Cristóbal Balenciaga no fue para el mundo tan solo un diseñador de moda, sino también un aspirante al mundo del arte. Las creaciones textiles de Balenciaga, más que para ser usadas, están hechas para admirarse. Sus diseños son tan extraordinarios, que pueden contemplarse como una obra de arte o disfrutarse como una sinfonía.
Fue heredero de una riqueza artística extraordinaria. Tuvo talleres en San Sebastián, Madrid y Barcelona, y sus diseños recibieron la influencia de grandes artistas españoles, como Goya y Velázquez. Cristóbal Balenciaga fue un creador de su tiempo, pero puede decirse que su obra es atemporal. Por lo mismo, sus piezas contienen un balance entre lo bello y lo moderno, y nos recuerda lo fundamental de detenernos a apreciar los detalles.
En la concepción del artista, la mujer tiene una esencia de eternidad. Algo que se ve plasmado en sus colecciones, de las que el Museo de Arte Moderno exhibe una muestra curada por Javier Gonzáles de Durana, exdirector del Museo Cristóbal Balenciaga. Esta exhibición cuenta con ocho vestidos, siete sombreros, dos mascadas y 51 figurines que rinden tributo a uno de los más icónicos diseñadores de la historia de la moda. Sus innovadores diseños, caracterizados por volúmenes y relieves que cambiaron la silueta de la mujer, están acompañados en la exhibición por 31 fotografías de Manuel Outumuro y por pinturas procedentes del MAM y de colecciones particulares que complementan el marco cultural de esa época.
Hasta el 4 de septiembre del 2016
Museo de Arte Moderno
T. 8647 5530
D. Paseo de la Reforma y Gandhi S/N