Hari Sama sigue avanzando con paso firme en el cine nacional. Se aprovecha de las múltiples posibilidades que ofrece la pantalla para plasmar sus pensamientos. El sentido del humor, el interés en la espiritualidad universal y una aguda sensibilidad narrativa son características tanto de la obra como del autor.
Mientras trabaja en su siguiente entrega Despertar el Polvo, Hari continúa cosechando éxitos con El Sueño de Lu. El premio a mejor actriz en el XV Festival de Shanghái y la mención especial en la 9a edición del Festival de Morelia son grandes preseas para la película. No obstante, antes que repetir la fórmula; el cineasta se inclina por la espontaneidad y se muestra sin miedo a los nuevos retos.
El Restaurante Limosneros (Allende 3, Centro Histórico), hijo pródigo del Café Tacuba, fue el placentero punto de encuentro para que Hari compartiera su visión sobre sus recorridos por México y el mundo.
¿Cuál fue tu último gran viaje? ¿Qué aprendiste en él?
Tengo dos últimos grandes viajes. El más reciente fue a Zoogocho, en la Sierra Norte de Oaxaca. Fuimos a la fiesta del pueblo y fue muy bonito. Lo que tienen estas comunidades es que hay un sentido de comunidad que no he visto en ninguna otra parte del mundo. Eso es algo que aprender. Sobre todo con las cosas que nos están tocando vivir en México. Aprendí que podemos hacer comunidad sin ser políticos. Juntarnos para pasarla bien, para poner orden, para construir una escuela, para armar una mega fiesta y también para darle continuidad a una tradición. Juntos.
El otro gran viaje fue porque hicimos el estreno internacional de El Sueño de Lu en Shanghái. La película trata sobre la muerte y el duelo. Para los chinos es de mala suerte hablar de esas cosas. Es un tabú inmenso. Entonces, fue muy sorprendente porque la gente fue muy receptiva. Aprendí un poco lo mismo que en la sierra: la humanidad se traduce, más allá de las superficies y los tabús. Lo más esencial de nosotros es traducible.
¿Qué significado encuentras en la práctica de viajar?
En un viaje transitas un camino. Es una gran metáfora de lo que significa una vida completa, desde que llegas hasta que te vas. Me parece que los mejores viajes son los que justamente disuelven esa línea entre lo que está allá afuera y lo que está adentro; en los que permites que lo que está afuera te impacte profundamente y te modifique de alguna forma.
¿Qué actividad privilegias por encima de otras al viajar?
Yo privilegio mucho las religiones y la expresión ceremonial de los lugares. Disfruto transitar y caminar por los espacios que cada cultura ha dedicado a la veneración de sus deidades. Es lo que más me interesa, entonces va entre caminar estos espacios y comer bien.
¿Prefieres planear por adelantado o dejarte sorprender?
Lo estudio más quizás, pero de todas maneras siempre me acaba sorprendiendo.
¿Cuál es la importancia de conocer a la gente local en un viaje?
Muchísima; porque cuando sientes esa conexión, es ahí cuando sucede la magia de los viajes.
Elementos que no pueden faltar en tu maleta.
Un cuaderno para escribir todo lo que va sucediendo, una cámara y bufandas de muchos tipos.
Como cineasta, los viajes laborales ocurren a menudo, ¿cuáles son las ventajas de este tipo de viajes?
Que estás con los locales a tope. Comes con ellos; aprendes un chorro sobre la comida. Visitar locaciones es muy loco porque te enfrentas con la realidad verdadera. Es una experiencia muy directa.
Cuando viajas ¿qué es lo que llegas a extrañar de México?
Mi rutina; pararme a hacer exactamente mis cosas y ver mi ciudad a través de la ventana. Esas cosas que te atan al presente.
¿Algún lugar que te funcione como segundo hogar?
Oaxaca y Japón. He ido más a China pero creo que me siento más cerca de Japón.
¿Alguna manía o placer oculto que hayas desarrollado en tus viajes?
Estar solo. Primero le tenía un poco de miedo porque luego paso temporadas muy largas en China, por ejemplo. Precisamente, fue ahí donde me di cuenta que disfrutaba enormemente de mi compañía y que no extrañaba viajar con nadie.
¿Dentro del país qué puntos funcionan para relajarte?
Muchos. Holbox lo conocí hace poco y me gustó muchísimo. Me agrada mucho San Francisco, en la costa de Nayarit. En particular recomendaría mucho los pueblos alrededor de Xalapa: Córdoba, Xico, Coatepec, en toda esa zona se come muy rico y hay muchas cosas que aprender.
¿A qué punto en el mapa le traes ganas?
Le traigo muchas ganas a Turquía y al Medio Oriente en general. Porque es donde surgió el Cristianismo y por el mundo Sufi. Las primeras iglesias importantes son las iglesias Sirias. Todo eso me interesa verlo. Además, dicho sea de paso, el punto de toque entre lo mediterráneo y lo oriental a nivel culinario me atrae mucho.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser cineasta?
Que tengo un diálogo constante con lo Otro. Tengo que poner mucha atención en lo que sucede a mi alrededor para poder aprender y pensar en qué quiero comunicar. Abrir el diálogo con la gente me parece muy bonito.
¿Sientes que ya encontraste tu voz?
Con El Sueño de Lu encontré algo en términos de lo que quiero decir, de cómo lo quiero decir, de cuánto creo que debe costar y de cómo quiero trabajar con los actores. ¿Ahora qué si eso es una voz y hay que seguirla? Ojalá que no. Ojalá que no me de miedo seguirle cambiando.
¿Qué actividades haces para reinventarte?
Leer. Muchísimo. Recomiendo La Mujer Justa de Sándor Márai; un novelista extraordinario que se suicidó ya viejo. Kawabata, otro de mis escritores favoritos también se suicidó ya viejo. De él recomiendo Mil Grullas. La manera de estos autores de regalarnos el dolor de sus personajes es muy precisa y muy profunda.
¿Con qué cineasta crees que hayas aprendido mucho?
Hou Hsiao-Hsien, recomiendo mucho Tres Tiempos. Me parece que es lo contemplativo bien entendido.
¿En qué trabajas actualmente?
Estoy trabajando en un largo que se llama Despertar el Polvo. Es una película que me inspiré al ver la película de Michel Lipkes. Se rodó en un barrio muy violento donde yo conocía a alguien que era un actor nato. Escribí el guión en un mes y la rodamos en dos semanas. Estoy por hacer la mezcla de audio, pero muy contento con el resultado y a ver qué pasa.
¿Cuál es tu sentir del cine mexicano hoy por hoy?
Así como la gastronomía o el son jarocho, el cine está teniendo un resurgimiento impresionante. Quizá el más especial de todos. El cine independiente está teniendo logros impresionantes. Lo que falta es aprender a distribuir y a exhibirlo.
El riesgo que le veo es el pensar en una película para que sea aceptada en festivales. Entonces lo que en un momento es una voz autoral, pronto se convierte en una cosa repetitiva y lo que ya no es Hollywood ahora es igual de esquemático.