Entre olmos y flores de jazmín se esconde un sitio que guarda el pasado de una ciudadela en donde tres grandes religiones convivieron en un mismo sitio. Allahu Akbar, Allahu Akbar! La llamada para el rezo interrumpe el día y engrandece esa música que se compuso en tierra que fuera mora, hebrea y cristiana. Ese olor a jazmín y el calor del Mediterráneo, han acompañado los cánticos tristes y al mismo tiempo alegres de este lugar donde se encuentra el reino más imponente y exquisito de toda España: la Alhambra.
Al-Ándalus fue un territorio gobernado por los musulmanes en la época medieval, desde que el islam conquistó la mayor parte del sur de España y de Portugal hasta la Reconquista Cristiana. Fue tras más de 700 años de dominio islámico que el sultanato de Granada rindió la ciudad ante los ejércitos de los Reyes Católicos, en 1492. El periodo en el que los moros se asentaron en España, significó una época de vasta producción artística y arquitectónica en esa región, parte de lo que hoy es Andalucía.Monumentos como la Mezquita de Córdoba, la Torre de la Giralda, en Sevilla, o la Alcazaba de Almería, se construyeron durante el reinado moro, pero sin duda alguna, la Alhambra es la ciudad árabe más refinada y relevante, tanto por su riqueza cultural e histórica, como por ser la única ciudad palatina que se conserva de la época islámica en la península.
El nombre de Alhambra significa “la roja”, precisamente por el color de la arcilla con la que fue construida la ciudadela. El complejo palaciego consiste en patios y terrazas abiertas con de Comares, de Isma’il, el de los Leones, el Partal y el Generalife. El estilo de la ciudad es valorado, más que por las formas arquitectónicas de los edificios, por los elementos decorativos dentro de ellos. Así, cada una de las estancias resalta el decorado con piezas que nacen de principios geométricos para convertirse en juegos de mosaicos: inscripciones en árabe engalanadas, en su mayor parte, por azulejos de colores, formas fantásticas, abstractas y ricas que embellecen las paredes de los salones, galerías y habitaciones del lugar.
Pasear por los pasillos y estancias de la Alhambra representa un completo reto. Un adentramiento en la historia, una alusión a un sueño y al mismo tiempo, un golpe de realidad, ¿cómo pudieron hacer eso? ¿A quién se le ocurrió aquello? Y entre tantas preguntas, más de un suspiro se escapa de la boca.La arquitectura árabe se distingue por traer la naturaleza al interior de los edificios. Fuentes y jardines están presentes en casi todas sus construcciones, pero en pocos palacios esta idea se expresa en todo su esplendor como en la Alhambra. Los jardines, siguiendo la tradición, existen para halagar los cinco sentidos: para la vista, los colores de los árboles y plantas que los componen; para el olfato, el dulce olor de las flores y plantas aromáticas; para el oído, el suave sonido del agua de las fuentes; para el tacto, las distintas texturas del follaje; y para el gusto, el sabor de los frutos que crecen en los jardines.
Existe un mayor énfasis en los colores que adornan el recinto de la Alhambra, al contrastar el color rojizo del palacio con matices de verdes, azules y violetas. Las distintas texturas de árboles y plantas contribuyen a la ornamentación escénica de los imponentes palacios y así, al son del agua de las fuentes y albercas, puedes encontrar en medio del tumulto de uno de los sitios turísticos más concurridos de España, un oasis de silencio en la tierra.
Quizás de Las mil y una noches proviene nuestra idea del exquisito sentido del lujo árabe. ¿Cómo no ansiar la delicia de aquel Paraíso que se les prometía a los musulmanes? Y si al Yanna, que equivale al concepto cristiano del Cielo, le corresponde un lugar físico, este no estaría lejos de asemejarse a la Alhambra. El Corán describe el Paraíso con amplios jardines, inmensos valles, fuentes impregnadas con olor a jengibre y a alcanfor, ríos de miel y leche, deliciosas frutas y pabellones repletos de huríes. No es difícil evocarlo al observar las estancias de la antigua ciudad, con amplios salones que fácilmente te transportan a aquel tiempo cuando el palacio bullía con toda su vitalidad.
El Profeta anuncia: «Dios ha prometido a todos los creyentes unos jardines en los que corren ríos. En ellos vivirán eternamente: tendrán hermosas moradas en el jardín del Edén». No sabemos si es que algún día llegaremos a este lugar que promete, pero si el Paraíso lo describen como la Alhambra, virtuosos seamos mientras seguimos en la Tierra, pues si es así, ¿qué más podríamos desear?FACTS
- El reino de Granada tiene más de mil años; se fundó a principios del siglo XI.
- Está construida como un reloj de arena y en las estancias puedes calcular la hora del día con las sombras que se forman.
- El palacio del emperador Carlos V fue construido dentro del complejo, constituyéndose en su residencia permanente.