El mes pasado fue uno de los más críticos para la economía mundial en años, con caídas en los índices de las bolsas y monedas, como el peso, perdiendo mucho valor en muy poco tiempo. Una parte impulsada por la caída del precio del petróleo, debido a la amplia oferta generada por el conflicto entre Estados Unidos contra el Medio Oriente y Rusia, pero otra gran parte por las medidas tan estrictas que tomaron los gobiernos para controlar la pandemia del COVID-19, y es que muchos cerraron fronteras y obligaron a la población a mantenerse en cuarentena.
Empresarios, emprendedores y empleados en todo el mundo han tenido que luchar para mantenerse a flote, muchos negocios tuvieron que cerrar y los empleados irse a su casa, congelándose de esta manera el movimiento de recursos en gran parte de los negocios de consumo, turismo y entretenimiento.
El ecosistema de las criptomonedas, como bien sabemos, es muy volátil y en varias ocasiones impredecible. Hay situaciones en las que sufren caída los índices bursátiles, pero los activos digitales tienen grandes ganancias, como sucedió en enero, cuando pudo haber estallado una guerra entre Irán y Estados Unidos. Esto se debe a que la gente busca refugio en las criptomonedas para poder mover su dinero entre países sin necesidad de una autoridad local.
Pero en este caso fue diferente, a mediados de marzo el mercado global de las criptomonedas tuvo una caída brutal, perdiendo en tan solo cuatro días casi 130 mil millones de dólares en valor de mercado, alrededor del 50% de su valor, en una reacción en cadena sin precedentes por el volumen tan alto que se movió en esa fecha, los fondos institucionales, los bancos, los grandes inversionistas comenzaron a liquidar grandes posiciones debido a sus estrategias de inversión, llevando el precio del Bitcon hasta los 3700 dólares.
Esos movimientos demostraron que las criptomonedas no son inmunes a situaciones globales como algunos pensaron, sino que respondieron a los mercados financieros tradicionales. Muchas veces actúan de manera independiente a los mercados por el simple hecho de que no dependen de instituciones financieras o del gobierno, lo que les permite mantenerse lejos de cambios por regulaciones o prohibiciones. Pero en este caso, la gente prefirió resguardarse en oro y en efectivo, lanzando una oferta masiva de criptomonedas.
Hay muchas teorías que hablan sobre el hecho de que el mercado se mueve por unos cuantos gigantes a los que se les denominan ballenas, mismos que quisieron capitalizar sus activos digitales, tirando el precio y posteriormente recuperando la cantidad en activos digitales a un precio mucho menor.
El precio del Bitcoin se recuperó un par de días después, alcanzando los 6000 dólares, impulsado principalmente por la notificación del Secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien anunció que disponían de un presupuesto de un millón de millones de dólares para responder ante el coronavirus.
Uno de los problemas importantes para que Bitcoin sea sustentable es el minado de la criptomoneda, y gran parte de este minado se hace en China, por lo que si la pandemia crece exponencialmente, como algunos predicen, la cuarentena será más drástica y el impacto en la economía china será inminente, afectando también las granjas de minado, ya que, independientemente de las personas que necesite la granja para supervisar el minado, los equipos serán obsoletos, y si los costos de producir equipo suben y las empresas que fabrican dichos equipos cierran, las granjas actuales serán obsoletas, limitando así el blockchain de Bitcoin, alentando la red y llevando a una crisis más a fondo.
Ya hemos sido testigos en repetidas ocasiones de la volatilidad en el mercado y también de los retos a los que se ha enfrentado la tecnología. Afortunadamente, los algoritmos son adaptables y hay maneras de hacer funcionar la red como lo ha hecho siempre. La tecnología sigue sorprendiendo al mundo, y estoy seguro de que será parte importante en el desarrollo de estrategias para contener la crisis financiera que estamos viviendo. Ser pacientes y tomar riesgos moderados puede ser una gran decisión en estos momentos, recuerden que lo más peligroso siempre será el no invertir.
Texto por Luis Ángel Adame Torres
@AdameLuisAngel
Ilustraciones The Noun Project
