La reciente película Maestro, dirigida, escrita y protagonizada por Bradley Cooper, se basa en la historia de amor entre el compositor Leonard Bernstein y su esposa, Felicia Montealegre, durante casi 30 años. Sin embargo, ¿cómo fue realmente esta relación detrás de las cámaras?
Leonard Bernstein, interpretado por Cooper, y Felicia Montealegre, encarnada por Carey Mulligan, se casaron en 1951 y tuvieron tres hijos, permanecieron unidos hasta la muerte de Montealegre en 1976. Aunque su relación fue aparentemente convencional, tras las cámaras, revela una dinámica inusual. Bernstein, cuya orientación sexual hacia los hombres era conocida por Montealegre, exploró numerosas aventuras homosexuales. A pesar de esto, la pareja se mantuvo unida gracias a un amor profundo e inquebrantable.
La película toca el tema de cómo el amor puede trascender lo físico, presentando una visión más comprensiva de la relación. Aunque su círculo personal y profesional conocía la verdad detrás de su matrimonio, Bernstein y Montealegre optaron por mantener las apariencias en una época en la que orientación sexual podía tener graves consecuencias.
Maestro intenta equilibrar la realidad de un matrimonio de conveniencia con momentos de intimidad y conexión entre los protagonistas. Desde su encuentro en 1947 hasta su matrimonio en 1951, la película muestra una atracción más intelectual que física entre Bernstein, de 28 años en ese momento, y Montealegre, de 24 años, pianista y actriz de Broadway.
Montealegre, consciente de los desafíos, escribió una carta a Bernstein poco despúes de la boda, abordando abiertamente su homosexualidad. A pesar de los altibajos, Bernstein estaba profundamente enamorado de su esposa y ambos encontraron estabilidad e inspiración mutua. Sin embargo, mantener este secreto comenzó a afectar la relación, especialmente a medida que la fama de Bernstein crecía.
En los primeros tiempos del matrimonio, Bernstein buscó tratamiento psiquiátrico para abordar su homosexualidad. A medida que la relación con Montealegre se tensaba, abandonó el tratamiento y se involucró en varias relaciones, incluida la especulada conexión con su compañero musical, David Oppenheim.
La película también destaca la relación que Bernstein mantuvo con Tom Cothran en 1971, marcando el declive final de su matrimonio con Montealegre. A pesar de la ruptura, Bernstein regresó para cuidar a Montealegre cuando fue diagnosticada con cáncer de pulmón en 1978. Su muerte ese mismo año dejó a Bernstein atormentado, creyendo que su comportamiento había contribuido a su enfermedad.
Esta historia presenta una mirada profunda a una relación única y compleja entre un hombre que buscaba su identidad y una mujer que lo aceptó a pesar de todo, culminando en el dolor y la tristeza que dejó una marca en la vida de Leonard Bernstein.