En la actualidad, vivimos en una lucha constante contra el calentamiento global. El mindset de la sociedad está cambiando, de forma que ser sustentable y consciente es la prioridad. Con esto en mente, se ha buscado la manera de salvar al mundo y kiri podría ser la clave.
Kiri es un árbol originario de China; puede llegar a medir hasta 27 metros y, debido a sus grandes hojas y a sus llamativas flores, se usa como planta decorativa en Japón. Sin embargo, más que por su belleza, destaca por su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas.
Para comenzar, puede crecer en suelos infértiles, absorber diez veces más dióxido de carbono que sus semejantes y emitir grandes cantidades de oxígeno. Asimismo, es capaz de regenerar sus raíces y de resistir el fuego. Por si fuera poco, acelera su crecimiento en terrenos casi estériles, aporta nutrientes al suelo y sus raíces previenen la erosión.
Su nombre científico es Paulownia tomentosa o Paulownia imperial y ahora forma parte de un proyecto llamado The Kiri Tree Revolution, el cual busca plantar un millón de kiris para purificar el suelo contaminado de Estados Unidos (comenzando por Texas), restaurar su fertilidad y que crezcan vegetales.
Desde que se descubrió este árbol, han surgido muchos proyectos de este tipo, lo cual lo ha convertido en un elemento de suma importancia para el futuro del planeta.
Texto por Renée Sotomayor
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