A finales de septiembre, un avión estadounidense volaba sobre el Mar de la China Meridional, cuando una voz le advirtió por radio: “Ha violado la soberanía de China e infringido nuestra seguridad y derechos. Se tiene que ir inmediatamente y permanecer lejos”. Esa es solo una de las amenazas que le ha hecho China a quienes se han atrevido a pasar, ya sea por mar o tierra, sobre la polémica zona cuyo conflicto ha crecido en los últimos años.
El Mar de la China Meridional, también conocido como Mar del Sur de China, es una región conformada por 3.5 millones de kilómetros cuadrados, situada entre China, Taiwán, Filipinas, Brunei, Malasia y Vietnam. Su importancia radica en que es una de las rutas marítimas más navegadas del mundo y en que su suelo oculta enormes reservas naturales de petróleo y gas.
Precisamente por esta riqueza, desde hace siglos los vecinos de la región tienen un conflicto por tratar de reclamar soberanía y ocasionalmente han tenido roces diplomáticos. En 2012, Filipinas, acosó a algunos barcos pesqueros chinos y arrestó a los tripulantes de uno de ellos por entrar a lo que considera “su zona” y un año después, acusó a China en un tribunal internacional en La Haya. En 2016, este órgano reconoció que China no tiene derecho a reclamar las islas como propias, pero a Pekín no le ha importado y desde 2013 ha aumentado su presencia militar en la zona.
En 2012, en medio del problema con los pescadores, Filipinas, China, Malasia y Vietnam empezaron a tomar algunos islotes del Mar y a construir bases militares sobre ellos para afirmar su soberanía. Sin embargo, la situación se complicó con el paso de los años, pues China, teniendo más poder militar y económico que todos sus vecinos, llevó sus propias construcciones al límite.
De acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, desde 2014, Pekín ha reclamado más de 4,000 metros cuadrados en las islas Spratly y las Paracel, los conjuntos de atolones más grandes de la zona. Gracias a diversas imágenes satelitales, se sabe que entre ese año y 2016, varios bancos de arena en los que no había más que vida marina crecieron hasta convertirse en islas con aeropuertos.
Actualmente, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán dicen que son dueños de ciertas partes, mientras que China dice que la mayoría del Mar le pertenece. Sin importar los kilómetros que reclaman, los seis países argumentan que son suyos por ley, ya que de acuerdo con el derecho internacional, cada Estado es dueño de los recursos que estén entre su costa y 200 millas náuticas hacia afuera.
La razón de fondo para luchar por el territorio es que quien controle el Mar de la China Meridional tendrá enormes beneficios económicos. Entre ellos: podrá cobrar impuestos por los 5.3 billones de dólares que atraviesan la zona cada año y explotar los 11 mil millones de barriles de petróleo y 5 billones de metros cúbicos de gas natural del subsuelo.
Estados Unidos no quiere que China controle la región y, ante la situación, tomó medidas como patrullar la zona para asegurar la “libertad de navegación” y hacer ejercicios militares con Filipinas. Como respuesta, la hostilidad de China ha ido en aumento y, de acuerdo con el Pentágono, en cuestión de tiempo la situación podría salirse de control.
FUENTES
https://www.scmp.com/video/asia/2158598/south-china-sea-dispute-explained
https://www.vox.com/videos/2017/2/17/14642818/china-south-china-sea-us-islands
https://www.nytimes.com/2018/09/20/world/asia/south-china-sea-navy.html
https://www.britannica.com/place/South-China-Sea
Texto por Mercedes Migoya
@mercedesmigoya
Ilustración por @camdelafu