Platicar con el diseñador, arquitecto y urbanista mexicano Carlos Garciavelez me ha permitido conocer mucho más allá de sus títulos profesionales: inspirador, talentoso y visionario, pero sencillo, cálido y hasta cierto punto, reservado. Como amigo, siempre intento aterrizarle sus niveles de estrés, ya que tengo varios años de conocerlo tanto en el ámbito personal como profesional. Tarea difícil, pues siempre se ha caracterizado por ser un extraordinario perfeccionista. A sus cortos 32 años es profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, autor de dos libros sobre arquitectura y hoy emprende una nueva aventura con el lanzamiento de su primera colección para hombres, Garciavelez.
Este talentoso mexicano, está dejando huella o mejor dicho, blueprint en el ámbito de la arquitectura y de la moda. Su pasión por el diseño, el arte y lo estético ha sido algo congénito en su vida, ya que gran parte de su familia, incluyendo su abuelo y su padre han sido reconocidos arquitectos en México y Latinoamérica.
Estudió su licenciatura en Rhode Island School of Design (RISD), donde obtuvo su formación profesional en el ámbito del diseño y la arquitectura. Una vez que terminó sus estudios, se mudó a Nueva York para trabajar con la reconocida firma Gabellini Sheppard Associates, responsables del diseño de espacios públicos y privados, y que cuenta con clientes de la talla de Jill Sander y Vera Wang.
Durante toda esta etapa siempre mantuvo presente las ganas de trabajar en moda, y fue por eso que al recibir una oferta de pasantía con la casa de diseño Alexander McQueen en Londres, su decisión e interés en aceptarla fue inmediata. Garciavelez me comenta que, durante las primeras horas bajo la tutela de Sarah Burton, su primer encargo fue preparar un fitting para un cliente VIP y a su vez limpiar un vestido de novia que tenía una mancha de vino tinto. Para su sorpresa, este cliente era nada más y nada menos que la duquesa de Cambridge, Kate Middleton. Historia que hasta la fecha recuerda con una sonrisa en el rostro.
Después de ese verano de inspiración británica, Carlos regresó a Estados Unidos para realizar una Maestría en Diseño y Arquitectura en Harvard. Luego de graduarse con honores, obtuvo el prestigioso Druker Traveling Fellowship que le permitió viajar a distintos países de Latinoamérica para estudiar el modernismo a partir de sus principales ciudades universitarias. Los resultados de esa investigación se encuentran en su primer libro, Forma y pedagogía: el diseño de la Ciudad Universitaria en América Latina (edición bilingüe en Ediciones Oro, 2015).
Además de recibir el mencionado apoyo de Harvard, Garciavelez es invitado a formar parte de la Harvard Graduate School of Design (GSD) siendo entonces el profesor más joven de esta Ivy League.
Cuando le pregunto si es consciente del éxito y del temprano reconocimiento que ha obtenido, me confiesa con enorme sencillez, que todas estas experiencias han sido posibles gracias a la interacción de personas que han creído en él y que lo han apoyado en el camino. Desde sus padres y amigos, hasta sus profesores de carrera. “El reto, cuando llevas una vida tan acelerada, es detenerte y hacer consciencia de todo lo que has construido hasta el momento. Siempre estoy con la mira en el siguiente proyecto y es sin duda complicado encontrar el balance”. Como si un libro no fuera logro suficiente, Garciavelez publica un segundo estudio en colaboración con Felipe Correa, (Profesor Asociado en Diseño Urbano de Harvard University) titulado Ciudad de México: entre geografía y geometría (ARD Publishing 2014). Este libro analiza la Ciudad de México a partir de sus infraestructuras. Y me comenta, “Se conoce mucho de la historia de la ciudad, sin embargo nunca se había explorado desde un punto de vista morfológico”. El libro contiene a su vez propuestas para el desarrollo y mejoramiento de la vivienda, el uso de agua y la circulación, temas de enorme prioridad para el D.F.
Y ya a la mitad de nuestra plática, mi interés se torna a la evolución personal que ha tenido como creativo en el diseño de modas. Y me confiesa que el proceso de desarrollo de su primera colección se dio de una manera orgánica. Se inspira en el concepto del nómada cultural actual, “un curioso y sofisticado hombre en constante búsqueda de inspiración a través de los viajes a lo largo de su vida”, Carlos asegura que a todos nos seduce salir de la metrópolis y buscar re-conectar y alimentarnos mental y emocionalmente para luego regresar con la misma pasión por descubrir la vida cotidiana en ciudad.
Los continuos viajes de Garciavelez le han permitido darse cuenta de que muchas veces al viajar “la ropa no te permite estirarte, no te deja estar cómodo. Y sabemos que en muchas ocasiones lo que te hace ver bien, no necesariamente es cómodo”. Por lo mismo, este punto es y será clave en el desarrollo del alfabeto que mantendrá Carlos en sus próximas colecciones. Garciavelez no compromete el diseño y la elegancia con la comodidad. El conocido concepto de fashion hurts no aplica en esta gran propuesta de moda donde la comodidad y la elegancia se complementan perfectamente. Todos sus diseños tienen como propósito el tránsito, es decir que se pueden llevar de día y hacer la transición a la noche de una manera relajada y sin esfuerzo.
En su debut como diseñador durante la Semana de la Moda 2015 en Nueva York, Garciavelez ya ha acaparado la atención del LA Times, New York Times, Women Wear Daily, Forbes, y de otros diseñadores como Nick Wooster. Y así, con muchos planes y la visión llena de genialidad que lo caracteriza, Garciavelez es, en mi opinión, la gran revelación de la moda masculina esta temporada.
Agradecimientos especiales en Los Angeles y Nueva York: Carlos Garciavelez, Mike Darrow & Arantxa Araujo.