Leyendas mexicanas, mitos sobre la muerte y tradiciones coloridas enriquecieron el magno desfile del Día de Muertos que, durante tres horas, decoró las calles de la Ciudad de México honrando la conmemoración nacional declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. 40 danzantes tradicionales, 33 marionetas de distintos tamaños, 2 mojigangas, un monolito, un carro alegórico y seis grupos musicales nutrieron el desfile curado por la artista visual Betsabeé Romero en un recorrido desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo y con un público de 250 mil personas.
Entre los elementos más llamativos se encontraron calaveras con trajes típicos de cada estado del país, catrinas, mariachis y revolucionarios o figuras de la película de Spectre 007, y el altar a Juan Gabriel con el que clausuró el desfile.La mística procesión constó de tres segmentos alegóricos: el viaje a Mictlán, en donde se recreó el significado y tributo a la muerte durante la época prehispánica; la Muerte Niña aludió a la celebración de los Santos Inocentes con grandes óleos de niños difuntos y Pal’ Panteón como síntesis de la celebración de la vida y el recibimiento de nuestros difuntos el Día de Muertos.Además del gran desfile, la celebración reunió 120 trajineras convertidas en altares en una ofrenda monumental, un paseo nocturno en bicicleta la noche del 29 de octubre y un foro artístico con la presencia de artistas como Julio Revueltas y Susana Harp.La ofrenda monumental, instalada en la plancha central del Zócalo de la CDMX, estará abierta al público en general del 29 de octubre al 2 de noviembre de las 10:00 a las 22:00 horas.