“La moda pasa, el estilo perdura”. La frase pertenece a la icónica diseñadora Gabrielle ‘Coco’ Chanel, y sintetiza el alma de sus creaciones a lo largo de más de 60 años de trayectoria.
Conversaciones con Connie Carol Burks
Visionaria y audaz, Chanel diseñó ante todo para sí misma, ideando prendas para mujeres independientes y activas, como ella. Justamente fue esa capacidad de anticiparse a las necesidades y deseos de las féminas actuales lo que la mantiene hoy más vigente que nunca. Prueba de ello es la nueva exhibición: Gabrielle Chanel. Fashion Manifiesto, abierta hasta el 25 de febrero de 2024, en el Victoria & Albert Museum (V&A) de Londres.
Se trata de la primera muestra en el Reino Unido dedicada a su obra, abarcando desde la apertura de su primera boutique de sombrerería en París, en 1910, hasta su última colección, en 1971.
A cargo de la titánica tarea de trazar la evolución de sus icónicos diseños y el establecimiento de la maison Chanel, está la curadora Connie Karol Burks, quien, en conversación exclusiva, nos revela detalles inéditos de esta expo imperdible para los fashion lovers.
La exposición se basa en la presentada anteriormente en el Palais Galliera, de París. ¿Qué diferencia la nueva del Victoria & Albert Museum?
Hemos reimaginado la exhibición para el V&A con más de 170 nuevos objetos, incluidos 100 looks inéditos en maniquíes, varios de los cuales nunca antes habían sido expuestos al público.
Para esta edición londinense de la muestra, recurrimos a los vínculos de Gabrielle con Gran Bretaña, como sus colaboraciones con fabricantes textiles en los años 30. Buscando ilustrar esta unión, incluimos objetos como un muestrario de tejidos diseñados por Chanel y producidos por la empresa inglesa Ferguson Bros Ltd., así como un film de 1932, donde debutantes inglesas lucen una colección especial diseñada por ella, con tejidos provenientes de ese país. La exposición también destaca las creaciones de Chanel para teatro y pantalla. En una sección dedicada a estas prendas, mostramos dos que diseñó para la producción del Ballet Ruso, Le Train Bleu, en 1924, que forman parte de la colección permanente del V&A. Asimismo, ampliamos el espacio destacando los trajes de coctel Chanel de los años 50 y 60, y los increíbles tejidos metálicos y de Lurex que utilizaba para adaptar su estilo característico a un ambiente nocturno chic.
El diseño de la exhibición fue creado especialmente para el V&A. Trabajamos con los diseñadores de Storey Studio inspirándonos en los lugares que Gabrielle Chanel frecuentó en distintas épocas de vida, como su villa de la Riviera francesa, “La Pausa”, su apartamento personal y su salón de alta costura en la rue Cambon 31. En la sección “Invisible Accesory” que explora los perfumes y cosméticos Chanel, evocamos la silueta de cristal facetado del frasco de Chanel N°5. Finalmente, para acompañar el recorrido, elaboramos, junto con especialistas en sonido, “Coda to Coda” una banda sonora para cada espacio, con la intención de sumergir al visitante aún más en el mundo de Chanel.
Por lo general, la mayoría ignora la relación de Canel con la moda inglesa. ¿Puedes contarnos más sobre este enfoque de la exposición?
En algunos períodos de su vida, Gabrielle pasó mucho tiempo en Gran Bretaña, sobre todo en los años 20 y principios de los 30. Su interés va de la mano con el inicio de su relación con el naviero inglés Arthur ‘Boy’ Capel. Más tarde, a través de su amiga Vera Bate Lombardi, conoció a la alta sociedad británica, incluidos el duque de Westminster, Winston Churchill y el duque de Windsor.
En la muestra, abordamos cómo su estancia en Inglaterra y su conexión con la high society inglesa influyó en sus diseños. Por ejemplo, durante la década de 1920 adoptó los tejidos tweed y jerséis de lana, ya que entonces pasaba gran parte del tiempo practicando deportes campestres como la pesca junto a ellos.
Añadimos piezas del archivo de Linton Tweed, proveedor suyo a partir de los años 20. Durante un período breve, Chanel abrió un salón de alta costura londinense, en 1927. Buscando trabajar directamente con fabricantes textiles británicos, Chanel creó, en 1932, British Chanel Ltd. Con motivo de esta colaboración, organizó un desfile de 130 diseños confeccionados con tejidos del país en el número 39 de Grosvenor Square, en Londres.
Desde la apertura de su primera boutique de sombreros en 1910 hasta su última colección en 1971, la exhibición recorre la carrera de Chanel durante más de seis décadas. ¿De qué manera dirías evolucionó su estilo a lo largo del tiempo?
Resulta sorprendente la atemporalidad de muchos de los diseños de Chanel. A lo largo de toda su trayectoria, fue coherente con su filosofía de diseño y su mirada, no importa si era la década de 1910 o los años 30 o 60, las prendas se crearon siguiendo los mismos principios que abrazaban las ideas modernas de funcionalidad y simplicidad, junto con su imperativo de que la ropa debía ser cómoda y móvil, en armonía con las líneas naturales del cuerpo.
Las prendas de Chanel consiguen transmitir una actitud, un aplomo, que conlleva una pose particular, cultivando un look ‘effortless’ que perdura. Una de sus creaciones más emblemáticas, el traje Chanel, nunca ha pasado de moda.
La comisaria Oriole Cullen declaró recientemente, en The Times: “A menudo asociamos a Chanel con la monocromía, ya que prefería el negro, blanco y beige. Pero en la última parte de su carrera, también adoptó el color, con algunas piezas sorprendentes en esta parte de la exposición”. Cuéntanos más detalles.
Gabrielle Chanel es conocida por su potente uso del blanco y negro contrastados, pero al analizar su producción en términos más generales, queda claro que, además, tenía excelente ojo para el color y no temía utilizarlo para conseguir un efecto poderoso. Inyectamos conscientemente muestras de su hábil uso del color en cada época, como las tonalidades de sus delicados estampados florales y los motivos gráficos abstractos de las décadas del 20 y 30.
Al inicio de su carrera, Chanel se hizo conocida por su eficaz uso de una tonalidad concreta de rojo y azul, tanto así, que las revistas de moda se referían al “rojo Chanel” o “azul Chanel”. Los lectores sabían al instante a qué tono en concreto se referían, y podemos apreciarlo especialmente en sus trajes de noche de los años 20 y 30.
Su uso lúdico del color se celebra especialmente en la sección dedicada al clásico traje Chanel: exponemos más de 50 variaciones de este en todos los tonos, incluido tweeds atrevidos y brillantes combinados con forros de seda contrastados o complementarios. Y en la última parte de la exposición, destacamos su apuesta por el color a fines de los años 60’, en particular con un vestido de noche de gasa con los colores del arcoíris.
¿Por qué crees que más de un siglo tras la fundación de la maison el nombre Chanel sigue tan vigente en la cultura contemporánea?
Gabrielle Chanel no esbozaba una fantasía o un ideal, ella diseñaba para su vida activa, para la vida de una mujer moderna. Sus piezas se basan en la búsqueda de comodidad y su éxito radica en la capacidad de crear prendas elegantes y effortless sin comprometer el movimiento ni el confort de quien las llevase.
Aunque las prendas puedan parecer sorprendentemente sencillas y sobrias en su silueta, la magia está en los detalles. Cada elemento ha sido cuidadosamente pensado, cada patrón perfeccionado, con el fin de ofrecer estilo y comodidad, y si te sientes bien con tu ropa, te da cierta actitud, confianza y elegancia natural.
Sé que es una pregunta difícil porque hay muchísimo donde escoger, pero ¿cuáles son tus obras favoritas de la exposición y por qué?
Puedo decir sinceramente que cada uno de los objetos de la muestra tiene particularidades fascinantes, por lo que es increíblemente difícil escoger solo uno o dos, pero si tuviese que hacerlo, una pieza que siempre he admirado pertenece a la colección del V&A: es un vestido de noche, Primavera/Verano de 1922, con bordados del atelier House of Kitmir.
Tiene una silueta sencilla de georgette de seda negro, transformada por un bordado integral que incluye motivos en espiral en el corpiño y bandas alrededor de la falda. El hilo frisé dorado y las minúsculas cuentas de cristal destacan sobre el fondo negro. Es un ejemplo perfecto de cómo Gabrielle Chanel creó algo sorprendente con una paleta sobria y técnica exquisita. También, tenemos un traje pantalón de lana bouclé negra, de 1969, con una abertura asimétrica en la chaqueta, bolsillos laterales y unos sencillos pantalones de pernera recta: es tan simple, pero instantáneamente chic.
¿Cuál elegirías como la mayor contribución de Coco al mundo de la moda, su “Manifiesto”?
Es complejo decidir entre el vestido de jersey, el traje clásico y el little black dress. Creo que, más que escoger una prenda específica, diría que el impacto duradero de Chanel en el mundo de la moda radica en su foco por diseñar buscando facilitar el movimiento; esto se reflejó en todas sus creaciones, en cada pieza.
La exhibición incluye una de las primeras piezas que se conservan de Chanel, una blusa de jersey de seda, de 1916. ¿Nos contarías más sobre su historia?
Efectivamente, lo primero que ven los visitantes al entrar es una prenda temprana muy poco común, que data de la colección de Primavera de 1916. Se trata de una blusa-túnica de jersey de seda fina de cuello marinero, con un sencillo escote en V y cinturón faja en la cintura. La silueta se inspira en los jerseys de los pescadores, y una falda fruncida completa el conjunto.
Aunque tiene más de un siglo, su aspecto sigue siendo contemporáneo, y creo que sirve para situar a Chanel tanto en su propia época –por ejemplo, hay una foto suya luciendo un diseño similar a la salida de su boutique en Deauville-, como para generar una sensación de atemporalidad característica en tantos de sus diseños.
Otros ítems clave de la muestra son los trajes de Le Train Blue, del Ballet Ruso (1924), y los de las actrices Lauren Bacall y Marlene Dietrich.
Respecto a las otras piezas, Chanel diseñó el vestuario de la producción parisina de los célebres Ballets Rusos. El ballet-opereta Le Train Bleu se estrenó en el Théâtre des Champs-Elysées, el 20 de junio de 1924, y la maison fue uno de muchos colaboradores notables.
Sin ir más lejos, Pablo Picasso elaboró el programa y el telón del teatro, Jean Cocteau el libreto, Darius Milhaud la partitura, Bronislava Nijinska la partitura, y el escultor cubista Henri Laurens se encargó del decorado. En la colección de Teatro y Espectáculos del V&A tenemos dos de los trajes originales ideados por Chanel. Uno es un traje rosa con bandas de lana tejidas a mano, a la vanguardia en la ropa de baño de la época. Chanel lo creó para el personaje de La Perlouse, interpretado por la bailarina Lydia Sokolova.
Por otro lado, Marlene Dietrich era clienta habitual de Chanel y mostramos dos piezas de su guardarropa. La primera es un colorido traje de tweed de 1965, con un cuadrillé naranja y verde. El segundo es un fantástico conjunto de coctel de los 60, compuesto por un top y falda de lamé rosa, decorado con cuentas en el cuello, puños y dobladillo, demostrando la experimentación de Chanel con tejidos reflectantes y texturas en los trajes de noche de esos años, además del estilo opulento de Dietrich para vestir. En la colección del V&A tenemos un traje clásico Primavera-Verano de 1959, que perteneció a Lauren Bacall. Fue fotografiada vistiéndolo en julio de 1959, en el aeropuerto de Londres (hoy Heathrow), junto a sus hijos.
En tu rol de comisaria, ¿cuál dirías que fue el mayor reto a la hora de organizar la muestra y cómo lo resolviste?
Un desafío inevitable fue la escasez y fragilidad de los objetos al explorar la primera época: los ejemplos iniciales de diseños Chanel son raros y delicados. Buscamos piezas en colecciones de todo el mundo, con el fin de reunir una selección completa y complementaria que ilustrase la primera parte de su carrera, arrojando luz sobre aspectos menos conocidos de su producción en ese período, como sus coloridos vestidos de gasa estampada, o sus prácticas, pero elegantes, prendas de abrigo.
Por ejemplo, tenemos en exposición un raro abrigo de mediados de la década de 1920 en cuero burdeos y negro con un maravilloso estampado a cuadros en el cuello y falda, cedido por la colección Tirelli, con sede en Roma.
La exhibición también incluye joyas, accesorios, cosméticos y perfumes. ¿De qué forma crearon una narrativa entre estos elementos y las piezas de ropa?
La exposición fue concebida como una cronología libre de la carrera de Gabrielle Chanel, pero los espacios que destacan el perfume y joyería nos permiten salir momentáneamente de esa cronología, apreciando detalladamente esos aspectos integrales de la producción de Chanel.
Su gama de perfumes y productos de belleza eran una extensión de su enfoque del diseño de moda. La identidad del perfume Chanel N°5 está inextricablemente ligada a su elegante haute couture, y el envase, radicalmente austero y gráfico, refleja su estilo moderno.
Asimismo, las joyas siempre fueron diseñadas para complementar su moda, permitiéndonos apreciar la atención que prestaba a los detalles: su enfoque radical con las gemas de imitación, los broches de gran tamaño y las referencias históricas que la inspiraban.
La exposición se divide en ocho secciones: “Hacia una nueva elegancia”, “Cerrando la casa”, “El accesorio invisible”, entre otras, ¿cuál fue tu preferida y por qué?
Un área especialmente llamativa de la exhibición está dedicada al traje Chanel. Aquí queríamos llamar la atención sobre su versatilidad y variedad en los 50 y 60. Cada uno es diferente, pero inconfundiblemente Chanel. Para lograr el máximo impacto, optamos por exponerlos a doble altura, de modo que, al entrar en el espacio, el visitante se hiciera inmediatamente una idea de la amplitud y variedad del traje Chanel en este período. Tras el impacto visual inicial, las personas pueden recorrer y examinar cada uno por turnos, fijándose en los diferentes detalles.
La muestra cierra con “A Timeless Allure” (“Encanto Atemporal”), dedicada al vestido de noche. ¿Por qué la eligieron para finalizar la muestra?
“A Timeless Allure” muestra los trajes de noche de 1954 a 1971, destacando cómo hasta su última colección Primavera-Verano de 1971, Chanel reinterpretó y perfeccionó sus principios de diseño, refinando continuamente la quintaesencia de su estilo, manteniéndose en sintonía con las tendencias de la moda.
GET TO KNOW
Connie Karol Burks es conservadora de moda y textiles, desempeñándose desde hace siete años en el afamado Victoria & Albert Museum (V&A) de Londres. Es cocomisaria de Gabrielle Chanel. Fashion Manifesto, trabajando anteriormente como comisaria adjunta en Christian Dior: Designer of Dreams (2019) y Fashioned from Nature (2018). Licenciada de Central St. Martins, completó un máster en el Royal College of Art. Previo a su labor en museos, Connie incursionó en el comercio minorista y contenidos digitales, como cofundadora de London Cloth Company, una fábrica de tejidos a pequeña escala.
Entrevista por: Catalina Ábalos L.