La felicidad es el motivo principal del hombre; sin embargo, siempre parece estar eludiéndonos. Somos felices, pero solo a ratos. ¿Cómo podemos ser realmente felices? En el mundo actual creemos que la felicidad solo ocurre por momentos. Hace años me rehusé a aceptar esta idea y, después de muchísima investigación, llegué a una conclusión formidable: la felicidad permanente, o auténtica, sí existe, solo hay que aprender a cultivarla y a vivirla.
TODOS QUEREMOS SER FELICES, ¿PERO REALMENTE SABEMOS CÓMO?
La felicidad auténtica es única porque:
- Es una habilidad. Creemos que la felicidad llega, pero la felicidad auténtica nos enseña que es una habilidad que, como cualquier otra, debe ser cultivada y con el tiempo incrementará.
- No depende de nada externo. La mayoría de las personas creen que hay cosas que “las hacen felices”, pero esto es un error. No se obtiene de afuera, sino de adentro; y si tratamos de buscarla, jamás la encontraremos. La felicidad es demasiado importante para depender de algo externo.
- Es un estilo de vida. No pensemos en la felicidad como un sentimiento. La felicidad auténtica se refiere a un ESTILO DE VIDA de bienestar y de disfrute pleno, de tranquilidad y serenidad. Está caracterizada por intensos momentos de emociones placenteras, satisfacción y agradecimiento.
- Es una decisión. Creemos que estamos a merced de nuestras circunstancias, que son las cosas que nos pasan las que determinan nuestra vida. La felicidad auténtica es una decisión: yo decido ser feliz sin importar mis circunstancias.
¿Cómo cultivar la felicidad auténtica?
Con la implementación de diversas técnicas y prácticas que han sido probadas en millones de personas podremos incrementar nuestra felicidad.
- El poder de la gratitud. Las personas más felices no tienen lo mejor, hacen lo mejor de lo que tienen. Con la gratitud se tendrá mucha más satisfacción si contamos las cosas buenas que tenemos, en lugar de buscar lo que no tenemos.
- Practicar el altruismo. El ayudar a los demás abre las puertas de la felicidad; la expande, da satisfacción e incrementa el bienestar.
- Tener capacidad de adaptación. La flexibilidad es todo. Sonreír a los nuevos problemas. ¿Por qué son las palmeras los únicos árboles que no se caen en un huracán? Porque bailan con el viento y el cambio; son flexibles, no rígidas.
- Ejercitarse. El ejercicio saca dopamina, endorfinas y serotonina: los neurotransmisores de la felicidad.
- Relaciones positivas. No hay duda de que somos seres sociales, y tener un grupo de amigos que nos ayuden a sentirnos aceptados y con quienes tengamos experiencias positivas es esencial.
- Vocación: Todos debemos tener un propósito de vida con el que explotemos nuestros talentos. No tiene que ser un trabajo, un hobby es suficiente.
- Vivir en el presente. ¿Qué problemas tenemos ahorita? No en cinco minutos, no ayer… ahorita. El presente es la puerta a la liberación.
¡Ser feliz no es difícil, simplemente hay que practicarlo!