En la era de Instagram, Facebook y Snapchat, en la que el oversharing se ha normalizado, el número de seguidores define tu relevancia y la fama se ha convertido en el objetivo máximo a alcanzar, optar por lo incógnito parecería inconcebible. Hace 30 años, Martin Margiela apostó por el anonimato e hizo de él su mayor acto de presencia.
“La presencia de la ausencia” fue el lema central de Maison Martin Margiela, marca fundada en 1988 por el diseñador belga, miembro de los Antwerp Six. Como reacción a los excesos del consumo masivo de los años 80, la firma nace para presentar una visión opuesta de lo que significaba el lujo: acabados incompletos, materiales reciclados, siluetas oversize, ropa de segunda mano, deconstrucción, telas monocromáticas, etc.
Celebrar y mostrar el paso del tiempo en lugar de esconderlo y tratar de detenerlo. Margiela cuestionó la moda desde su concepción hasta su consumo y fue el precursor del slow fashion, antes de que el término siquiera existiera. La ausencia de logos y etiquetas, el blanco como color predilecto, los rostros cubiertos de las modelos y asientos sin asignar en las pasarelas, todo ello caracterizó el culto a lo invisible de la maison.
La ropa hablaba, el diseñador no. Solamente dio un par de entre- vistas al principio de su carrera y jamás se dejó fotografiar. La privacidad era el tesoro mejor guardado del diseñador, queriendo alejar la atención de sí y enfocarla más bien en el proceso creativo y en la prenda. Hubo quienes tacharon su trabajo de negativo, comparándolo incluso con el movimiento punk. Sin embargo, el diseñador buscaba todo lo contrario: cuestionar un sistema y una industria desde el punto de vista creativo, alejado de toda negatividad.
En 1997, el entonces presidente y director creativo de Hermès, Jean-Louis Dumas, nombró a Martin Margiela como el nuevo diseñador de la línea womenswear de la firma francesa, para sorpresa de muchos. ¿Cómo podría ser diseñador de una marca tan conocida siendo él invisible? A lo largo de seis años, Margiela cautivó al mundo con una propuesta monocromática en la que la sensualidad y autenticidad destacaban como elementos clave. Su continua lucha contra la innovación compulsiva impuesta por la industria de la moda se expresó de otra manera en Hermès, creando colecciones que evolucionaban lentamente de una a otra, otorgando versatilidad y múltiples funciones a cada prenda, pero con la comodidad y los materiales de calidad habituales de la marca. Las 12 colecciones atemporales que creó en aquel entonces permanecen vigentes.
En 2009 se comunicó discretamente el retiro de Martin Margiela y durante casi 10 años permaneció desaparecido hasta marzo de este año, mes en el que se anunció una exhibición nueva en París. Sigue negado a dar entrevistas, pero en esta ocasión, habla a través de la muestra de la cual fue director creativo.
Texto por: Brenda Díaz de la Vega
Fotos cortesía de “Margiela, les années Hermès”.