Hay botellas que guardan algo más que un buen whisky. Glenmorangie Infinita 18 Años es una de esas que invitan a detenerse, a mirar, a probar con calma. Desde el primer vistazo, ya promete algo especial.

Su color dorado, suave como la miel, refleja la luz con una calidez particular. Es el tipo de whisky que se mira antes de beberse, como si supiera que tiene algo que contar.

Al acercarlo a la nariz, llegan notas que recuerdan a un jardín en flor: madreselva, jazmín, un toque de narciso. Todo envuelto en un aroma dulce de cítricos caramelizados. Es fresco, complejo y equilibrado. Sin pretensiones, simplemente bien hecho.

En boca, la textura es sedosa. Aparecen sabores de frutos secos, como higos y dátiles, con un toque de nuez y una especia suave que lo redondea. Un poco de humo de madera se asoma al final, justo antes de un cierre largo, elegante, que deja una sensación cálida y envolvente.

Esta edición nace de una mezcla cuidadosa: primero, 15 años en barricas de roble americano ex-bourbon; después, una parte reposa otros tres años en barricas de jerez Oloroso. El resultado es un single malt que tiene tantas capas que parece distinto en cada sorbo.

Su nueva presentación también habla de esta complejidad: una caja azul con líneas doradas que dibujan un símbolo de infinito. La botella, con un tapón de cobre y una etiqueta más discreta, deja que el líquido hable por sí mismo. Al fondo, un pequeño remolino recuerda las aguas minerales de The Tarlogie Springs, donde todo comienza.

Glenmorangie Infinita encuentra su lugar en momentos especiales. Puede acompañar una conversación íntima al final del día, cerrar una cena en buena compañía o marcar el ritmo de una tarde sin prisa. Es de esos tragos que no necesitan ceremonia, pero que elevan cualquier instante.

Y cuando se trata de maridaje, su carácter complejo lo convierte en un gran aliado de la alta cocina. Combina con platillos que equilibran dulzor, umami y textura: un foie gras con compota de higo, una carne madurada con reducción de vino o incluso un postre especiado con frutos secos. Infinita no compite con el plato, lo acompaña con elegancia.

glenmorangie.com

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