“PARA NOSOTROS ES IMPORTANTE APRENDER A TRABAJAR CON LAS PREEXISTENCIAS. CONOCERLAS, ENTENDERLAS —DIBUJÁNDO- LAS Y RECORRIÉNDOLAS— PARA PODER SACAR EL MAYOR PROVECHO EN NUESTRAS INTERVENCIONES” — Fernando Ituarte Ortega
Estudio Fi Arquitectos nos sorprende ahora con Instituto Alumnos, un proyecto arquitectónico destinado a la educación y promoción del arte en México. Fernando Ituarte Verduzco y Fernando Ituarte Ortega, junto a un equipo de talentosos arquitectos conformado por Alberto Bolaños, David Esparza, Virginia Piña, Jazmín Mena y Patricia García, renovaron una bodega en desuso al sur de la Ciudad de México, ideando un nuevo espacio que fomenta la creatividad y el aprendizaje.
El objetivo fue la recuperación del espacio para poder darle un uso enfocado al enriquecimiento cultural. Por ello, el proyecto está ligado a Fundación Alumnos, una organización creada en 2010 para explorar las problemáticas actuales a través de la creatividad y el intercambio de conocimientos relacionados con el arte contemporáneo. Su misión es que el arte y la cultura sean accesibles para una mayor cantidad de personas, por lo que realizan diversos programas y actividades en los que cualquiera puede participar.
Inicialmente, el proyecto se planteó como una galería de arte particular, para que el cliente pudiera almacenar su acervo personal de obras. Sin embargo, durante el proceso de construcción, el concepto se fue transformando hasta convertirse en un espacio público para exponer, no solo el acervo personal del
cliente, sino también el trabajo de diversos artistas reconocidos a nivel internacional.Después de dos años, la obra se concluyó en abril de 2018. Actualmente, lo que comenzó como una bodega, es un recinto abierto al público que expone una co- lección de más de 300 obras de mexicanos, como Damián Ortega, Dr. Lakra, Raúl Cárdenas Osuna y otros artistas del colectivo Torolab, además de artistas extranjeros como Carl Andre, Brian Eno y Francis Alÿs, entre otros. Los estilos son variados, pues cuentan con distintas piezas que van desde pinturas, ilustraciones y fotografías, hasta esculturas e instalaciones.
En el diseño del conjunto hay una clara fusión entre lo tradicional y lo contemporáneo, creada a partir del manejo de la luz y de la selección de materiales, entre los que predominan cristal, concreto, madera y metales. El aprovechamiento de la estructura preexistente fue el punto de partida para la materialización del proyecto, siempre teniendo en cuenta el propósito por el cual se estaba remodelando el espacio.
Al llegar a Instituto Alumnos, una fachada de Vitroblock da la bienvenida a los visitantes y les permite dar un vistazo al interior, anticipando lo que podrán presenciar dentro de la galería. El espacio de exposición destaca por su simplicidad y amplitud. Las obras de arte se colocan en bastidores de metal que se pueden deslizar a lo largo de la sala, brindándole movilidad a cada pieza. Sin duda, ese es uno de los logros arquitectónicos más importantes de Estudio Fi, ya que permite la versatilidad modular de la museografía dentro del complejo.
Se cuidó que la iluminación fuera indirecta durante el día, para permitir la percepción diáfana del color y las texturas de las obras. La ubicación de los bastidores también se basa en un estudio de luz para evitar que caiga directamente sobre las piezas. Por la noche, emplean un sistema de iluminación especial que se encuentra en los rieles de los bastidores.
Por su diseño, el espacio también admite usos como taller o sala de proyecciones. El carácter del sitio también se traduce en la selección del mobiliario, compuesto por las distintivas sillas del diseñador mexicano Oscar Hagerman y otros muebles diseñados por Estudio Fi, especialmente para Instituto Alumnos.
Adicionalmente, el espacio se integra al entorno por medio de una serie de patios exteriores que permiten la entrada de luz natural a la galería, además de servir como espacios adicionales para exposiciones al aire libre. El agua y la piedra son los elementos centrales que componen el diseño de los patios, donde se ve una obra moderna del artista plástico Pedro Reyes.
Entre las piedras predomina la volcánica, características de ciertas zonas del sur de la Ciudad de México, como la colonia Jardines del Pedregal, en donde está ubicado el Instituto Alumnos. Los arquitectos decidieron conservar estas rocas en su estado natural para crear un equilibrio entre la estructura de la galería y el medio ambiente que la rodea.
Más allá de ser una galería pública, Instituto Alumnos es un espacio para la investigación. Es por ello que sus creadores compilaron un importante acervo de libros y publicaciones, además de incluir áreas didácticas para realizar prácticas artísticas e impartir programas de estudio sobre la historia y la industria del arte.
Sin duda, Instituto Alumnos es un proyecto extraordinario, no solo por su excepcional diseño arquitectónico, sino por ser un ejemplo de la recuperación de espacios olvidados para orientarlos al enriquecimiento cultural de la colectividad.
ESTUDIO FI ARQUITECTOS
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@estudioTexto por: Sofía Gutiérrez
Fotos por: Onnis Luque