De acuerdo con Bancos de Alimentos de México, mientras 25.5 millones de mexicanos no cuentan con alimento suficiente, en el país se desperdicia el equivalente al peso de seis elefantes en comida por minuto.
Además, según Forbes, la producción y los desechos de este sector producen 36 millones de toneladas de CO2, lo que corresponde a las emisiones anuales de casi 16 millones de vehículos, mientras que el agua utilizada en producir alimentos que luego terminan en la basura es de 40 000 millones de metros cúbicos, similar al consumo de agua de todos los habitantes del país durante 2.4 años.
Por eso, es importante dar visibilidad a las iniciativas que contribuyen a frenar el problema y sumarnos a ellas en la medida de nuestras posibilidades, ya sea con nuestro tiempo o nuestros recursos.
BAMX
Esta organización sin fines de lucro está compuesta por 55 bancos de alimentos que rescatan comida a lo largo de toda la cadena de valor para llevarlo a familias, comunidades e instituciones que lo necesitan, y así mejorar la alimentación y la nutrición en México. Puedes contribuir donando en efectivo o especie, o apoyando como voluntario. Si estás interesado, haz clic aquí.
Cheaf
Por medio de esta app, los comercios venden sus excedentes con descuento y así recuperan una parte de sus costos mientras que los usuarios rescatan comida deliciosa por una fracción de su precio original, reduciendo así el impacto ambiental del desperdicio. En ella, encontrarás panaderías como Da Silva, fruterías, alimentos orgánicos, heladerías, comida mexicana y mucho más. Si estás interesado, haz clic aquí.
Asimismo, de acuerdo con la FAO, algunas acciones que podemos realizar para evitar el desperdicio y conseguir el objetivo #HambreCero para 2030 son las siguientes:
- Al momento de comer, piensa a consciencia lo que vas a consumir y sirve solo lo necesario. Si vas a un restaurante y las porciones son muy grandes, comparte con tus acompañantes.
- En caso de que te sobren alimentos en alguna comida, guárdalos para consumirlos más tarde o utilízalos en un plato diferente.
- Compra solo lo que necesitas. No compres más de lo que debes consumir.
- Deja los prejuicios a un lado: compra frutas y verduras “feas” o irregulares, tienen el mismo sabor.
- Primero en entrar, primero en salir: trata de usar los productos que habías comprado anteriormente. Mueve los productos más viejos al frente y coloca los más nuevos en la parte posterior.
- Entiende las fechas: “Consumir antes de…” indica una fecha en la que el alimento es seguro para ser consumido, mientras que “Consumir preferentemente antes de…” significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de esta.
- Haz composta. De este modo, no solo contribuyes a reducir la cantidad de materia orgánica que va a los vertederos, sino que disminuyes el uso de fertilizantes inorgánicos a los que sustituye, ahorras agua de riego, aportas los nutrientes necesarios a las plantas y reduces los costos ambientales y económicos del traslado de residuos.
- Dona el excedente. Regalar comida es regalar vida.
