Con la pasión que transmite, se diría que Susana Vidal la lleva dentro. La conoce, la contextualiza, la entiende, la admira. Llegó a México a mostrarnos su versión del ícono mexicano del feminismo: Frida Kahlo. Tras un gran trabajo de investigación, Susana publica Frida: la moda como el arte de ser, lo que para ella significó un reto profesional y, para sus lectores, es la riqueza de tener en sus manos evidencia de que Frida sigue viva.
Lo hace a través de sus cuadros, de su casa y de sus pertenencias, pero también a través del libro de Susana que estudia detalladamente un rasgo muy particular y destacado de su vida artística: su vestimenta creativa y étnica, y cómo estas han influido el mundo de la moda, del cine y de la música. Frida aún inspira por los valores que transmitió y, hoy más que nunca, sigue viva a través de todas las mujeres que le seguimos los pasos, las femeninas y feministas, valientes y auténticas, las que se auto-validan y rompen estereotipos en su camino.
Cuéntanos un poco sobre tu background y de cómo te adentraste al mundo editorial.
Tenía 22 o 23 años cuando una gran editorial, Hachette publicaciones Francesa, puso en mis manos un proyecto muy especial. Consistía en hacer una revista para gente joven, pero aún no sabía si quería que fuera mixta o solo para mujeres. Quería que fuera de gama, que tuviera nivel y que no fuera una revista de fans locas y en ese punto es donde surgió todo. Yo me acuerdo que fue un lujo porque durante un año, estuve recorriendo España haciendo estudios de mercado y demás.
A los 24 publiqué Ragazza. Ahí empezó mi carrera editorial y sobre todo de revistas mensuales de moda. Esta era una empresa que tenía Elle como gran estandarte, entonces digamos que era como una hermana pequeñita de Elle. Después de algunos años, me hicieron directora de Elle, llegué como la editora más joven porque ya había casi 40 ediciones en el mundo. Ahí estuve 18 años, hasta hace casi 7 años que me vine a vivir a México por motivos laborales. Aquí empecé una historia apasionante que se cruzó con la exposición de Frida Kahlo.
¿Cómo inició este increíble proceso de escribir el libro Frida Kahlo: la moda como el arte de ser?
Inauguraron la famosa exposición de las pertenencias de Frida Kahlo después de estar 60 años en las recámaras de los cuartos de baño. Esto fue porque cuando murió Frida, Diego Rivera decide guardar todas las pertenencias de Frida en recámaras y cerrarlas con llave.
Es el principio de todo lo surrealista de Frida. ¿Por qué decide guardar las pertenencias de Frida en recamaras bajo llave? Pues según Carlos Olmedo, que me lo decía hace bien poco, probablemente porque pensó que empezaban a faltar cosas. Probablemente la gente que estaba en el entorno quería llevarse algo. Decidió antes de saber y de pensar nada, guardar todas sus medicinas, vestidos, fotos, libros recortes de periódico, cartas, diario. Todo es todo. Desde perfumes hasta cosmética.
Cuando muere Diego Rivera, tres años después de Frida, le encarga a su amiga Dolores Olmedo, que cuando pasen 15 años de su muerte, abra las recámaras del cuarto de baño. Pasados esos 15 años, Dolores Olmedo le dice a su hijo, “A saber lo que tendrá ahí dentro; vas a abrirlo tú cuando yo me muera”. Murió con 100 años en el 2000, la abrieron hasta el 2004, todos los años posteriores, hasta 2012 que se inauguró la exposición, fueron para catalogar, registrar, ordenar, recuperar todo lo que se encontró.
El Huffington Post me encargó que hiciera un artículo. Voy, veo la exposición. Al final estaban los diseños de Jean Paul Gaultier y otros diseñadores inspirados en Frida. Cuando llego a ese punto de la exposición, en la última sala, empiezo a tener en mi cabeza una serie de flashbacks brutales, empiezo a recordar la de veces que he visto desfilar a Frida en las pasarelas internacionales. Tanto en Raggazza como en Elle. Pensé ¿habré sobredimensionado mis recuerdos? Me puse a investigar en Internet y vi que no solo no los había sobredimensionado, sino que me había quedado corta. Ahí había un mundo. Empecé a convencerme de que era un tema maravilloso y pues he sido editora toda mi vida, cuando se te ocurre algo, lo tienes claro y ves que eso va a ser un boom, vas a por ello. Te ilusionas y dices: ¡Esto no se ha contado, esto es un tema maravilloso! Sobre todo porque, más allá de que la moda se inspirara en Frida Kahlo, en lo que yo quería ahondar era en el porqué.
Entonces escribí el artículo, pero no pude publicar fotos porque no tenía los derechos que, tanto las de Frida del siglo XX como las de Frida del siglo XXI, son la cosa más complicada. Lo conté en el artículo, se publicó durante varios meses y resultó el segundo artículo más leído. Al final, escribí una frase que dice: “Algún día un libro contará la verdadera influencia de Frida en la moda contemporánea”, fue un reto que me lancé a mí misma para atreverme a dar el paso.
Ahí emprendí toda la historia, empecé a buscar editoriales. No tardé mucho porque no pasaron ni seis meses y entré en contacto con Assouline, en Nueva York. Cuando Martine Assouline lo supo, nos mandamos unos mails y me fui a Nueva York con un boceto, con una serie de imágenes, y ella, prácticamente a los 10 minutos, me dijo: ¡Lo hago! Tuve la suerte infinita de encontrar a Martine, ella puso en marcha el libro.
TUVO LA CAPACIDAD DE CONVERTIR EL DOLOR EN BELLEZA. ELLA DEJÓ UN LEGADO DE SUPERACIÓN, EL MENSAJE DE QUE TÚ TIENES LAS RIENDAS DE TU VIDA, UN MENSAJE MARAVILLOSO DE QUE EL FEMINISMO Y LA FEMINIDAD SON COMPATIBLES, ELLA ES UN EJEMPLO DE QUE “SI QUIERES, PUEDES”.
¿Cuáles fueron los primeros pasos?
La investigación documental, porque es un libro de investigación. Desarrollar todo el concepto, argumentar en el libro que lo que intenta es abarcar todos esos campos que no sé cómo explicar porque está más viva hoy que antes de morir. A la vez, en paralelo vas haciendo toda la investigación gráfica, que en el caso de Frida, es impresionante porque la retrataron los mejores fotógrafos de la época dorada de la fotografía. Por muchas razones, el tema de documentar las imágenes ha sido costosísimo.
¿Cuál fue la parte más difícil de hacer este libro?
Fue muy complejo documentar todas las imágenes, entenderlas, contextualizarlas, acreditarlas y luego gestionar comercialmente los derechos de autor. La documentación está muy dispersa, hay muchísima gente que tiene documentos o fotografías, incluso la propia familia que las tiene, está dividida, en fin.
¿Qué tanto conocías antes de esta exposición que fuiste a ver?
Yo empecé en 1991 o 1992, y la primera producción de moda que hice fue de Frida Kahlo. No es que yo estuviera obsesionada con Frida ni que yo fuera buscando, más bien pienso que ha sido como un cruce de caminos del destino. Claro que me gustaba, y que para mí era una figura de las más relevantes del siglo XX como mujer.
Siempre me llamó la atención cómo una mujer discapacitada, medio indígena, que no pertenece a un país del primer mundo, sino a un país emergente, que no pertenecía a la farándula por ser cantante o bailarina, se haya colado a la lista de las mujeres más icónicas del siglo XX sin que nadie la hubiera invitado.
¿Cuáles son las razones que darías a eso?
Fundamentalmente está en los valores que promovió. Uno es el poder y saber convertir el dolor en belleza, saber transformar el sufri – miento. Hay una frase que no es de ella, pero que ella puso en práctica toda su vida, que dice: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”, que tu último cuadro sea una media luna de sandía con una frase que diga “Viva la vida” y que lo escribas cuando estás a punto de morir dice mucho ¿no?
En sus escritos nada es negro y se burla de sí misma; se puso un cascabel en la bota que utilizaba para la pierna que le cortaron. Esa era una forma de reírse de sí misma. Utilizó muchísimo el sentido del humor. Tuvo la capacidad de convertir el dolor en belleza. Ella dejó un legado de superación, el mensaje de que tú tienes las riendas de tu vida, un mensaje maravilloso de que el feminismo y la feminidad son compatibles, ella es un ejemplo de que “si quieres, puedes”.
Dijo muchas veces ser su mejor musa, convirtió sus defectos en oportunidades, empezó a pintar, por ejemplo, porque estaba en una cama. Ella quería ser médico. Ya estaba la escuela de San Ildefonso, donde conoce a Diego Rivera y fue una de las pocas mujeres aceptadas. Estaba en ese proceso cuando tuvo el accidente que la dejó en cama.
Cuéntanos sobre tu conferencia sobre Frida ¿cuál es el fin para la gente que la escucha?
La conferencia me la pide el Fashion Institute of Technology de Nueva York, que es una de las universidades de moda y diseño más importantes del mundo. Cuando conocen el libro, me piden que haga una conferencia. Yo en ese momento no tenía ni la más remota idea de caminar por ese sendero, es más, creo que esto no se ha acabado con la conferencia, creo que da para un documental, creo que da para una exposición, creo que da para un montón de cosas más.
La moda es mucho más que consumo y que trapos. La moda también es arte; no toda ni todo el tiempo, pero tampoco el arte lo es.
LA MODA COMO EL ARTE DE SER, NO COMO EL ESFUERZO DE APARENTAR, AL FINAL EL MENSAJE ES: AUTENTICIDAD. ESE MENSAJE SIGNIFICA QUE HOY EL LUJO ES EXCLUSIVIDAD, DIFERENCIACIÓN, ESA ES LA CLAVE FUNDAMENTAL Y HAY QUE SABER QUE NO ES IGUAL A DINERO.
Por eso les encantó el libro, La moda como el arte de ser, no como el esfuerzo de aparentar, al final el mensaje es: autenticidad. Ese mensaje significa que hoy el lujo es exclusividad, diferenciación, esa es la clave fundamental y hay que saber que no es igual a dinero. Es el valor y el valor viene sobre todo de la particularidad, de lo diferente, de lo único. Ella es el ejemplo de todo eso, por ello está tan vigente.
¿Hay alguien más a quien considerarías poner en el mismo perfil que Frida en la historia, otras mujeres?
La respuesta es no. Si pensamos en gente que ha hecho de la peculiaridad un poco su bandera, Yayoi Kusama, podría ser una de ellas. También tiene un punto de fuga mental importante que es lo que la ha hecho pintar. Ha construido la diferenciación de una identidad que te lleva a ser único y te lleva a ser genial a partir de un problema, no a partir del talento y de la genialidad de la perfección. Frida lo que ha hecho es aportar, creer, revindicar y mostrar el valor de la belleza imperfecta como Yayoi Kusama.
Y en todas las versiones ¿no? Porque hay diferentes versiones de Frida también.
Es que hay muchas Fridas y tú puedes elegir cuál quieres, si quieres a la madre frustrada, si quieres a la amante apasionada, tu puedes elegir la Frida que quieras porque todas ellas son Frida.
Por eso yo quería huir de la “fridomania”, que sé que hay una finalidad de utilizar esa imagen comercial. Cada vez que tenía que explicar esto a la gente me costaba mucho, me ponía muy nerviosa, hasta que me inventé la palabra “fridapasión”, es decir un homenaje que hago porque ,quiero, porque la admiro y no por nada más. Y en mi camino encontré Fridas renacentistas, Fridas sureñas o flamencas, Fridas barrocas. Frida como inspiración, no como un disfraz.
No se trata de ir de Frida para la noche de Halloween. Lo que la moda ha hecho es una inspiración, una declaración.
Hay Fridas maravillosas de Lacroix, de Dolce&Gabanna, en fin. Ha habido un montón de interpretaciones. Y muchas mujeres caracterizadas por esta inspiración, Monica Belluci, Claudia Schiffer, incluso Mila Jocovich en El quinto elemento, en donde el vestuario está inspirado en La columna rota (1944) y quien hizo el diseño fue Jean Paul Gaultier, que es el primero en utilizarla como inspiración en 1995, y estamos en 2017.
¿En qué otros artistas o ámbitos podemos ver a Frida como inspiración?
Varios. En la música, por ejemplo, Madonna, es la acólita y fan número uno, adora a Frida, dispara el precio de la obra de Frida en los años 80, porque además está enamorada del personaje. En los 80, el arte deja de ser algo academicista y técnico, lo que ya había ocurrido muchas décadas antes, pero sobre todo, en los 80, empieza a existir “me gusta o no me gusta, lo entiendo o no lo entiendo, me transmite o no me transmite”, el arte emocional que tiene mucho que ver con las historias de las personas que están detrás. Ella estaba enamorada del personaje y por eso invirtió en la obra de Frida.
Cold Play, cuando Chris Martin va a ver la exposición de Frida en 2005, y llega a esta sonrisa en forma de gajo o de sandía que pintó Frida antes de morir, quedó impactado ¿cómo era posible que una mujer, que una persona, que un ser huma – no con tanto sufrimiento y con tanto dolor haya tenido la posibilidad de pintar un cuadro lleno de color y con un mensaje sumamente inspirador, Viva la vida (1954)?
EN EL CASO DE FRIDA, LLEGAN A LA PINTURA A TRAVÉS DE ELLA, DE LA PECULIARIDAD DE SU PERSONALIDAD.
En México la gente tiene una percepción de Frida distinta a la que se tiene en el mundo ¿cierto?
En México hay mucha gente que la adora, pero hay muchísima gente que está cansada, está desgastada ya la imagen, hay mucha “fridomanía” porque se hicieron calcetines, sujetadores, está en el turibús. Y todos los temas morales alrededor de su figura no le ayudan: Diego Rivera es el gran pintor, entonces “ella se aprovechó” y “era una borracha”, “bisexual”, “llevaba bigote” y tal.
Las generaciones han vivido una información histórica que es la que se ha transmitido de Frida en este país, y es que Diego y Frida fueron modernos hasta para gestionar una relación que sale completamente fuera de convencionalismos, de tradiciones y de tópicos. Fueron muy adelantados, no es fácil entenderlos. Por otro lado, en México es tan fuerte la imagen folclórica de Frida que no permiten que haya otras interpretaciones, que vayan más allá.
Diego siempre fue un artista más respetado que Frida ¿cuál es la relación Diego-Frida hoy en día en el mercado global?
Ellos supieron utilizar muy bien esa iconografía que tenían juntos, como la madre de Diego decía, era como un elefante y una paloma. Ellos sabían que todo el mundo se volteaba a mirarlos. Supieron utilizarlo, ella inventó el personal branding mucho antes de que existiera.
Es un hecho que ella atrae interés sobre su obra porque la gente tenía interés sobre su vida, mientras que en el caso de un pintor extraordinario como Diego Rivera, esa ecuación no se produce; es decir, con Diego, su pintura gusta, eso es lo que la gente admira y luego a lo mejor quiere enterarse de quién es el que está detrás de ese cuadro. En el caso de Frida, llegan a la pintura a través de ella, de la peculiaridad de su personalidad.
Hoy en día los papeles se invirtieron y, en la mayoría de los casos, quien es buscada para exposiciones internacionales es ella, Diego es su acompañante.
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