del peso, es decir, el gobierno ya no mantiene el tipo de cambio de manera artificial, lo que ha convertido el peso en la segunda moneda emergente más intercambiada a nivel mundial. Además, las reservas de Banxico hoy alcanzan para pagar cerca de la mitad de la deuda externa pública y privada, cuando en 1994 no cubría ni el 10 por ciento. Asimismo, hoy tenemos un sistema bancario mucho más sólido, la cartera vencida de los bancos es de solo 2 por ciento contra el 18 por ciento de 1994.

Sin duda, nuestra economía hoy es mucho más dependiente del comercio que el promedio mundial, por esto la amenaza de un shock en el comercio es una de las principales razones del desajuste en el precio del peso mexicano. Es importante mencionar que los mercados pueden adelantarse a eventualidades, pero también se pueden equivocar en el corto plazo. El hecho de que el peso esté subvaluado en términos de paridad de compra no es garantía de que mañana vayamos a ver el peso a un nivel mucho más bajo. Además, las negociaciones del TLCAN, los abruptos (por decir lo menos) mensajes del presidente Trump y las elecciones que tendremos en 2018, inyectarán volatilidad y presión a nuestro tipo de cambio. Hay que tomar en cuenta el patrón histórico que indica que las monedas tardan en regresar a su valor promedio cerca de 5 años, entonces, solo el tiempo nos podrá decir si estos niveles son justificados.

Mientras tanto, todas las personas que ganamos y ahorramos en pesos tenemos frente a nosotros la gran amenaza de que nuestro patrimonio valga menos en el tiempo, por lo que hay que protegerlo. Tenemos opciones y estas no pasan por el pánico o la huida hacia otras monedas que podrían estar sobrevaloradas. La mejor protección es diversificar e invertir en empresas con ventajas competitivas sin una exposición fuerte al USD o, mejor aún, que se beneficien de un mayor tipo de cambio. Puedes encontrar muchas de estas en la Bolsa Mexicana de Valores, en tu propio negocio o en un activo productivo.

Predecir el tipo de cambio es una tarea muy compleja en donde siempre escucho comentarios sofisticados para justificar porqué no sucedió lo que se había previsto. Por eso es mejor invertir conociendo las variables de riesgo/beneficio, diversificar, tener disciplina y, cuando alguien nos intente convencer porque “dicen que subirá o bajará”, mejor que nos invite un fin de semana en Las Vegas.


Texto por: ALEJANDRO LEGORRETA

Empresario, filántropo y emprendedor social yucateco. Es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana. Presidente del Instituto VIF, organización que promueve las inversiones en México y la conciencia social en el sector empresarial. Miembro del Consejo de Accival y de Afore Banamex, así como de su comité de inversiones. Pertenece al Patronato de Mexicanos Primero, al Instituto Nacional de Cancerología, al Consejo Latinoamericano de la Universidad de Georgetown y al International Advisory Board del Council of the Americas. Es co-autor del Corrupcionario Mexicano y Presidente de Opciona, organización que trabaja para detonar el potencial de México, asimismo, es cofundador de la Fundación Legorreta Hernández, organización que brinda oportunidades a comunidades marginadas y contribuye al desarrollo social de México. Es fundador de la beca para maestría en Periodismo de Investigación del CIDE. Columnista en el Reforma, Forbes y el Diario de Yucatán.

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