El Abierto Mexicano de Diseño es un festival internacional que reúne el trabajo de los mejores diseñadores y arquitectos del mundo. El despacho Dellekamp/Schleich expone este año en el Museo Numismático Nacional una instalación que invita a los espectadores a sumergirse en tres dimensiones de las representaciones del poder. Para entender un poco mejor la obra, titulada Dicotomías del poder, platicamos con sus autores, Derek Dellekamp y Jachen Schleich, quienes nos contaron cuál es el trasfondo y la razón de ser de la pieza.
Para comenzar, cabe destacar que el Museo Numismático Nacional es el lugar perfecto para reflexionar sobre este tema, pues en el pasado, era el sitio en el que se fabricaban las monedas. En palabras de Jachen Schleich, “es un edificio muy antiguo que tiene una estructura colonial, un espacio muy grande que parece una catedral con sus columnas y arcos. Es un espacio muy poderoso que está todo quemado o manchado de negro por el hollín”. Y esta última característica genera una atmósfera dramática que funciona de manera ideal para la intervención que Dellekamp y Schleich hicieron.
En palabras de Dellekamp, la instalación “es de alguna forma una sobreposición en la que se juega con ciertos símbolos y con la materialidad. La propuesta consiste en tres pirámides que parece que aterrizaron de manera aleatoria en el espacio y que dialogan con él a través de la relación que hay entre los símbolos. Primero, la pirámide es una forma platónica que representa el poder de los medios; las pirámides están hechas de la misma manera en la que se hace una piñata, con capas de periódico. Hacemos una reflexión respecto a, cómo en el ciclo de los medios, las noticias tienen una obsolescencia inmediata, entonces aparecen estas capas de información que se van sobreponiendo entre sí, por lo que lo que hoy es novedad o noticia, mañana es solo material de fondo”.
Los arquitectos buscan invitar a los visitantes a hacer una reflexión sobre los poderes principales de un país. Como nos explica Schleich, “Dicotomías del poder se refleja en esas tres capas mayores y en la numismática como la forma de mostrar poder hacia el exterior. Así ha sido en todos los países históricamente: las monedas representan la riqueza y el poder político de una nación. La pirámide es un símbolo universal de poder en muchas culturas y la información, como el cuarto poder, sigue teniendo ese rol de vigilancia sobre los otros tres poderes políticos”.
Para lograr esta reflexión, los materiales que utilizaron fueron clave. Dellekamp nos dice al respecto: “Teníamos que encontrar un material que tuviera una integridad con el concepto; había que descifrar cuál era la mejor manera de construirlo”. Además del material, el proceso que conllevó la creación de las pirámides forma parte del diálogo que se busca generar.
Dellekamp y Schleich consideraron cada detalle para lograr que la intervención tuviera el efecto deseado en los espectadores. “El proyecto es un collage; de alguna manera es como si a una realidad histórico-simbólica-material le sobrepusieras otra que crea una tensión y un diálogo. De alguna forma es el mismo espacio que ya estaba ahí y que es sumamente poderoso. En este caso, se vivirá de un modo diferente por el tiempo que la pieza estará ahí y porque la conversación adquirirá una dimensión distinta. Otra de las capas que tomamos en cuenta cuando hacemos nuestro trabajo arquitectónico es el texto. Para esta instalación, le pedimos a una amiga escritora talentosísima, Gisela Leal, que colaborara con nosotros. Ella está trabajando en un escrito que jugará y continuará la conversación que nosotros iniciamos en el espacio con esta intervención”, dice Dellekamp.
El tiempo de planeación de la obra fue de cinco meses y el tiempo de construcción fue de alrededor de un mes. Los arquitectos buscan que los visitantes se queden con un sentimiento de asombro y reflexión. Como explica Schleich: “El hecho de que entren a ese espacio oscuro, con una luz muy dramática y esos tres objetos aparentemente ajenos al lugar, debe ser una sorpresa que, en el mejor de los casos, provoque una reflexión sobre el tiempo y los simbolismos del poder. Es una experiencia escultórica que se debe vivir a través de los sentidos; una experiencia que se puede convertir en una conversación y en una reflexión. Esto va de la mano con el texto que escribe Gisela”.
La obra estará disponible hasta el 20 de noviembre como parte del Abierto Mexicano de Diseño en el Museo Numismático Nacional.
Escrito por Daniela Jiménez
Fotos de Luis Young y Sana Frini