Romina Sacre es una escritora, emprendedora y conferencista mexicana. Inició su carrera como actriz y modelo. Estudió en una de las mejor escuelas de actuación en Nueva York, hasta que una publicación en su blog cambió el rumbo de su vida. Reconocida como una de las 50 influencers digitales más importantes en México, también es columnista de Opinión 51.
Es fundadora de múltiples proyectos, entre ellos el afamado podcast Sensibles y Chingonas, que surgió tras el éxito de su primer libro Lo sensibles no nos quita lo chingonas (2019). En el 2021, creó Jefazas, su segundo podcast, un proyecto dirigido a mujeres emprendedoras. Por si fuera poco, ahora presenta su segundo libro, El amor en los tiempos del like.
En esta entrevista, Romina nos platica sobre la realidad del amor moderno, algunos temas especiales del libro y la historia personal que hay detrás de este proyecto editorial.
¿Cuál fue tu inspiración o razón principal para escribir?
Llevo ya unos años hablando, desde mi primer libro Lo sensibles no nos quita lo chingonas, sobre cómo vivir auténticamente y cómo trabajar para vivir a través de tu verdad, siendo y haciendo lo que realmente eres. Mi primer libro habla sobre todo este autoconocimiento y sobre cómo empezar a desmenuzar todas esas creencias que nos heredaron sobre ser mujer. Este segundo libro quise centrarlo en las relaciones sentimentales porque siento que, al menos las millenials, estamos un poco confundidas sobre lo que significa estar en una relación.
Crecimos rodeadas de una narrativa romántica, pero a la vez súper tóxica y telenovelesca: debes cambiar quién eres para ser aceptada y amada y, por consecuencia, así poder estar con alguien. En contraste y al mismo tiempo, tenemos un gran discurso de feminismo y empoderamiento. Yo vengo a romper con eso. Yo vengo a cuestionarlo durísimo. Claro que se puede tener una persona increíble a tu lado, pero antes tienes que empezar preguntándote qué es lo que quieres.
Así empieza mi libro: ¿qué quieres tú? No lo que quiere tu mamá, tus amigas o la sociedad. Es echarnos un clavado en nuestro interior, es conocernos profundamente para que podamos conectar con alguien que esté exactamente en la misma sintonía. También plantea cómo podemos disfrutar más el conocer a otras personas. ¿Cómo convertir en algo placentero esta interacción que puede ser estresante y llena de muchas expectativas? Y, más que conocer a otra persona, ¿qué podemos descubrir de nosotros mismos en el proceso?
¿A quién va dirigido este libro?
Yo creo que va más dirigido a mujeres. Aunque en realidad es para quienes ya están cansadas de salir con la misma gente una y otra vez, para aquellos que ni siquiera se han dado cuenta de en qué la están regando o qué podrían mejorar. Es también para quienes desean disfrutar este proceso de ligue o de conocer a más personas.
Yo hablo siempre desde mi experiencia. No soy psicóloga, ni terapeuta, ni tengo alguna especialidad en absolutamente nada. Sin embargo, para mí es importante contar mi historia y mis experiencias románticas fallidas. Podría calificarlas como “fallidas”, pero en realidad no, porque aprendí un montón; tan aprendí que lo puse en un libro y hoy tengo una relación increíble basada en respeto, amor, libertad y felicidad, aunque me tardé en entender cómo tener una relación valiosa que te haga crecer y ser mejor persona.
Entonces, yo creo que se van a reír muchísimo quienes lo lean, porque vienen muchas anécdotas (unas de oso, otras que los dejarán con ganas de mandar un abrazo). Se van a identificar porque, por más diferente que sea mi comunidad en Instagram, tenemos un buen de cosas en común. A veces incluso se nos olvida lo poderosas que son las historias por cómo nos reflejamos en estas.
¿Cuál es la diferencia más notoria de lo que antes era empezar o estar en una relación?
Yo creo que el cambio principal que ha tenido mi generación (y que me encanta porque hay muchas mas posibilidades de conocer a muchas más personas) es la tecnología. Ahora las opciones son múltiples; y creo que eso también hace que muchas personas no se quieran comprometer.
Hay un libro increíble que me encanta, Modern Romance, del comediante Aziz Ansari, que habla de esta falta de compromiso. Yo genuinamente creo que sí hay un montón de gente que se quiere comprometer. Nada más tenemos que romper la creencia de que las nuevas generaciones no lo buscan. Claro que sí. El tema es deja de salir con esas mismas personas confundidas, porque todo empieza desde uno. Aziz habla del momento en el que las personas saben que hay una variedad de opciones y cómo su mentalidad cambia: ¿Por qué voy a salir con una, si hay 40 más? En mi libro, también aplaudo si eso es lo que quieres.
Sin embargo, a las mujeres (o a las mujeres mexicanas) nos cuesta mucho más trabajo este tema de libertad por el qué dirán de nosotras. Me gustaría pensar que la generación z es distinta, pues todavía hay una carga de culpa en cómo vivimos nuestra sexualidad y cómo estamos desaprendiendo muchísimas cosas.
Está fuerte el no saber qué es lo que quieres. Estar en una relación te da un montón de experiencias increíbles. Lo complicado es romper con esa idea de que en el momento en el que estés con alguien se te acaban otras oportunidades. Al contrario, ganas más: sentirte acompañada y respaldada, poder confiar y contar con esa persona. Sentir amor incondicional es padrísimo y ahí creces. Definitivamente, es más fácil estar sola que estar con alguien, porque estar con alguien es un constante reto.
Considerando que es tu segundo libro, ¿va ligado al primero, Lo sensibles no nos quita lo chingonas?
Sí. No es una continuación ni una secuela, aunque siempre le digo a mi comunidad que lea mi primer libro para que vean antes qué onda con su persona y ya después qué onda con los demás. Ambos se complementan. Además, definitivamente sí hay una evolución en mí. El primero lo escribí hace 3 años. Hoy en día estoy mucho más centrada y veo más claros varios aspectos de mi vida.
Para ti, ¿qué es una relación de calidad y cómo la identificas? ¿Tienes ciertas situaciones en las que dices green flag / red flag de inmediato o crees que estas van cambiando?
Por supuesto, van cambiando con tu persona. Afortunadamente, no soy la misma persona que era a los 22 años. Tenía otras ideas sobre las relaciones, el amor y lo que creía que era estar con alguien; además de la necesidad de depositarle mi felicidad a otra persona. Hoy creo que las relaciones de calidad (y esto aplica a todo tipo de relación, no solamente una sentimental, también la amistad y la familia) tienen que sustentarse en el respeto, autenticidad, mucho amor y diversión; en respetar la individualidad de la otra persona, entender que no me pertenece, que no puedo controlarla y que no va a cambiar porque yo quiero. Debes tener muy claro qué sí va contigo y qué no; y todo es válido.
Hay una frase increíble de mi terapeuta (yo creo que me la debería tatuar): “Nada es malo, solo hay que asumirlo”. La otra persona no está mal ni está bien: simplemente es. Tú no estás mal ni estás bien: simplemente eres. Punto. Ahí es cuando decides si esa persona va contigo o no. Ir por la vida creyendo que alguien debe de ser como tú quieres se me hace sumamente egoísta y una pérdida de tiempo.
Y respondiendo al cómo las identificas, se siente. El cuerpo es un chismoso y siempre te va a dar señales de cuando algo no está bien. Lo que pasa es que somos buenísimas, buenísimos y buenísimes para ignorar todo lo que sucede con nuestro cuerpo porque hay una desconexión tremenda. Si sientes angustia, se quita tu paz o se altera tu cuerpo con otra persona, ahí están las señales. ¿Como por qué quieres estar en una relación que no saca lo mejor de ti, en donde no hay tranquilidad ni confianza y hay control todo el tiempo? Una vez más, es echarte un clavado para ver en ti mismo y hacer una lista de lo que ya no quieres en ninguna relación. Tú estás primero y tú eres la persona más importante en tu vida.
En tu experiencia, ¿cuál es el estereotipo o el tabú más común en cuanto a lo que debe de ser una relación?
Que el hombre decide absolutamente todo: él tiene que invitarte a salir, decidir por ti, pedirte matrimonio; y las mujeres prácticamente nos quedamos esperando a que las cosas sucedan. Esa idea se traduce a todo lo demás y no es cierto. Nosotras también podemos elegir, pero primero tenemos que saber qué es lo que queremos. Ahí esta la chamba personal. Si no la hacemos, le dejamos el trabajo a la otra persona.
¿Cuál fue el parteaguas en tu vida para decir “hasta aquí” con todo lo que la sociedad en la que vivimos espera de una mujer? ¿Qué aprendiste a desaprender?
Tenía 25 o 26 años cuando regresé de Nueva York, después de estudiar 5 años actuación. Yo me quería ir a vivir con mi novio. Obviamente, mi papá puso el grito en el cielo, porque su en mentalidad de baby boomer, si no estabas casada, no había compromiso. No sé de dónde saqué la valentía para contestarle: “¿Quién dijo que me quería casar? ¿Por qué crees que le tengo miedo a que no se quieran comprometer conmigo? Yo quiero ir a vivir para ver qué pasa, a ver si funciona y si ese es el caso, ya decidiré después. Pero no puedes tomar esa decisión por mí.” En ese momento, mi papá me dijo que nunca lo había visto de esa forma.
Cuando empiezas a ponerte adelante de la fila, cuando dices “ése no es mi sueño”, cuando eres fiel a ti misma, la vida te da las mejores recompensas. Si algo les puedo decir a quienes nos están leyendo es que jamás tengan miedo de expresar su verdad. Cuesta mucho trabajo salirse el camino establecido y de las reglas de la vida, pero la neta es que es tu vida y tú decides. Incluso si la riegas, algo aprenderás.
¿Cómo lograste transformar tus experiencias de vida, buenas o malas, en una reflexión para ayudar a los demás? ¿Cuál ha sido tu trabajo personal para llegar a este punto de ser auténtica y tener seguridad en ti misma?
Primero que nada, la terapia. Llevo ya varios años en terapia, lo cual sé que es un privilegio al que pocas personas tienen acceso y el cual, pienso yo, debería estar al alcance de todos. Si no se atiende la salud mental, todo lo demás vale madres. Si no entiendes de dónde vienen tus inseguridades, no tienes sentido de la responsabilidad. Cuando te vuelves responsable de ti, de tus pensamientos y de tus palabras, tu vida se transforma.
En segundo lugar, soy una intensa cuestionando todo lo que me dicen. Eso que pensé que era un gran defecto es la característica que me volvió una gran líder de opinión en redes sociales. Estoy consciente del privilegio que tengo de decir lo que pienso, por ello siempre lo hago con mucha responsabilidad. No se vale decir cosas en internet esperando que nada suceda después.
También en mi podcast tengo la oportunidad de platicar con un montón de gente increíble. Especialistas, doctores y psicólogos, entre otros, me han abierto la manera de ver la vida, me permiten ser una eterna curiosa en cómo puedo sentirme mejor conmigo misma y cómo puedo conocerme aún mas, trabajar inseguridades, miedos y creencias para justo ir desmenuzando todo y decidir qué sí va conmigo y qué no.
Se me hace muy valiente pedir ayuda. Yo siempre lo aplaudo, ya que es uno de los actos más humildes y humanos que existen. No tenemos que saberlo todo, porque simplemente así no funciona.
¿Cuál sería el primer consejo que aplicarías si fueras de nuevo la Romina de veintipocos años que vivía en Nueva York y apenas estaba conociendo el mundo?
Cuidarme mucho. Cuidar mi cuerpo, lo que consumo, mi salud mental, con quién me junto, el no abusar de la fiesta y del alcohol. En mi primer libro, hay un capítulo al respecto. Pero bottom line, es eso: cuidarme. Me pongo como prioridad, porque si yo no estoy bien, nada a mi alrededor lo va a estar. Entonces siempre, siempre, siempre, ponte como prioridad. Es mucho más sencillo de lo que parece, pero nos encanta complicarnos.
¿Cuál es el consejo más cañón que te han dado y que has podido transmitir a los demás?
Esa pregunta se me hace muy complicada, porque me han dado un montón de consejos increíbles. Una de mis mejores amigas, Lorena Valdés, es manager y dice que “no trabajes con alguien que no invierte en sí mismo”. Me encanta pensar que lo mejor que podemos hacer es invertir en nosotros, todo el tiempo: en experiencias, en cursos, en comer bien y en ser mucho más selectivos con lo que traemos a nuestras vidas. Cuanto inviertes en ti se traducirá en muchísimas cosas buenas. Es el consejo que tengo más presente en este momento.
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