Maestra en Diseño Gráfico por la London College of Communication y licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad Iberoamericana. Es autora del libro Mexican Blackletter (Mark Batty Publisher, Nueva York, 2006). Ha diseñado libros y gráficos para instituciones como SITE Santa Fe, Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Museo Universitario de Arte Contemporáneo- MUAC, Pabellón de México en la Bienal de Arte de Venecia, Museo de Arte Carrillo Gil, Centro de Arte 2 de Mayo, El Colegio Nacional; con editoriales como Cosac Naify, Walther König, Turner, Alias; y sobre los artistas Francis Alÿs, Teresa Margolles, Melanie Smith, entre otros.
En 2011 fundó, en la Ciudad de México, Periferia, un espacio dedicado al diseño y edición de libros de arte y a la comunicación gráfica cultural. En 2014 obtuvo la Mención Honorífica en la categoría de Colección del 1er Premio Latinoamericano al Diseño Editorial (Buenos Aires, Argentina) por el diseño de la colección Folios MUAC, y el DAM Architectural Book Award otorgado por Deutsches Archite- kturmuseum y la Feria de Libro de Frankfurt (Alemania) por el libro Talca, cuestión de educación.
¿Cómo percibes la escena del diseño en México? ¿Qué consideras un obstáculo y qué un detonador?
Me parece que el diseño en México está pasando por un momento bastante vibrante, en donde gente joven está produciendo diseño interesante que responde a retos actuales de comunicación.
Un obstáculo, creo que es la cultura del “ahí se va” que impera en nuestro país. Para mí, ha resultado muy complejo producir piezas de diseño de calidad en México, pues los proveedores (impresores en mi caso) en general no tienen la sensibilidad por hacer su trabajo de manera sistemática y con estándares de calidad apropiados; los procesos de producción en general son bastante desgastantes, pues tiene uno que estar supervisando cada etapa a fin de que el resultado tenga un nivel de calidad aceptable.
Un detonador, creo que es la situación precaria en la que este país se encuentra: somos un país tercermundista con enormes retos de desigualdad social. Los diseñadores de este país tenemos la oportunidad de producir diseño que aporte en cerrar esa brecha.
¿Puedes mencionarnos algunos de tus diseñadores favoritos y porqué?
Irma Boom es una diseñadora a la que admiro mucho y de la que he aprendido un montón al estudiar el diseño de sus libros. Su trabajo es audaz, pero coherente con el contenido.
El trabajo de Karel Martens también lo encuentro inspirador, por su espíritu de experimentación con la forma, la composición y el color. Adrian Frutiguer y William Addison Dwiggins son diseñadores a los que admiro mucho por su extraordinario trabajo como tipógrafos, pero también por el trabajo que hicieron en otros campos; Frutiguer, como teórico del diseño y la tipografía, y Dwiggins como ilustrador y creador de marionetas. Tibor Kalman es otro referente para mí, no tanto por su trabajo de diseño en sí, sino por su postura de lo que debe ser un diseñador.
Algún destino en el mundo para ver diseño.
Para mí, cualquier destino del mundo es ideal para ver diseño, y el recinto sería la calle. No importa en qué rincón del planeta se encuentre uno, el abrir los ojos al diseño que se produce en un lugar nos da muchísima información acerca de cómo es esa cultura y resulta siempre apasionante descubrir las soluciones de diseño que emanan de ella.
Edificio o espacio favorito.
Quizá mi edificio favorito sea el Tate Modern, en Londres. Por muchos motivos que me son entrañables: ahí estuve en contacto con parte de su colección de libros de artista, lo cual considero que definió por completo el rumbo de mi quehacer profesional; porque fue el primer lugar en donde vi el despliegue de una colección de manera temática y no cronológica, lo cual en su momento abrió un mundo de posibilidades en mi cabeza; porque la adaptación arquitectónica del edificio por Herzog & de Meuron creo que es de lo más atinado y exitoso; porque es un espacio público con oferta gratuita (aunque no exclusivamente) y de alta calidad, de conocimiento, experimentación e investigación en torno al arte.
Película favorita.
Muy difícil nombrar solo una, pero quizá sea Blade Runner.
Platillo favorito.
¡Uf! También imposible apuntar solo uno, pero quizá sea el sashimi.
Platícanos sobre el objeto que escogiste.
Este es un objeto que diseñé con mi querido amigo Rodrigo Reyes hace ya varios años. Es un objeto al que le tengo gran aprecio, pues considero que clarifica muy bien la relación entre los colores primarios de los pigmentos (cian, magenta y amarillo) y los primarios de la luz (azul, rojo y verde), donde uno puede percibir con toda claridad cómo unos son los secundarios de los otros, y también los distintos gradientes de valor hacia el negro y el blanco. Es un objeto lúdico, pues está pensado para funcionar como rompecabezas, pero que también sirve como de herramienta de trabajo, pues da mucha información sobre el color y los distintos matices que surgen de la interacción entre los distintos colores primarios.