
Para algunos, la música es escenario; para otros, refugio. Joss Mejía canta desde la vulnerabilidad y la convierte en su fuerza. En 2024 lanzó su primer álbum, un proyecto íntimo donde cada canción se siente como casa y busca conectar con quienes la escuchan. Con una presencia cálida y natural, Joss continúa construyendo un universo musical donde cada tema tiene su propia historia.

¿Cuál es el recuerdo más antiguo que tienes de ti con la música?
Cuando tenía cuatro años le pedí a mi mamá que me inscribiera a un taller de teatro musical. Al final del curso, cuando fue el show, me explicaron cómo tenía que agarrar el micrófono. Se me olvidó por completo y terminé tomando el de la niña de al lado para cantar mi línea en El Rey León.
Si pudieras intercambiar vidas con un artista por un día, ¿con quién lo harías?
Definitivamente con Kany García. Soy su más grande fan y me encantaría saber cómo funciona su mente y su proceso de composición.
¿Cuál es tu gusto musical culposo?
Las canciones infantiles.
¿De qué color ves tu música?
Naranja.
Canción de ducha
Cualquiera de Adele.
Artista favorito
Kany García.
¿Cómo surgió la idea de crear canciones con dedicatoria?
La música siempre ha sido algo muy personal: siempre se ha tratado de ser la voz de aquellos que no pueden hablar. Creo que todos tenemos algo que decir y eso viene con una dedicatoria. Como artista, traes en mente sobre quién y qué estás hablando. De ahí viene la frase “con dedicatoria”.
¿Qué significa conectar con el público a través de historias personales?
Como seres humanos, muchas veces nos sentimos solos. No nos damos cuenta que hay mucha gente allá afuera viviendo lo mismo que nosotros o algo similar. Creo que no hay mejor manera que conectar con la gente a través de la música, pues es algo universal. Finalmente, todo el mundo la escucha y puede llegar a conectar con ella.