Entre libros de Helmut Newton y David Hockney me encontré en la sala de Eduardo Granja: un espacio con una entrada de luz envidiable y que entre sus tesoros alberga una La Chaise, de Charles y Ray Eames, pieza funcional de arte que combina a la perfección con el diseño del departamento.
Esta vez, nos sentamos a hablar no solo del cómo y cuándo de @memelasdeorizaba, sino más bien del “hacia dónde” de Eduardo Granja, el creador de una de las cuentas de Instagram más reconocidas en Latinoamérica por la habilidad de reflejar no solo lo cotidiano, sino también las problemáticas sociales a través del humor; y todo esto en tiempo real.
Y es que lo que empezó como un pasatiempo, se convirtió rápidamente en un paraguas de comunicación: por un lado, el aliado de advertising de más de 40 reconocidas marcas que buscan explotar su mensaje de forma creativa, y por otro, una terapia colectiva con el poder de conectar a miles por medio del lenguaje universal: la risa. Hoy, Granja se mueve a su propio ritmo y disfruta cada paso del inesperado camino por el que @memelasdeorizaba lo ha ido llevando.
¿Cómo es Eduardo Granja?
Soy extrovertido, sin embargo, soy sumamente antisocial. A la gente le cuesta trabajo entender ese concepto. Tengo mucha facilidad para hablar y socialmente me puedo desenvolver, sin embargo, prefiero estar solo, en mi zona de confort y con mi gente de confianza. Me burlo mucho de mí mismo, no me tomo en serio algunas cosas que se tendrían que tomar en serio y así es como creo que fluyo más fácil. Soy muy controlador para muchas cosas, entonces trato de no tomarme en serio otras y así tener un balance.
@memelasdeorizaba se ha convertido en un personaje en sí mismo. ¿Qué partes de Eduardo se representan en la cuenta?
Soy muy elocuente, mi mente no para, está todo el tiempo generando ideas, por eso creo que se me da tan fácil lo de los memes, porque la inmediatez de las ideas está todo el tiempo. Soy hiperactivo y obsesivo compulsivo. Trato de llevar la energía de esos dos “problemas” a los memes, a mi trabajo y a lo que hago. Esta especie de desahogo me ha funcionado.
¿Hay algo que reserves solamente para ti y que no compartas con @memelasdeorizaba?
Muchísimas cosas y de hecho manejo mi perfil personal también de forma súper reservada: no subo a mi familia y rara vez subo a mis amigos. Publico cosas de diseño, de moda, de plantas, de comedia, cosas de cultura pop que me gustan. Pero definitivamente, mi persona la mantengo hermética. Creo que es como un mecanismo de protección porque cuando surgió @memelasdeorizaba no era algo que yo tenía planeado, así que es mi forma de manejarlo, entenderlo y controlarlo.
¿Cómo descubriste esta forma de comunicar lo que sucede en el día a día por medio de memes?
Las primeras veces que subía cosas solo por dar risa y me daba cuenta de que los medios de comunicación lo reportaban, por ejemplo: “Memelas subió un meme sobre tal”, “Este cantante le contestó a Memelas en tal meme” o “El presidente comentó en tal meme”. Se hacía noticia lo que pasaba dentro de la cuenta, ya sea por el meme o por los comentarios, y ahí fue cuando me di cuenta de que era importante y que no se podía dejar pasar. Cualquier cosa que subiera podía ser trending topic o hacerse noticia. Ahí fue cuando empecé a medir, y dije: okay, tengo cierta re- levancia, ya debo de controlarme.
¿Cuál es para tí, a nivel personal, la importancia de hacer reír a la gente?
Lo más importante para mí de hacer reír, de reírme y de consumir comedia es la salud mental, es como un regulador. Sin duda, la risa es la mejor terapia; reírse, estar con amigos, burlarse, convivir. Creo que una cuenta de memes lo que hace es ser una especie de terapia comunal, en donde te encuentras tanto a tus amigos como a famosos y a personas que no tienen nada en común.
Los memes juntan esto de cómo te identificas, y sabes que no estás solo, en lo que sea. Esa es la esencia de los memes. Para mí, todos los problemas de salud mental se deben normalizar. Hay depresión, ansiedad, muchísimos trastornos y los tiene mucha gente. Ojalá y todos tomaran más terapia, incluido yo. Debería de ser parte de la canasta básica, casi que obligatoria. [Risas]. Muchas de las cosas que suceden en los memes las veo desde ese punto de vista.
Tu tono y estilo han ido cambiando con el paso del tiempo. ¿Cómo percibes la evolución de las redes sociales en cuanto a libertad de expresión?
Los temas que he querido tocar, los he podido tocar. Quizá haya restricción en palabras, en imágenes, en lenguaje, pero no en temas, por lo tanto, no he sentido un bloqueo de ningún tipo. Ahora, lo que ha cambiado con los años es que Instagram va modificando sus reglas, el algoritmo y lo que está de moda o no. Te vas adaptando a las tendencias, a entender que quizá lo que hace 10 años era muy chistoso, hoy ya no viene al caso. Tienes que mantenerte creativo; el albur, el doble sentido, siempre buscar cómo hacerlo. Y hoy simplemente aparecen bloqueados todos los comentarios agresivos y eso me parece muy bueno porque se vuelve tóxico todo el tema de peleas y comentarios en redes sociales.
La evolución en tu tono ¿también podría ser parte de tu crecimiento personal?
Sí. Ya tengo 31 años. Cuando empecé la cuenta tenía 27, estaba desempleado, no me gustaban los trabajos en los que estaba, pasaba por una crisis de no saber qué hacer. Entonces es otra visión completamente diferente a lo que soy hoy. Culturalmente ha habido cambios enormes, no solo por la pandemia, sino por las redes donde hay temas de derechos humanos para arriba y para abajo, y eso está revolucionando las redes. He visto cómo Instagram, de cierta forma, es una plataforma de activismo. Ahí tienes la libertad de hablar del tema que quieras, mientras no agredas.
¿Consideras que es un tema de conciencia?
Totalmente! Por ejemplo, yo desde siempre he sido súper fan de Britney Spears y me burlaba de muchas cosas de ella y de su salud mental, y hacía memes. Y hoy en día, cinco años después, no estoy de acuerdo con eso que publiqué. Se vale explicar por qué cambié de parecer en ese tipo de burlas.
LO MÁS IMPORTANTE PARA MÍ DE HACER REÍR, DE REÍRME Y DE CONSUMIR COMEDIA ES LA SALUD MENTAL, ES COMO UN REGULADOR.
¿Con qué obstáculos te has enfrentado para generar contenido orgánico en alianza con marcas?
Creo que los obstáculos han surgido cuando al inicio las marcas no entienden que en redes sociales lo que mejor funciona es que el contenido vaya con la cuenta, sea un medio de comunicación, una revista, una influencer o sean memes. A veces las marcas no tienen claro cómo trabajar con memes, lo cual es muy común. Lo he ido resolviendo con el tiempo y cada día pasa menos, se van adaptando más las marcas a los memes y entendiendo más de qué va.
Cuéntame un poco sobre tu proceso creativo como generador de contenidos.
Me gusta trabajar bajo presión, toda la fase de negociación con marcas, contratos, zooms es parte del trabajo de oficina. En la parte creativa, voy pensando durante mucho tiempo lo que tengo que hacer, voy ideando junto con la marca qué imágenes tengo, qué ideas tienen ellos, veo el brief completo de la idea de marketing y, a partir de ahí, trabajo. Pero, si tengo que hacer una entrega, lo hago todo al final porque creo que los memes tienen que ser espontáneos: si una idea le estás pensando y “moviendo” demasiado ya no va a estar chistoso. Es muy importante la espontaneidad del meme; sin embargo, el sentarme a hacerlos es un pro- ceso: me encierro, pongo música, prendo velas y empiezo. Soy bastante rápido en eso, porque ya le invertí un buen tiempo antes.
¿Algunas prácticas en las que te apoyes en ese proceso?
Me gusta poner música instrumental, entre menos complicado, mejor. La música que me gusta para ser creativo y sentarme en mi escritorio es algo que no me estorbe nada y que me borre los ruidos de la ciudad. Me distraigo con todo por mi TOC.
Una parte importante para encontrar ese vínculo con tu audiencia es observar y entender el comportamiento de la gente.
Soy el más analítico, hasta podría decir que en exceso. Creo que eso es algo que tenemos los creadores de contenido, que observamos mucho. Estás viendo: ¿qué dice? ¿quién dice? ¿qué tipo de persona es esta? ¿por qué se ríe así? Todo el tiempo estás analizando.
¿Consideras que se trata de entender el comportamiento de las personas y saber discernir?
Es un análisis social y es saber discernirlo. Exacto. Yo creo que los memes son justamente eso. Luego la gente me dice: ¿por qué te da risa este meme o por qué entiendes ese meme? Y es que no lo necesito vivir, tengo el contexto y la empatía para entenderlo.
Me gustan mucho los memes de medicina, de doctores, de hospitales, no tengo la más mínima idea de eso, pero los entiendo porque capto el contexto y lo analizo. Sobre todo, desde que tengo la cuenta porque tengo que estar más pendiente de lo que sucede alrededor porque es mi trabajo. A veces veo series o películas que en el pasado no hubiera visto porque digo: es una serie muy mencionada y quiero ver por qué es relevante.
Si pudieras dividirte en fases, ¿cuáles serían?
Mi vida pre adultez y mi vida post adultez, o sea, infancia y adolescencia. Vivía en Orizaba, ciudad chica, donde todo es completamente diferente. Y obviamente empezó otra faceta desde que me vine a vivir a la Ciudad de México. Aquí ha habido dos facetas, me dediqué seis años a la moda, esa es una faceta súper importante porque, aunque no me dedico a ello, mis amigos, mi mundo y mi pasión sigue siendo la moda, sigo estando con un pie adentro. Y la tercera vendría desde que comenzó Memelas, obviamente ahí fue la más importante de mi vida, aunque no fue planeado. Tardó un año y medio para que eso pasara, entonces era un hobby sin mayor importancia.
Sabemos que la danza es una de tus pasiones. ¿Lo involucras en tu proceso creativo de alguna manera?
Sí, así como digo que la jardinería me relaja, también me relaja muchísimo el ballet, veo dos o tres ballets a la semana. Los do- mingos en la noche de ley veo uno, me relaja a otro nivel. Definitivamente, es parte de mi pro- ceso creativo porque me inspira mucho, es lo que me sigue inspirando más que nada.
¿Con qué parte de ti conectas cuando tienes oportunidad de verlo?
Toda mi adolescencia me dediqué a bailar ballet, entonces es parte fundamental de mi vida. La mejor sensación que he tenido en la vida es estar en un salón de clases bailando, es una desconexión absoluta, tienes tanta concentración en tu cuerpo y en la música que no tienes tiempo de pensar en nada. Entonces me remonta a esa época, mucha paz, mucha ilusión, porque quería ser bailarín, me re- monta a cosas increíbles.
¿Hoy lo practicas?
No, nada, solo lo veo. Estoy super involucrado, se qué bailarín baila en qué compañía, estoy todo el tiempo viendo las novedades, estoy al pendiente de mi escuela, que nuevos bailarines salen, me llevo con los bailarines de la Compañía Nacional de Danza, siempre voy a todas las funciones que puedo, pero no me dedico. El ballet es algo tan exigente que, en mi caso, que nunca lo hice de hobby, sino muy en serio, o lo haces a full o no lo haces.
Por otro lado, las plantas. ¿De dónde nace esa fascinación?
Viví cinco años en Santa Fé en un departamento muy gris, muy sin aire, entonces cuando me mudé a la Roma, a un lugar con mucha más luz y espacio me solté, me dejé ir. Me encantó desde el inicio cuidar plantas, ver que sale otra hoja, ver cómo la cuidas, ver cómo hasta la matas. [Risas]. Todo el proceso me gustó y encontré una parte recreativa. En ese momento estaba en Saint Laurent y trabajar en retail es un trabajo difícil, con horarios muy irregulares, entonces, en mis días libres mis plantas eran mi máximo, y de ahí empezó.
¿Qué proyectos siguen para Eduardo?
Por la naturaleza del trabajo, parecería que todo es “al día”, pero tiene meses de planeación y tengo la suerte de que el traba- jo ha ido llegando durante estos cinco años.
El siguiente gran proyecto que tengo, y que me tiene sumamente emocionado, es mi aparición en una película de Netflix, Fondeados. Esperé más la película que la vacuna. [Risas].
Es lo más grande que he hecho con @memelasdeorizaba desde el inicio. Además aparezco en la película como Eduardo ha- blando de Memelas. Estoy muy emocionado y agradecido con esta oportunidad. El día que me hablaron para decirme que me querían para una película fue el mayor honor que te puedes imaginar. Creo que es una de esas cosas que es tan grande que lo bloqueé de mi cabeza, todo el tiempo pensaba: seguro borran mi escena. [Risas].
¿Tienes algún proyecto en mente?
Desde febrero soy imagen de una marca de botanas y, a pesar de haber hecho muchos comerciales y campañas digitales, este es mi primer anuncio de televisión. Fue una experiencia increíble, divertidísima, porque está relacionada con memes. Llevo años haciendo publicidad, estudié comunicación, pero aquí ya estoy participando en comerciales de televisión con mi imagen, y espero que vengan más. Creo que ese es el siguiente paso. Es un nuevo camino, como un nuevo brazo.
Cuando la gente te reconoce en la calle, ¿cuál es la pregunta que más orgullo te genera?
Más bien me escriben mucho a la cuenta. Y es que, volviendo a lo de salud mental, la gente me escribe cartas, diría que diario, a veces varias al día. Me platican de todo, desde: “No estoy pasando por un buen momento y me acabo de divertir muchísimo porque me perdí una hora en Memelas y estaba muerto de risa”, “Me ayudas mucho a la depresión” o “Me ayudaste a darme cuenta de que otras personas viven cosas que yo vivo”. Eso me da muchísimo orgullo. Cuando la gente saca esa parte positiva es como: ¡Wow! Saber que una persona está contenta un día ya es suficiente. Suena muy cliché, pero es verdad, y no es una, son muchas, así que me da mucho orgullo saber que lo que hago le aporta a la gente algo padre y positivo. Eso me encanta.
¿Cuál podría ser tu antidepresivo natural?
Mi círculo más cercano: familia y amigos. Cuando mejor estoy es cuando soy más libre, cuan- do estoy en comunicación, más abierto, más fluido, más todo. Es mi soporte, sin duda.
Entrevista por: Isabel Flores
Fotografía: Alberto Newton
Hair & makeup: Roberto Sierra