Los Esteros del Iberá se han transformado en el último Parque Nacional de Argentina. Iberá es tierra de naturaleza desmesurada, de mitos y leyendas. Es uno de los sitios preferidos por los avistadores de aves, fotógrafos de flora y fauna, y científicos de todo el mundo. Además, es la sede de un proyecto de reinserción de especies en extinción que es modelo en Latinoamérica.
“Un Parque Nacional es la máxima categoría de protección ambiental que puede tener un espacio geográfico. Es un lugar de desarrollo social, de investigación científica, de generación de empleo, de inspiración para en- tender lo espectacular que es la naturaleza, que es en los parques donde se refleja con mayor esplendor. Es la inmensidad, es la ciencia, es la belleza, es la pureza bien mantenida a lo largo del tiempo, porque los parques son lugares de protección perpetua”. Comenta Emiliano Ezcurra, vicepresidente de Parques Nacionales de Argentina.
UNA VUELTA POR EL ESTERO
Los Esteros del Iberá abarcan 1,300,000 hectáreas, que forman el segundo humedal más grande de Latinoamérica, después de Pantanal, en Brasil. El Iberá es, también, uno de los reservorios de agua dulce más grandes del planeta: por debajo pasa el acuífero guaraní que se extiende también por Brasil, Paraguay y Uruguay. El parque tiene varios portales de acceso desparramados por este terreno que ocupa el 14% de la provincia de Corrientes, en la región de la Mesopotamia argentina.
Para entender el Iberá, que en lengua guaraní significa “aguas que brillan”, donde el turismo comenzó a llegar hacia fines de la década del noventa, hay que tener un buen mapa en mano y una guía de aves y mamíferos. Hay que saber que fue antes que nada una Reserva Provincial creada en 1983, que tiene varios portales de acceso de sur a norte y de este a oeste en este terreno fangoso.
El más conocido es el Portal Laguna Iberá, en el pueblo de Colonia Carlos Pellegrini, sobre el margen este del gran bañado, por donde antaño solo andaban cazadores y lugareños, y que hoy se ve transformado en el corazón turístico de la zona. Hay que darse tiempo para conversar con sus pobladores, escuchar a sus guardaparques y guías, conocer a los científicos que llegan de todo el mundo atraídos por este misterioso vergel de una biodiversidad apabullante.
Un bocado exquisito para los fotógrafos de naturaleza. Un festín para los avistadores de aves. Un gigantesco parque de diversiones para investigadores y ecologistas, que pujan por el uso sustentable de la tierra con los ganaderos, amos y señores de la provincia litoraleña, quienes marcaron el pulso y las tradiciones de esta región.
Para viajar por el Iberá se necesita tiempo y paciencia: su geografía húmeda está surcada por caminos de ripio que suelen anegarse cuando llueve. Por eso, y para no atropellar a los cientos de miles de carpinchos que, impávidos, se recuestan en el camino, hay que andar lento. Pero los traslados son aquí parte esencial del ecotrip: cualquier animal, hasta los más esquivos como los armadillos o corzuelas, puede aparecerse en el momento menos esperado a la vera del camino.
Para comprender el Iberá, tal como lo encontramos hoy, hay que saber quién fue Douglas Tompkins, el magnate conservacionista que dejó las empresas que fundó, North Face y Esprit, entre otras, y puso su fortuna al servicio de la causa. Un filántropo que fue muy confrontado cuando llegó al gran pantanal argentino, pero que hoy, a más de una década de su desembarco y tres años de su muerte accidental, mientras practicaba kayakismo en un gélido lago patagónico, es venerado por buena parte de la población local. Le agradecen haber generado fuentes de trabajo y por su inagotable labor al frente de la ONG Conservation Land Trust Fund (CLT) que fue, es, y será fundamental para el desarrollo sustentable del Iberá, la última joya de los conserva- cionistas, el nuevo gran Parque Nacional Argentino.
LA GRAN LAGUNA
Colonia Carlos Pellegrini fue el punto de partida para el desarrollo del turismo en la región. Si antes solo se veían niños y adultos por aquí, hoy la ecuación se está invirtiendo: los jóvenes ya no se marchan a las ciudades y eligen quedarse a prestar servicios para el viajero. Para llegar a Pellegrini hay que tomar un ómnibus en la ciudad de Buenos Aires y viajar 12 horas hasta la localidad de Mercedes, la más importante de la zona. Y desde ahí recorrer 120 kilómetros por la Ruta Provincial 40, asfaltada hasta la entrada a la Reserva Provincial Iberá. El resto, es puro ripio.
La laguna Iberá es el imán de esta localidad. Con 14 kilómetros de largo, es uno de los mejores lugares para avistar fauna, que aquí está, literalmente, al alcance de la mano. Reptiles milenarios y longevos como el yacaré; anfibios gigantes como el cururú o sapo rey, el más grande del territorio argentino; roedores de gran porte como los carpinchos; preciosos herbívoros como el ciervo de los pantanos y las corzuelas; monos bulliciosos como los carayá, que por algo les dicen aulladores; víboras venenosas como la yarará, las culebras y la temible boa curiyú, que mata a sus presas por estrangulamiento.
El cánido más grande de América del Sur también se encuentra por aquí, se llama aguara guazú y es como una mezcla de zorro y perro con patas largas. El ecosistema del Iberá es atractivo para aves de toda clase y tamaño, las hay señoriales como las garzas y la cigüeña americana, guardianas como el chajá y majestuosas como el jabirú. También hay cientos de pajaritos menos vistosos, pero emblemáticos como el martín pescador, el ipacáa o el yetapá.
Sesenta especies de mamíferos y cuarenta de anfibios, veinticinco clases de mariposas y mil doscientas cincuenta de peces, trescientas cincuenta variedades de aves y sesenta de reptiles, además de las mil cuatro- cientas plantas diferentes. En definitiva: un descomunal reservorio de vida silvestre habita este vergel, que el diario estadounidense New York Times incluyó entre los 50 destinos del planeta a visitar en 2018.
Para navegar hay que contratar la excursión, que en general viene incluida con el paquete de la posada. Los guías sacan turno, que se debe solicitar con anticipación como parte de una medida para reducir el impacto ambiental. Solo se permiten seis lanchas navegando a la vez, en cada uno de los turnos de dos horas, por cada uno de los tres circuitos que existen. Los mejores horarios son al alba y al atardecer, cuando no hace tanto calor y los animales salen de sus escondrijos, la hora mágica para los fotógrafos.
EL SOCORRO Y EL YAGUARETÉ.
La estancia Rincón del Socorro es propiedad de la Fundación CLT. Son 13,000 hectáreas ubicadas en el margen este de los Esteros del Iberá, a 80 kilómetros al norte de Mercedes y 40 al sur de Carlos Pellegrini. El Socorro es el ancla turística de la ONG que trabaja, funda- mentalmente, en tres ejes: parques, turismo y conservación.
El Socorro es una hostería coqueta y exclusiva por donde deambulan en libertad ñandús, carpinchos, zorros y ciervos de los pantanos. El hotel ofrece a los visitantes alojamiento con pensión completa y actividades en la naturaleza. Salidas a caballo, a pie o en bicicleta que atraviesan los diversos paisajes, pastizales, arroyos, lagos y montes hasta la costa del estero; paseos en lancha por la laguna Iberá, y safaris diurnos y nocturnos en camioneta para el avistamiento de fauna.
El Socorro es también una buena alternativa para conocer el trabajo de restauración del ecosistema llevado adelante por la ONG, cuyo principal foco es la reinserción de especies nativas extintas o en vía de, como el oso hormiguero, el venado de las pampas, el pecarí, el tapir o el yaguareté.
La primera especie reintroducida por CLT fue el oso hormiguero, ya que, por practicidad y a juicio de los biólogos, era la más simple. Luego le seguiría el venado de las pampas, el más urgente. Continuaron con el pecarí, el tapir, y ahora es el turno del yaguareté, el gran predador del Iberá. Nunca antes se había hecho algo igual en todo el continente con estas especies.
Concluida la parte más ardua de reinserción del oso hormiguero –de los que ya hay unos cien– y bien encaminados el venado de las pampas, el tapir y los pecaríes, el foco está puesto ahora en el gran felino. La ilusión es que el rey de los predadores vuelva a su hábitat. Que en un plazo de unos cincuenta años puedan ser liberados completamente, y así restaurar el equilibrio natural perdido desde que la cabeza de la cadena trófica desapareció.
CONCEPCIÓN DE YAGUARETÉ CORÁ
Concepción es una ciudad-pueblo de 4 mil habitantes, de esas en que ni los perros vagabundos andan a la hora de la siesta. Concepción es profundamente devota: muchas de las casas tienen capillas dedicadas a los numerosos santos populares y Vírgenes de la región. Situada a 180 kilómetros de la ciudad de Corrientes, es la cabecera del portal Carambola. La localidad tiene cuatro museos: el Centro de Interpretación del Iberá, el Museo del Peón Rural, el Museo Histórico Manuel Belgrano y el Museo Temático Infantil Pilarcita. También hay dos posadas y un hotel con tres pisos y terraza, que contrasta con la edificación baja de este poblado de más de 200 años de historia.
“Concepción tiene un potencial y un recurso turístico increíble, tanto natural como histórico”, afirma convincente, Javier Kuttel, presidente de la Fundación Yetapá y propietario de la posa- da Nido de Pájaros, la primera del pueblo. “El Iberá es un eco- sistema fantástico, muy particular. Sin afluentes de río, alimentado por lluvias y con más de sesenta lagunas. La contaminación depende exclusivamente del hombre; no hay un río al que se le pueda echar la culpa”.
Kuttel afirma que por aquí nadie sabía lo que era el turismo. “Para la mayoría, ver un yacaré no tiene valor, no entienden que hay gente que atraviesa el mundo para sacarles una foto”. Desde la fundación desean que los pobladores sean protagonistas del plan turístico. De hecho, los visitantes ya pueden hospedarse en casas de familia. “El ecoturismo es la conservación de patrimonio con beneficios a la comunidad local –define Kuttel–. No es una concesión a una empresa que se llena de dinero. Hay que valorizar la cultura, porque si no, no hay ecoturismo”.
NAVEGAR EN CANOAS TIRADAS POR CABALLOS
“Hasta hace unos años, nunca habíamos visto un extranjero en el pueblo. No entendíamos porqué le querían sacar fotos a un carpincho”, confiesa José Sosa, joven guía local, que acompaña durante la excursión más buscada por aquí. Se trata de una actividad que emula una tradición local: navegar por los esteros en una canoa cinchada a caballo, que a su vez es el medio de transporte que usan los isleños para trasladarse esteros adentro.
La excursión parte desde Puerto Felipe, un paraje ubicado a una hora de Concepción, un bello páramo a la vera del arroyo Carambolita que solía ser el punto de encuentro entre los cazado- res que llegaban con sus cueros y los mercaderes que venían de Buenos Aires a intercambiárselos por víveres, yerba, harina. “Hasta hace tres décadas, los isleños no conocían el dinero, se manejaban con trueque”, explica José, mientras la canoa se desplaza lentamente por el arroyo.
Treinta años atrás, unas cincuenta familias vivían esteros adentro, en las islas. Hoy solo quedan cinco grupos familiares que se dedican a la actividad ganadera y al turismo, como Mingo, quien junto a tres de sus hijos, Nico, Magdalena y Dolores, guían la excursión rumbo a una de las islas, donde CLT construyó un refugio con chozas en las que se puede pernoctar.
Hasta hace un año, Nico se ocultaba cuando los forasteros se acercaban a la isla. Hoy, quiere capitanear la canoa, hacer fotos y hablar con los turistas. Nacido y criado en lo profundo del estero, con el bagaje cultural de una tradición centenaria, tiene ahora la posibilidad de codearse con ciudadanos del mundo entero.
DATOS ÚTILES
SERVICIOS
En los Portales Cambyretá, San Nicolás, Laguna Iberá y Carambola no hay proveeduría dentro del Parque. Por lo tanto, conviene comprar las provisiones antes de entrar o contratar un servicio que incluya las comidas. La señal telefónica y/o de wifi dentro del parque no es buena. En Colonia Pellegrini no hay bancos ni cajeros automáticos, es conveniente llegar con dinero en efectivo.
HOSPEDAJES
El turismo en la región está en pleno desarrollo. Por eso, varias de las cabeceras de los diversos portales tienen pocas plazas disponibles, aunque las casas de familia en muchos casos son una opción, así como el camping.
Carlos Pellegrini, por ser el primer sitio donde se desarrolló el turismo, tiene varias opciones de alojamiento y camping. La estancia El Socorro, a mitad de camino entre Mercedes y Carlos Pellegrini, es un buen lugar para conocer las actividades de CLT. En el paraje San Miguel hay una sola posada: Mboy Cuá. También hay hospedajes familiares y se puede llegar al camping del portal San Nicolás. En Concepción hay tres posadas y alojamiento en casas de familia.
- Hostería Rincón del Socorro
+54 11 5272 0343
rincondelsocorro.com.ar - Posada Uguay
Carlos Pellegrini
+54 11 5272 0343
posadauguay.com - Posada Nido de Pájaros
Concepción
+5437 5661 4370
nidodepajarosposada.com.ar - Posada Mboy Cua
posadamboycua.com
EXCURSIONES
Todas las posadas organizan sus propias actividades y excursiones. Rincón del Socorro ofrece la navegación a la laguna con traslado hasta Carlos Pellegrini. También cabalgatas, caminatas, paseos en bicicleta hasta la costa del estero y safaris.
En Concepción se puede contactar a los Guías de Sitio Iberá Porá.
5437 8247 7339
- Portal San Nicolás
Kayacs, canoa a botador y senderismo.
0378 140 9033 - Koé Mimbí
Desayunos, almuerzos, meriendas y cabalgatas por el pueblo de San Miguel.
0379 401 3429
@koemimbi - Portal Cambyretá,
acceso por Ituzaingó. Prestadores que ofrecen ser- vicio de guías y traslados.
5437 8641 2116
5437 8651 2095 - Portal Laguna Ibera, se accede por Colonia Carlos Pellegrini.
Paseos en lancha, kayacs, cabalgatas por el pueblo, senderos nocturnos, bicicletas.
5437 7340 1575 - Guías EcoTurismo
Guías de sitio que realizan paseos en lancha a los canales de los ríos Miriñay y Corrientes, y caminatas por los senderos interpretativos.
03773 1540 1111
[email protected]
MÁS INFORMACIÓN
parqueibera.com.ar
theconservationlandtrust.org
parquesnacionales.gob.ar
corrientesintensa.com
Texto y fotos por Guido Piotrkowski