Arquitecto, inquieto, surfer. Elías Cattan ha dedicado una gran parte de su vida a los espacios de la humanidad para conservarlos y a transformarlos, creando nuevas plataformas de vida donde nadie lo imaginaba, dentro de su país. Ha participado en pláticas por todo México al igual que en festivales de gran renombre como SXSW en Austin, Texas, compartiendo su conocimiento y logrando influenciar al público con su manera única de pensar, desde la que propone grandes cambios para México.
¿Qué crees que se necesita para crear un impacto en el mundo hoy en día?
Compromiso. Creo que hay muchas buenas ideas y mucha gente trabajando desde sus nichos y desde el corazón para lo que quieren lograr, pero creo que el compromiso es lo que ve todo hasta el final. Yo pienso que lo que nos está atorando en México es la falta de ver las cosas hasta ese punto, siendo puntual en una cita, entregando lo que hay que entregar a tiempo; esa profesionalidad comprometida. Aquí trabajamos mucho con gente de Estados Unidos y ahí es muy claro todo, por lo que siento que ese nivel de compromiso hace falta en el país. A mí me gustaría ver a gente con esa actitud para que lo que hagan cotidianamente sea lo que genere ese cambio. El cambio fuerte viene, en buena medida, de dónde decides gastar tu dinero, por ejemplo. Comprarle comida a un granjero local, quien produce todo de manera adecuada, contra plátanos que se consiguen deforestando y usando pesticidas hace una gran diferencia. Generar un impacto luego resulta como algo muy complicado y creo que simplemente hay que estar presentes y conscientes de lo que estamos haciendo día a día. Con quién gastas, a quién empoderas con tu dinero y a dónde se va todo, es una pieza clave.
¿Cómo lo estás creando tú?
Nosotros buscamos hacer varias cosas desde la oficina. Consideramos que la información clara es muy importante, por lo que hacemos varias infografías de diferentes temas y de ahí nace el proyecto Alma México, que justamente hace eso. Las consultorías y los diferentes puntos de vista que vamos aprendiendo, llevarlos a un nivel de volverlos comunicables, atractivos y accesibles para que los quieran leer, es una parte fundamental. A la vez, yo busco comprar productos de marcas en las que creo, busco ir a los restaurantes que sé que tienen buena comida, etc. Creo que hay que aguantarse el antojo, por ejemplo, me encanta la Nutella, pero sé que hay un producto de macadamia orgánica que es mejor opción. Lo que quieras lo puedes encontrar de buena manera, de manera responsable, y eso es lo que busco hacer de manera cotidiana, consumir los productos que considero que están teniendo un buen impacto y tienen un nuevo modelo capitalista natural, por así decirlo. Es una parte fundamental, por lo que ahora procuro usar muy poco el coche, vivo muy cerca de mi oficina y se vuelve un aspecto de cómo diseñas tu vida y cómo la influencia de ese diseño puede generar cosas positivas. Fuera de esos hábitos, personalmente procuro hacer yoga un par de veces por semana, procuro meditar y tener ese chip. Salir de la ciudad, acampar, ir a dar una plática a diferentes lados es la manera en la que busco dar lo que he aprendido. Lo más importante que debemos hacer es seguirnos educando y compartir todo lo que hemos aprendido.
¿Cuál ha sido tu mayor contribución a tu país?
Lo que hemos estado empujando de manera más sonada es el tema de los ríos urbanos y la regeneración de los mismos. Es de vital importancia que nos demos cuenta de lo beneficioso y vital que es tener un ecosistema saludable. Las ciudades han destruido ecosistemas desde la Conquista, entonces necesitamos revertir esa tendencia de destrucción donde suceden estas cosas. Es importante darnos cuenta de la regeneración de los sistemas y que probablemente es lo más importante que nos toca como humanidad. Esto es cuestión de cómo captas el agua de tu casa, cómo la tratas y otorgas agua limpia a la red para que la cuadra y la colonia tengan infraestructura que ayude a tratar el agua en su trayecto a los parques públicos. Lo que esto nos da es reconectar la ciudad con su ecosistema, generando mayor convivencia entre ciudadanos y mucha más plusvalía en temas inmobiliarios, comerciales y habitacionales, ya que la gente quiere vivir al lado de un río y de un parque. Ese es el valor de la Condesa, por ejemplo, los camellones, los parques, el espacio público, y creo que lograr cambiar la conversación en ese sentido, nos ha dado buen impacto y es nuestra mayor contribución.
¿Cómo funciona Taller13?
Hacemos proyectos de diseño, soporte y formación. En Taller 13 nos encanta lo que conlleve diseño, desde una casa, un edificio, un plan urbano, regeneración de ríos y data, etc. En diseño hacemos infografías, interiores, muebles, edificios y espacios públicos. En términos de diseño, creo que es el motor creativo que nos mantiene a todos aquí, recibiendo continuamente a gente de prácticas profesionales para poder generar esta manera de diseñar vida, procesos regenerativos. Estamos incursionando en algunas cosas de manera más efímera, en festivales como Burning Man y Envision en Costa Rica para el 2016. Creo que nuestra labor es iluminar y crear. Iluminar en el sentido de prender un foco en un lugar obscuro y de generar algo positivo, siendo una luz en algún lugar donde no ha habido tal.
¿De qué manera podemos sumarnos para abrir ríos en las ciudades mexicanas?
Creo que es tan sencilla como ir a conocer el río, organizar una limpia colectiva, una siembra, y demás. Hay cosas muy fáciles que podemos empezar a hacer y, por otro lado, hay que ver las cosas complejas como meterse al comité vecinal y al tema político de manera seria. [Sergio] Fajardo lo dice muy bien: “hay que tomar el poder”, porque si no, nos van a seguir arrastrando. Yo no considero que personalmente sería un buen político, pero alguien más sí, y a esa persona la debemos motivar con nuestro apoyo.
¿Cómo sería un México ideal en tu mente?
Un México ideal en mi cabeza es en el que yo llego de vacaciones y está atiborrada la línea de turistas y muy corta la de domésticos, ya que siempre me pasa al revés. Tuve la oportunidad de estar en Costa Rica por primera vez y la línea de turistas era de dos horas para entrar. Su oferta turística me parece extraordinaria, y similarmente podría referirme a Cuzco, ya que sales del aeropuerto y hay opciones de selva, manglares, desierto, etc. Cuando regreso a México pienso que tenemos mucho más, con todo respeto a Costa Rica y Perú, que son de mis lugares favoritos en el mundo, pero en México tenemos tanto más y está olvidado, desaprovechado y sucio casi siempre. El general que siento es que no sabemos lo que tenemos ni lo apreciamos y es un tema complejo porque es político. Pero últimamente he estado pensando en la guerra contra el narco y el rol que hemos detectado de México en el mundo. Si lo vemos históricamente, México ha cambiado al mundo repetidas veces. En la historia del planeta y nuestro país, hace 65 millones de años, aquí cayó el meteorito que extinguió a los dinosaurios, incluso quedó la huella del impacto en la península de Yucatán. Hace 4 millones de años, una parte de las islas en México se insertaron entre Norte y Sudamérica, y las corrientes marítimas se ven sesgadas, por lo que sube la marea y empiezan las eras de hielo. Hace 500 años tuvimos la conquista de Tenochtitlan y eso cambió al mundo entero, ya que no había jitomate en Italia, ni chocolate en Suiza. México tiene su rol muy marcado y cambia al mundo, y creo que es parte de lo que hace, te cambia. Tenemos toda una red de situaciones que genera una transformación en la gente y lo podemos ver en pintores, músicos, autores y en diferentes lugares. Yo diría que la situación de la guerra y la situación del esfuerzo mediático de decir que México es peligroso va por sepultar esta idea, por enterrarla debajo del tapete, de que México te transforma, te regenera y te hace encontrarte contigo mismo. Aquí nos faltan solamente dos tipos de ecosistemas del mundo, tenemos todos los biomas menos dos. Hay golfos, glaciares, volcanes, manglares, desiertos, cañones. ¿Qué más queremos?
Yo me imagino un México en el que llegas a cualquier lugar y tienes esta gama de opciones sobre dónde decidir tu transformación. México en arameo quiere decir “el mesías colectivo” y para los chinos quiere decir “el hermano pintado del este”, entonces, en otros lados se sabe lo que tenemos. Me encantaría que se legalice completamente el uso de sustancias, para ser un país que lo hace inteligentemente y genera recursos para su gente y los gastos públicos a partir del buen manejo, invirtiendo ese dinero en salud y educación. Falta ver cómo lo está haciendo Colorado, donde se generaron mil millones de dólares en el primer año únicamente en ese estado. Me gustaría ver un México más libre, más informado, más participativo y conectado con la regeneración de sus ecosistemas.
¿Qué primer paso le recomendarías tomar a cualquier mexicano que quiera adherirse a estas causas?
Diría que dejar de comprar marcas trasnacionales para comprar chocolate orgánico, tomar jugo de frutas abundantes que tenemos por todo el país y más. Le aplaudimos a empresas que generan ingresos, pero terminan con más vidas y eso se me hace ridículo. Más de medio millón de muertes por diabetes en los últimos seis o siete años, siendo más que las muertes por conflictos nacionales. Lo más rebelde que podemos hacer ahorita es comer bien y creo que es muy sencillo. Todo empieza en uno mismo. Necesitamos empezar a entender que tenemos el poder en lo individual y que lo apliquemos diario. Yvon Chouinard, fundador de la marca Patagonia escribió un gran libro Let my people go surfing que me enseñó esto: “Si quieres cambiar al gobierno, un maestro zen te va a decir que necesitas cambiar a la empresa, y si necesitas cambiar a la empresa, debes cambiar al consumidor”.
¿Cómo te imaginas este país en diez años?
Me lo imagino en boga turística recibiendo a muchísima gente que quiere venir a transformarse, donde el desarrollo inmobiliario se ha vuelto regenerativo para las comunidades y sus ecosistemas. Me lo imagino en una situación en donde los políticos corruptos han dejado de ser porque la sociedad se ha vuelto vigilante y atenta, tomando decisiones hacia donde es mejor invertir el dinero. Veo a una sociedad en la que podemos empezar a generar un branding parecido al de Costa Rica, “pura vida”, ya que de eso se trata, de generar mejor vida. En diez años, me imagino que a la gente ya no le da miedo venir a visitar, sino al revés. México es un lugar de retiro, de introspección, de aventura, de búsqueda interior, es un lugar donde sigue pasando la globalización. Charles C. Mann dice que el primer punto de la globalización es a partir de la época de la Conquista, por lo que es importante que entendamos nuestra historia biológica, económica, lingüística y demás. Yo mantengo que México es el mejor lugar del mundo y me gustaría ver que en diez años lo comprueba.
¿Cuál es tu motor o impulso para generar cambios en México?
Yo he tenido una vida extraordinariamente dichosa y el poder ver zonas de acampar en Estados Unidos, el conocer Perú, Costa Rica y poder ver cómo otros lugares son y pueden ser mejores, me hace sentir un compromiso muy profundo con lo que México me haya dado a mí, siendo más recíproco. México me ha dado todo y más, hablando de amigos, familia, es la comunidad que me ha apoyado y soportado, por lo que veo una responsabilidad para que este país pueda salir adelante desde su nicho y exprese la vida que puede expresar.
Si pudieras nombrarnos tres personas generadoras de cambios en el mundo, para ti, ¿quiénes serían?
Yvon Chouinard de Patagonia, definitivamente. También diría Steve Jobs y Fritjof Capra, un físico austriaco, quien escribió un libro que junta el pensamiento de física moderna con un pensamiento místico oriental.
Menciona tres características que desde tu punto de vista un HOTchangemaker debe tener.
Un entendimiento sistémico, compromiso de corazón absoluto y materialización en el sentido de construcción y de hacer. Crear e iluminar, agregaría.
Recomiéndanos un lugar en el mundo que nadie puede perderse, que la gente debe visitar. Puede ser un café, un parque, un bar, un espacio abierto…
La Chinantla, en la Sierra Norte de Oaxaca, donde corre mi río favorito que se llama Santiago. La comida, la naturaleza y la gente te hacen sentir en un lugar muy especial.