Eye Candy es un proyecto que fusiona la gastronomía y el arte; lo crearon Rocío Vázquez Landeta de Eat Like a Local y Matt Wagner, escritor y galerista de Portland (Hellion Gallery) que ha llevado a cabo exposiciones en ciudades como París y Tokio. La idea del proyecto es ofrecer cenas bimestrales en distintos lugares de la Ciudad de México, las cuales están enfocadas no solo a resaltar la propuesta culinaria del restaurante sede, sino también a brindar a los asistentes una experiencia única en torno a las novedades de la industria del arte local.
Tras la inauguración de Eye Candy, tuvimos la oportunidad de platicar con Rocío, quien nos contó un poco sobre su trayectoria profesional, los inicios de este nuevo proyecto y la dinámica que existe detrás de cada uno de sus eventos.
Rocío, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional y sobre los proyectos
que has iniciado como emprendedora.
Soy PR de profesión. Trabajé con marcas como Mont Blanc y L’Occitane, pero me dediqué más al marketing digital, ya que tuve una agencia llamada Semana en la que llevábamos las redes sociales de marcas como Jagermeister cuando apenas empezaba a ser cool Twitter.
También fui directora de planning digital en DDB México para marcas como McDonald’s, Kellogg’s, Danone y Hasbro hasta que, en el 2015, decidí crear Eat Like a Local, una empresa de tours gastronómicos que enseña a los extranjeros la ciudad desde la comida, a la vez que promueve el turismo sustentable y realiza prácticas a favor de las personas que se encuentran en la industria.
De la mano de Eat Like a Local está 80iq, un programa social que busca ampliar los horizontes de los niños de los mercados donde hago mis tours con la intención de mejorar su calidad de vida y sus oportunidades. Ellos aprenden inglés y reciben tutorías mensualmente.
Además de eso, tengo otros proyectos como Eye Candy, un club de cenas mensuales en las que se combina el arte con la gastronomía; Maakia Travel, un negocio de experiencias para quienes buscan disfrutar de una despedida de soltera de forma diferente; y Soy Mateo, una marca de bandanas para mascotas inspiradas en Mateo, mi perro, que sufre una enfermedad crónica, por lo que destino un porcentaje de las ventas a ayudarlo, así como a curar a otros perritos que se encuentran enfermos.
¿Qué nos puedes decir sobre Eye Candy? ¿De dónde surge la idea de este proyecto?
Surgió un día que fui a una galería y me di cuenta de que había arte que sí podía comprar, pero jamás me había atrevido a ir porque siempre están llenas de gente snob que hace parecer el arte algo inaccesible. Eye Candy es una forma de acercar a todos al arte de una forma divertida, relajada e interesante para que le perdamos el miedo a ir a una galería. Mi colaboración en el proyecto es por medio de la comida. Matt, mi socio, hace la curaduría del artista y yo me encargo del maridaje y del restaurante. De esta forma, la gente puede comer delicioso, aprender sobre arte y, desde luego, comprar las piezas.
¿Cuál es la historia detrás del nombre?
El nombre Eye Candy fue idea de mi socio Matt Wagner. Eye candy es una forma de decir que algo es estéticamente atractivo; en este caso, el arte. Además, hicimos un juego de palabras, pues eye se relaciona con lo visual y candy con la comida.
¿Cuál es el principal objetivo de esta iniciativa?
Romper el estigma que viene con el arte; que la gente pierda el miedo a ir a las galerías y que pueda conocer tanto a los artistas como su obra de una forma más íntima. Siempre he creído que solo apreciamos algo cuando lo entendemos, y eso es Eye Candy, una plataforma que nos enseña a apreciar el arte sin todo el estrés que implica ir a las grandes galerías o ferias.
¿Cómo se combinan la gastronomía y el arte en sus eventos?
El host es siempre un restaurante nuevo o alguno que esté cambiando de menú. La comida, al igual que el arte, necesita ser entendida. Por eso, primero se presenta al chef y al dueño del restaurante, que explican su concepto a profundidad para que los invitados conozcan qué hay detrás de cada plato. Otra tema que causa mucho miedo es el vino; generalmente, las catas son intimidantes, pero acá le quitamos eso, lo presentamos de forma muy sencilla y accesible. Después, viene el artista que explica desde su trayectoria hasta la inspiración detrás de su obra actual. Una vez que todos contaron su parte, se empieza a servir la comida y tanto los encargados del maridaje como el chef y el artista se sientan en las mesas a seguir platicando de forma más íntima.
Cuéntanos un poco sobre la primera edición de Eye Candy, ¿quiénes
participaron?
En esta primera edición, nuestra sede fue Dr. Pizza, una pizzería nueva en la Juárez. Ahí reunimos a Sophie Avernin, una mujer muy reconocida en la industria del vino y, en mi opinión, la mejor sommelier del país, y a María Conejo, una artista increíble que habla del cuerpo femenino de una manera más natural, lo cual nos ayuda a empoderarnos como mujeres. Desde luego, Matt y yo también estuvimos presentes y nos sorprendió la respuesta de la gente; tuvimos casa llena y la artista vendió algunas de sus piezas, lo cual fue muy satisfactorio para todos.
7. ¿Cuándo tendrá lugar la siguiente edición?
La idea es que estas experiencias se lleven a cabo bimestralmente. El día exacto no lo tengo, pero los invito a que nos sigan en Instagram para estar pendientes de la fecha: @eyecandycdmx
8. ¿Cómo pueden participar las personas interesadas?
Pueden contactarnos vía Instagram para inscribirse al mailing y recibir notificaciones e invitaciones a los eventos. Los boletos se pagan directo en la página de Internet y aceptamos todas las tarjetas de crédito.
Entrevista realizada por Sofía Gutiérrez